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Mundo

Mi trabajo era inventar, dice desertor del régimen sirio

Por CNN en Español

ESTAMBUL (CNN) — Durante años, Abdulah al Omar se codeó con algunos de los hombres más poderosos del régimen sirio. Para no dejar lugar a dudas, de inmediato lo prueba con las fotografías que tiene en su teléfono: decenas de fotos en las que el sirio corpulento estrecha alegremente las manos de ministros del gobierno, dignatarios extranjeros y hasta del presidente sirio.

“Él sabía mi nombre”, dijo Al Omar, señalando una foto en la que aparece de pie junto a Bachar al Asad. “Un día estábamos sentados a la mesa, me dio de comer con su propia mano y me dijo: ‘Te encanta la comida porque eres de Aleppo’. Luego dijo a su escolta: ‘Cuiden bien a Abdulah al Omar porque le encanta la comida y ama su estómago’”.

Al Omar afirma que durante cinco años trabajó en la oficina de prensa del palacio presidencial en Damasco, como parte de un equipo de 15 personas, dirigido por la veterana vocera del gobierno y asesora presidencial, Bouthaina Shabaan.

Al Omar dijo que hasta que desertó y huyó de la capital siria, el mes pasado, gran parte de su trabajo consistía en mentir. “Nuestro trabajo era inventar, crear engaños y cubrir los crímenes de Bachar al Asad”, dijo.

No ha sido posible confirmar de forma independiente las afirmaciones de Al Omar. El hecho de que reconozca abiertamente su labor como propagandista del gobierno despierta dudas acerca de su confiabilidad como informante.

No obstante, el director editorial de una organización de medios que está a favor de los rebeldes, quien pidió no ser nombrado por razones de seguridad, confirmó a CNN que sabía que al Omar trabajaba para la policía secreta de Siria. “Es el principal informante de Al Jawiya”, señaló el periodista sirio, haciendo referencia a la temida agencia de inteligencia de la fuerza aérea. “Era un informante importante que trabajaba para el palacio y para Bouthaina (Shabaan)”.

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Durante una entrevista de cuatro horas de duración, realizada en Estambul, Al Omar describió con detalle algunos de los métodos que los medios que apoyan al gobierno utilizan en su propaganda.

Al Omar dijo que durante los bombardeos del gobierno en contra del vecindario rebelde de Baba Amr, en la ciudad de Homs, algunas mujeres leales al régimen se disfrazaron como locales para ser entrevistadas en televisión. “Las mujeres debían decir que las masacres en las que murieron hombres, mujeres y niños habían sido perpetradas por pandillas armadas, cuando quienes en realidad estuvieron detrás de esos actos terribles fueron el régimen sirio, las fuerzas de seguridad y la Shabiha (la milicia pro gubernamental)”, dijo Al Omar.

Los relatos de los habitantes de Homs, quienes hablaron con CNN de forma anónima por miedo a represalias de las fuerzas de seguridad sirias, respaldan las afirmaciones de Al Omar.

“Lo recuerdo como si fuera ayer: la TV estatal mostró a Al Asad desfilando a través de Baba Amr; ninguno de los habitantes era de esa zona”, dijo un nativo de Homs que hoy se encuentra exiliado en Líbano. “Los trajeron de las ciudades cercanas, del campo, para que fingieran que lo estaban recibiendo como a un héroe, que era un líder amado, cuando en realidad todos los habitantes de Homs sabían que él era el culpable de la destrucción de todas las casas y de la muerte de todos los civiles inocentes en Homs y en todas las ciudades de Siria”.

Al Omar declaró que cuando las protestas en contra del gobierno iniciaron en marzo de 2011, se le ordenó establecer una estación de televisión a favor del régimen en Aleppo.

En un comercial de un sitio de internet sirio se puede ver a Al Omar, de pie frente a una pancarta que decía: “Al Aleppia TV, sosteniendo un micrófono”. Los periodistas de Aleppo dijeron que la estación era una operación de bajo presupuesto para transmitir a través de internet.

