Las pruebas sanguíneas pueden detectar cánceres prostáticos agresivos por sus patrones específicos de actividad genética.

Por Jamie Hamilton

(CNN) — Una técnica de codificación genética desarrollada recientemente puede predecir cuán grave es el cáncer de próstata de un hombre, según una nueva investigación del Instituto de Investigación de Cáncer (ICR, por sus siglas en inglés) en Londres, Reino Unido.

Los descubrimientos son un desarrollo “muy importante” para lograr una cura, dice Johann de Bono, autor principal del estudio publicado esta semana en la revista médica británica The Lancet.

Las pruebas sanguíneas pueden detectar cánceres prostáticos agresivos por sus patrones específicos de actividad genética. Al leer el patrón de genes que se activa y desactiva en las células sanguíneas, los investigadores pueden identificar con precisión qué cánceres tuvieron las peores tasas de supervivencia (es decir, en cuáles de ellos hubo menos sobrevivientes). En respuesta a esto, los médicos pueden ajustar el tratamiento como corresponde.

De Bono cree que la prueba sanguínea es un avance sustancial de las actuales técnicas de biopsia.

“Aunque una biopsia puede proporcionar información importante sobre el diagnóstico y pronóstico, es invasiva, conlleva potenciales complicaciones y puede ser difícil de obtener”, dice.

Además, una vez que el tratamiento comienza, no es posible obtener biopsias adicionales para monitorear el cáncer. En comparación, la prueba sanguínea “sería mucho más fácil para los pacientes, potencialmente más precisa y permite que el cáncer sea evaluado a través del tratamiento”, de acuerdo con De Bono.

Las pruebas sanguíneas proporcionan información que una biopsia no puede proporcionar, indicando cómo otros factores de los pacientes, como la respuesta inmune, pueden impactar la supervivencia.

Los estudios son limitados; los investigadores sólo recogieron datos de 100 personas. De Bono afirma que los resultados permanecen como “preliminares” y que “el siguiente paso es evaluar este panel biomarcador en una mayor población de pacientes”.

Dependiendo del resultado de estas pruebas, la nueva técnica de código de barras podría estar disponible dentro de los próximos cinco años.