CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Investigaciones

A tu cerebro le gusta el alcohol

Por CNN en Español

(CNN) — Si te gusta beber, pero quieres dejarlo y no pareces tener fuerza de voluntad para hacerlo, puede ser porque los químicos en tu cerebro te están pidiendo ordenar otra cerveza, sugiere una nueva investigación.

Durante mucho tiempo se pensó que el alcohol provoca la liberación de opiáceos de origen natural en los centros de recompensa del cerebro, pero la investigación documentó cómo funciona este proceso solamente en animales. Un nuevo estudio publicado en la revista Science Translational Medicine ofrece información sobre por qué el alcohol puede resultar tan adictivo en el ser humano.

Los investigadores utilizaron la tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) para observar la distribución de sustancias químicas en el cerebro de los voluntarios.

Los participantes fueron 13 'bebedores sociales de alta frecuencia' y 12 sujetos de control sanos. Las mujeres consideradas 'bebedoras sociales de alta frecuencia' por lo general consumen entre 10 y 16 bebidas por semana, y los hombres con gran consumo de alcohol suelen beber entre 14 y 20 bebidas por semana. Los del grupo de control bebían menos de cinco tragos por semana entre las mujeres, y menos de siete tragos por semana entre los hombres.

Parece que algunas personas experimentan esta liberación de opioides de manera diferente. Los investigadores encontraron una correlación entre qué tan bien se sentían los voluntarios después de beber y la cantidad de opiáceos liberados. En los bebedores frecuentes, una sola bebida conducía a la liberación de más opioides en la corteza orbitofrontal y el núcleo accumbens; dos regiones que juegan un papel importante en la recompensa.

En otras palabras, el cerebro de algunas personas les da más liberación de opioides cuando beben, lo que los lleva a percibir el alcohol como algo más agradable que las otras personas. Y la corteza orbitofrontal hace que inconscientemente aprendan a querer esa descarga de placer, haciendo que busquen y deseen el alcohol de un modo del que ni siquiera son conscientes.

publicidad

“Si estás recibiendo algún tipo de reforzamiento o recompensa por algo, como el alcohol u otras clases de drogas con potencial de abuso, en ese nivel, tu cerebro te está diciendo que eso es algo importante para ti”, dijo Michael Owens, un neurofarmacólogo de la Universidad de Emory, quien no fue participó en el estudio.

Esto significa que si eres un alcohólico y conscientemente quieres dejar de beber, es difícil detenerte porque parte de tu cerebro ha aprendido que beber es importante y te apremia al seguir haciéndolo.

“Es algo que tienes que combatir para no engancharte de nuevo”, dijo.

Es importante señalar, sin embargo, que este estudio no incluyó a alcohólicos. Muchos de los 'bebedores fuertes', en este estudio tenían un promedio de dos bebidas al día o menos, lo cual no necesariamente conduce a la dependencia.

Owens dijo que los resultados de este estudio no son sorprendentes, pero fue bueno que la hipótesis sobre cómo el alcohol actúa en el cerebro fuera confirmada por la ciencia.

El objetivo final de los investigadores es descubrir nuevas formas para tratar la adicción al alcohol, dijo Jennifer Mitchell, profesora asociada adjunta de la Universidad de California, San Francisco y autora principal del estudio.

En la actualidad, el principal medicamento disponible para ayudar a los adictos a mantenerse alejados del alcohol y las drogas que está aprobado por la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) es la naltrexona. Este fármaco se liga a los mismos receptores en el cerebro a los que los opioides se ligan, así que los opioides no tienen a dónde ir. “Cuando bebes, el alcohol te da una menor recompensa”, explica Mitchell. “Uno se siente menos bien de lo que se sentiría de otra manera”.

Sin embargo, pocos médicos recetan la naltrexona, en parte debido a los efectos secundarios, dice Mitchell. Dolores de cabeza, náuseas, irritabilidad y dolores musculares pueden resultar a partir del consumo de este medicamento, lo que alejaría a la gente de él, especialmente si ya están dejando el alcohol y tratando de no beber.