Una de las tareas de Omar fue presentar invitados a favor del régimen en el canal y en otras cadenas internacionales para desacreditar a los desertores del régimen sirio. “Contratábamos a gente leal al régimen en Líbano o Siria para que aparecieran como invitados en Al Jazeera, AL Arabiya y otros canales, para que dijeran que los desertores eran malos, corruptos y que hacían mal su trabajo”.

Cuando se le preguntó cómo reaccionarían sus antiguos colegas a su deserción, Al Omar dijo: “Seguirán el procedimiento establecido y dirán que Abdulah al Omar no tenía nada que ver con la oficina de prensa, que no trabaja en el palacio presidencial, que nunca habían oído hablar de mí y que caí del cielo sólo para manchar la imagen del régimen”. Al Omar prosiguió: “Eso los avergonzará, ya que aparezco en muchas fotografías y videos, en prácticamente todas las conferencias de prensa y recepciones oficiales de Bachar al Asad”.

Existe una gran cantidad de fotografías que respaldan su afirmación. En más de una decena de fotos, se puede ver claramente a Al Omar en las conferencias de prensa en las que aparece al Asad y un gran número de jefes de Estado invitados, incluyendo al presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad; el expresidente de Rusia, Dmitri Medvédev y el presidente venezolano, Hugo Chávez.

En las fotografías aparece Al Omar en el palacio presidencial, en lo que parecen ser recepciones de gobierno, posando al lado de funcionarios de alto nivel como Shabaan; el ministro de Exteriores de Siria, Walid Moallem, y otros miembros prominentes del Parlamento sirio y del partido gobernante, Baath.

Al Omar también fue fotografiado al lado de aliados del régimen como el líder palestino de Hamas, Khaled Mashaal; los embajadores iraníes en Damasco y Beirut; y un hombre barbado a quien Al Omar identificó como el líder de la sede política de Hezbolá.

“Los iraníes se reunían con al Asad casi a diario”, dijo Omar. “Oficiales de seguridad iraníes, oficiales de alto rango de la guardia revolucionaria iraní, muchos oficiales de alto nivel”.

Omar explicó que, a lo largo de los 19 meses que ha durado el sangriento levantamiento, el presidente sirio se ha vuelto más irritable y ansioso. Al Omar relató que al Asad empezaba a caminar nerviosamente de un lado a otro por los pasillos, y muchas veces se quedaba mirando la ciudad de Damasco a través de las ventanas del palacio.

“Tres o cuatro meses después de que empezara la revolución parecía más preocupado y ansioso, casi nunca lo vimos sonreír”, recordó Al Omar. “A veces lo veíamos hacer movimientos con su cabeza o ademanes con manos y pies que no son apropiados para un presidente”, continuó. “Un día lo vi patear una mesa; vociferaba y maldecía a la gente de Homs, Rastan, Daraa; insultaba a los sunitas y al pueblo sirio en general”.

Al Omar dijo que Al Asad despachaba en una oficina que estaba a unos 30 metros de la habitación en la que se encontraba el departamento de prensa. Afirmó que el presidente estaba obsesionado con la cobertura que los medios extranjeros hacían de Siria. “Bachar al Asad tiene 16 pantallas de televisión en su sala de juntas, en su oficina y hasta en la sala de prensa”, dijo el desertor. “Los canales de noticias que aparecían en la fila superior de pantallas eran Al Jazeera, Al Arabiya, BBC, CNN… Creía que sus principales enemigos eran los medios. Los odiaba más que al Ejército Libre de Siria, en especial a los reporteros extranjeros que entran a Siria, porque son quienes muestran lo que está ocurriendo realmente. Se enfurecía y vociferaba, maldecía a la policía secreta y a las fuerzas de seguridad; decía que no era posible que no pudieran encontrar a estos reporteros, capturarlos y ‘traérmelos para que los mate’”.

