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Salud

Pistas para comprender la "fluidez" sexual de las mujeres

Por CNN en Español

Por Ian Kerner*

(CNN) -- La actriz Cynthia Nixon llegó a los titulares recientemente cuando dijo durante una entrevista que ella “escogía” ser lesbiana.

“He sido heterosexual y he sido gay, pero ser gay es mucho mejor”, dijo. “Para mí, es una decisión”.

Como era de esperarse, sus comentarios, publicados en un perfil del New York Times Magazine, desataron una tormenta de controversia con activistas gay, y otros, preocupados en el sentido de que las palabras de Nixon den sustento a quienes dicen que ser gay es una decisión consciente y no una certeza genética.
(Después ella declaró que se identifica más como bisexual, lo que, dice, es un “hecho”, no una decisión).

Pero dejando los argumentos de ambas partes a un lado, hay factores a analizar tras las declaraciones de Nixon. La actriz, que sostuvo una relación larga con un hombre y ahora esta comprometida con una mujer, parece ser el ejemplo de lo que los científicos llaman “fluidez sexual”. En otras palabras ella puede sentirse atraída por una persona, en específico, pero no por exclusivamente por personas de un género en particular.

Ese es un fenómeno que Lisa Diamond, profesora de psicología de la Universidad de Utah, ha estudiado a detalle. En su libro, publicado en 2008, “Sexual Fluidity: Understandong Women’s Love and Desire”, escribió que la sexualidad de las mujeres parece tener mas fluidez que la de los hombres, lo que tiende a involucrar tres características principales:

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Atracciones no exclusivas: pueden sentirse atraídos por cualquier género.

Cambios en sus atracciones: de pronto les puede atraer un hombre o una mujer después de haber tenido una relación larga con alguien de otro género.

Atracción por la persona, no el género.

Los estudios demuestran que muchas mujeres tienen la habilidad de desplazarse entre relaciones con los dos géneros, sin parpadear. En un estudio de 2008, Diamond compartió los resultados de una investigación a través de la cual, durante 10 años, investigó el comportamiento de 70 lesbianas, bisexuales y a mujeres sin etiqueta.

Durante esa década, dos tercios de esas mujeres cambiaron su etiqueta de identidad inicial, y un tercio al menos dos veces. Y a pesar de que la creencia popular sugiere que más mujeres cambiarían de los grupos de bisexuales y sin etiqueta a los grupos estándar de heterosexuales u homosexuales, este no fue el caso.

“Fueron más las mujeres las que cambiaron a una identidad bisexual o sin etiqueta que las que renunciaron a estas identidades; algunas mujeres bisexuales o sin etiqueta terminaron identificándose como lesbianas o heterosexuales. En general, la identidad más adoptada fue la no etiquetada”, escribió Diamond.

¿Entonces la fluidez sexual es exclusiva de las mujeres?

Es probable, consideró la educadora sexual Emily Nagoski, autora del libro “Good in Bed Guide to Female Orgasms”.

“Hacer espacio para la fluidez es una parte legítima en la orientación sexual, puede ayudar a las mujeres, pero seguramente no les haría daño a los hombres.

Los hombres tienen algo de fluidez también, sólo que no tanta”, escribió.

Para sostener su argumento, hizo referencia a una serie de estudios que pueden reforzar esta idea: por ejemplo, uno según el cual se han encontrado diferencias genéticas que podrían estar relacionadas con la homosexualidad, pero una herencia similar de orientación sexual no se ha identificado en las mujeres.

“La experiencia en la orientación sexual de las mujeres no es continua y es más variable que en los hombres, quienes normalmente se definen con mayor anticipación y además se mantienen apegados a su orientación a lo largo de diferentes situaciones”, añaidó Nagoski. Entonces, mientras muchos hombres tienden a identificarse como heterosexuales, gay o bisexuales, relativamente temprano en la vida, muchas mujeres pueden tener relaciones con ambos, hombres y mujeres, sin escoger una orientación sexual específica.

También las mujeres pueden ser más receptivas que los hombres a una variedad de señales sexuales. Para su reciente libro, “A Billion Wicked Thoughts”, los neurocientíficos Ogi Ogas y Sai Gaddam, analizaron un billón de búsquedas en línea, un millón de sitios web, un millón de videos eróticos, un millón de historias eróticas, millones de anuncios personales y decenas de miles de novelas románticas digitalizadas para entender mejor las diferencias sexuales entre hombres y mujeres.

Llegaron a la conclusión de que una sola señal puede disparar excitación en el cerebro masculino, mientras que los cerebros femeninos requieren múltiples señales para que se exciten.

Del mismo modo, un estudio de la Universidad de Toronto concluyó que, mientras hombres que se identifican como heterosexuales u homosexuales se excitan con pornografía heterosexual o gay, respectivamente, las mujeres fueron mucho más complicadas: sin importar la orientación con la que se identificaban, mujeres heterosexuales, gay y bisexuales, se excitaron físicamente por un amplio rango de imágenes sexuales pornográficas, incluyendo hombre-hombre, hombre-mujer, y mujer-mujer. Se excitaron hasta con unas imágenes de unos monos apareándose, aunque no lo admitieron.

Obviamente, no podemos tomar estas referencias como prueba de que a todas las mujeres les atraen otras mujeres o incluso los changos.

Pero lo que sí sugiere la información es que las mujeres pueden ser más capaces de encontrar atractivas a las personas o las cosas, sin importar su orientación. Eso explicaría por qué al 95% de los hombres que fantasean con un trío sólo les gustaría estar con dos mujeres, mientras que el número de mujeres heterosexuales abiertas a tener a una mujer o un hombre en un encuentro es mayor.

Finalmente, podemos concluir que las declaraciones de Cynthia Nixon y los comentarios sobre su orientación sexual nos dicen menos que nuestras propias percepciones.

Probablemente, en este caso la lección sea que el amor y el deseo se refieren a las personas, y no a las etiquetas u orientaciones sexuales, y la verdad es que yo creo que eso es algo bueno.

*Nota del editor: Ian Kerner es consejero de sexualidad y autor del libro éxito de ventas del New York Times, publica sobre temas sexuales los jueves en The Chart, obtén más información sobre él en su página web GoodInBed.