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Argentina

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Margaret Thatcher, la política firme que luchó por las Islas Malvinas

Por CNN en Español

LONDRES (CNN) — Margaret Thatcher, la ex primera ministra británica que falleció este lunes a los 87 años, alcanzó el principal cargo de su país seis años después de declarar en una entrevista por televisión: “No creo que haya una mujer primera ministra en el tiempo que yo esté viva”.

Durante su tiempo al frente del gobierno británico, enfatizó el absolutismo moral, el nacionalismo y los derechos del individuo frente a los del Estado e hizo la famosa declaración en 1987: “No hay tal cosa como la sociedad. Hay hombres y mujeres, y hay familias".

Thatcher, quien nació en octubre de 1925 en Grantham, pequeño poblado mercantil ubicado al Este de Inglaterra, provenía de una familia modesta, orgullosa de ser conocida como hija de un tendero. Estudió Química en Oxford, pero participó en la política desde una edad temprana. Pronunció su primer discurso político a los 20 años, según su biografía oficial.

Fue elegida líder del Partido Conservador en 1975, cuando la agrupación estaba en la oposición. Hizo historia cuatro años después, al convertirse en primer ministra cuando los conservadores ganaron las elecciones de 1979, la primera de tres victorias electorales a las que ella llevó a su partido.

Como líder británica, Thatcher tomó una postura firme con la Comunidad Europea, precursora de la Unión Europea, al exigir un reembolso del dinero aportado por Londres a Bruselas. Sus posturas sobre otros temas, tanto internos como internacionales, fueron igual de firmes.

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Gran Bretaña enfrentó una breve y brusca guerra contra Argentina por las Islas Islas Malvinas o Falklands bajo el gobierno de Thatcher, en 1982, al responder con fuerza cuando Buenos Aires reivindicó el territorio.

Al dar a conocer que Gran Bretaña había recuperado la isla Georgia del Sur de Argentina, Thatcher apeló a los sentimientos nacionalistas, al recomendar a la prensa: “Sólo regocíjense por la noticia y feliciten a nuestras fuerzas”.

Un periodista le lanzó una pregunta cuando ella se dio la vuelta para volver al 10 de Downing Street: “¿Vamos a la guerra contra Argentina, señora Thatcher?” Se detuvo por un instante, y luego dio una sola palabra: “¡Regocíjense!”

La polémica por la guerra de las Malvinas

El conflicto no estuvo exento de polémica, incluso dentro de Gran Bretaña. Un submarino británico hundió el único crucero de Argentina, elGeneral Belgrano, en un episodio que dejó 358 muertos del lado argentino. El hundimiento se produjo fuera de la zona declarada por Gran Bretaña como de exclusión.

Durante su primer mandato, Thatcher redujo o eliminó muchos de los subsidios del gobierno a los negocios, acción que dio lugar a un fuerte aumento del desempleo. Para 1986, el desempleo había alcanzado la cifra de tres millones.

Sin embargo, Thatcher ganó aplastantemente la reelección en 1983, de la mano de la victoria en las Malvinas, mientras su partido se hacía de una mayoría de escaños en el Parlamento, con un 42% de los votos. Los laboristas, quienes quedaron en segundo lugar, lograron casi un 28%, mientras que la alianza que se convertiría en los Liberal Demócratas se hizo de poco más del 25%.

Un año después, ella escapó de un atentado terrorista del Ejército Republicano Irlandés (IRA) en su hotel durante un encuentro del Partido Conservador en Brighton, Inglaterra.

Fue reelegida en 1987 con una mayoría ligeramente reducida. Finalmente fue derrotada, no por los votantes británicos, sino por su propio partido.

Apodada como la dama de hierro por la prensa soviética después de un discurso en 1976 en el que declaró que “los rusos están empeñados en dominar el mundo”, Thatcher disfrutó más tarde de una estrecha relación de trabajo con el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, con quien compartió enfoques conservadores parecidos.

La guerrera fría británica desempeñó un papel clave para poner fin al conflicto, dando su sello de aprobación al reformista comunista soviético Mijail Gorbachov, poco antes de que él llegara al poder. “Me gusta el señor Gorbachov. Podemos trabajar juntos”, declaró en diciembre de 1984, tres meses antes de que él se convirtiera en el líder soviético.

Tras su acierto respecto a Gorbachov, Thatcher pasó al lado equivocado de la historia tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, al argumentar en contra de la reunificación de Alemania Oriental y Occidental.

Permitir fusionarse a los países creados como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial desestabilizaría al statu quo europeo, y Alemania del Este no está lista para convertirse en parte de Europa Occidental, enfatizó en enero de 1990.

“Alemania Oriental ha estado bajo el nazismo o el comunismo desde 1930. De la noche a la mañana, no se va a pasar a estructuras democráticas y una economía de libre mercado”, insistió Thatcher en una entrevista clave, con el argumento de que la paz, la seguridad y la estabilidad “sólo pueden alcanzarse a través de nuestras alianzas existentes negociando con otras a nivel internacional”.

El líder de Alemania Occidental, Helmut Kohl, se puso furioso por la entrevista, al ver a Thatcher como “protectora de Gorbachov”, según notas hechas ese día por su cercano colaborador, Horst Teltschik. Las dos Alemanias se reunificaron a finales de ese año.

La deriva tras un impuesto

Fue obligada a dimitir en 1990, durante una lucha por el liderazgo interno después de que presentó un impuesto a los residentes de la comunidad en lugar de a la propiedad. El impopular impuesto dio lugar a disturbios en las calles.

Se casó con su esposo, Denis Thatcher, un empresario local que encabezaba la empresa de su familia antes de convertirse en un directivo de la industria petrolera, en 1951. La pareja tuvo gemelos, Mark y Carol, en 1953.

Fue elegida integrante del Parlamento en 1959 y se desempeñó en varios cargos, entre ellos el de secretaria de Educación, hasta sus mandatos como primera ministra.

Thatcher fue condecorada con la Medalla de la Libertad de EU por el presidente George H.W. Bush, en 1991, un año después de que ella dejara el cargo como primera ministra. Fue nombrada baronesa Thatcher de Kesteven tras dejar el puesto.

Se retiró de la vida pública después de un derrame cerebral, en 2002, y después sufrió pequeños derrames. Su esposo murió en junio de 2003. Aunque los médicos le aconsejaron no hablar en público, una frágil Thatcher asistió al funeral de Reagan en 2004, y dijo en un video pregrabado que Reagan fue “un gran presidente, un gran estadounidense y un gran hombre. Y he perdido a un querido amigo”, dijo.

En 2004, su hijo Mark fue arrestado en una investigación de un supuesto complot fraguado por mercenarios para derrocar al presidente de Guinea Ecuatorial, en África occidental. Se declaró culpable ante un tribunal sudafricano en 2005 por involuntariamente financiar el complot.

Laura Pérez Maestro, de CNN, contribuyó al reporte.