No hay manera de confirmar las acusaciones de Al Omar; no obstante, varios reporteros extranjeros han muerto en Siria durante este año. La veterana corresponsal de guerra Marie Colvin y el fotógrafo Remi Ochlik murieron durante un bombardeo del gobierno en Homs en febrero. Ellos fueron de los primeros reporteros extranjeros fallecieron o resultaron heridos tras entrar en Siria sin la autorización del gobierno.

Mientras tanto, el gobierno sirio ha mantenido cautivos a varios reporteros extranjeros por periodos prolongados sin reconocer que están en Siria. Gracias a la mediación de Irán, las autoridades sirias liberaron en mayo a los periodistas turcos Adem Ozkose y Hamit Coskun, casi dos meses después de su desaparición en el norte de Siria.

El departamento de Estado de Estados Unidos anunció recientemente que creía que un reportero estadounidense independiente llamado Austin Tice se encontraba en manos del régimen sirio. Tice desapareció en Siria en agosto pasado. Mientras tanto, en Turquía se organiza un movimiento para solicitar la liberación de Cuneyt Unal, camarógrafo turco que fue capturado en Siria y expuesto en la televisión estatal en agosto de este año.

Al Omar dijo que el palacio presidencial no era inmune a peligro mientras el régimen se esforzaba por acallar las voces de la disidencia y combatir la creciente insurgencia armada. La peor crisis ocurrió en julio, cuando cuatro de los principales oficiales de seguridad de la oficina de manejo de crisis murieron en un atentado con bomba. Entre las víctimas estaba el asesor de seguridad del presidente, Hassan Turkmani, hombre de bigote y expresión seria que aparece al lado de Al Omar en varias fotografías. Al Omar afirma que al Asad se salvó del atentado por poco.

CNN contactó al gobierno ruso, que no respondió de inmediato a las afirmaciones de Al Omar. “Dos días después de que regresó de Rusia, Maher al Asad fue al palacio presidencial”, dijo Al Omar. “Había perdido la pierna izquierda en el ataque y no podía usar su brazo izquierdo”.

Desde el atentado, el hermano del presidente no ha aparecido en público. Poco después del ataque, fuentes diplomáticas decían que Maher al Asad había resultado gravemente herido.

Las razones por las que Al Omar ha abandonado su posición cercana al poder aún no están claras. Podría ser instinto de supervivencia. Según los reportes de varios sitios web de Siria, Al Omar sobrevivió en 2011 a un ataque efectuado por “terroristas armados” en Aleppo, sobre el que el normalmente locuaz Al Omar se rehusó a hablar.

El expropagandista del régimen dijo que el giro decisivo se había dado el mes pasado, mientras conducía por la ciudad de Atareb, en el norte del país. “Juro que lloré cuando llegué a Atareb y vi todas las casas y comercios abandonados, todo estaba destruido y calcinado”, dijo Al Omar.

Durante una visita a Atareb en agosto pasado, los periodistas de CNN se encontraron con una ciudad prácticamente desierta, los edificios estaban devastados tras los meses de combates entre las fuerzas del régimen y los rebeldes.

“Nunca pensé que las cosas estuvieran tan mal, sólo veía lo que pasaban por televisión”, continuó Al Omar, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. “Cuando lo vi con mis propios ojos grité: ‘¿Cómo puede Bachar al Asad hacer esto?' Ofrezco disculpas al pueblo sirio, porque hasta cierto punto yo colaboré con este régimen carnicero y asesino”.

Fue la disculpa emotiva y llena de lágrimas de un sirio que ha pasado años subiendo los peldaños del poder. Su sinceridad es cuestionable, por tratarse de un hombre que reconoció haber mentido durante años para el régimen sirio.

El periodista Ammar Cheik Omar colaboró con este reportaje