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Salud

¿Es seguro tener relaciones sexuales después de un infarto?

Por Juan Andrés Muñoz

Por Ian Kerner, colaborador de CNN

Nota del editor: Ian Kerner, asesor de temas sexuales y autor best-seller del New York Times, escribe sobre sexo y relaciones en CNN Health. Puedes leer más información sobre él en su sitio de Internet Good in Bed.

(CNN) -- Sufrir un ataque al corazón a menudo es una llamada de atención para que las personas cambien su estilo de vida, ya sea que esto implique dejar de fumar, comer más saludable o simplemente enfocarse en las cosas que disfrutan hacer.

Sin embargo, sobrevivir un ataque al corazón también puede desencadenar ansiedad: ¿Qué pasa si ocurre de nuevo? Mientras a muchos hombres y mujeres les preocupa que su corazón falle durante una intensa sesión de ejercicios, parece que el sexo es una preocupación aún mayor.

Para abordar este temor, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recientemente publicó sus primeros principios para ayudar al personal de atención médica a aconsejar a los pacientes a que retomen una vida sexual saludable luego de un infarto, derrame, trasplante de corazón o algún otro procedimiento cardiovascular. Puede sonar muy sencillo, pero la verdad es que, hasta ahora, los pacientes han recibido muy poca o casi ninguna asesoría acerca de este asunto tan importante.

De hecho, un estudio realizado el año pasado en el que se tomó en cuenta a 1.900 pacientes que sufrieron un infarto sugiere que sólo un tercio de las mujeres, y menos de la mitad de los hombres recibieron instrucciones acerca de cómo retomar su actividad sexual luego de salir del hospital, y que estos tenían un 44% más de probabilidades de reportar que no habían tenido relaciones sexuales un año después.

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Otro estudio reciente concluyó que muy pocos médicos aconsejaban a las mujeres  retomar la actividad sexual después de sufrir un infarto.

Los nuevos principios de la AHA tienen como fin educar a los profesionales de la salud cuando hablen de sexo con sus pacientes cardiovasculares, pero también brindan información a los pacientes en sí.

"Estas son recomendaciones importantes que reconocen la indecisión de las parejas con respecto a reanudar su actividad sexual, aunque el riesgo real de que la condición empeore con actividad sexual sea extremadamente bajo", explica mi colega, la doctora Madeleine Castellanos.

Estos son algunos aspectos importantes de los principios:

El sexo no es tan arriesgado como teme. Es natural que exista preocupación acerca de tener actividad sexual después de un infarto u otro problema cardiovascular. En la mayoría de personas, es poco probable que el sexo desencadene otro paro cardíaco. Según la AHA, si no experimenta síntomas cardíacos (como dolor en el pecho, falta de aliento y mareo) mientras hace ejercicio, probablemente no los experimentará en la cama.

Ayuda mucho pensar en el sexo como pensaría en otras actividades que requieren esfuerzo, tales como subir las escaleras, hacer ejercicio, o en general, regresar a un estilo de vida activo. Si su doctor no se lo ofrece, pídale que le haga una prueba de "estrés": Si puede ejercitarse en una cinta de correr a un paso de más o menos 5 a 6 kilómetros por hora, estará bien, según la AHA.

Su vida sexual puede cambiar. No hay nada de malo en eso. Como  mencioné anteriormente, muchas personas toman un problema cardiaco como una oportunidad para cambiar su estilo de vida. Aunque seguramente podrá retomar a la vida sexual que llevaba antes, es bueno que reconsidere las cosas bajo las sábanas.

La AHA recomienda considerar posiciones que sean cómodas. La pareja que está en la posición de encima durante la relación sexual, requiere más energía, por ejemplo. Si no se siente listo para regresar al sexo del todo, no deje de practicar otras formas de intimidad física, como abrazarse, besarse, acurrucarse o tocarse el uno al otro.

Las mujeres no son hombres pequeños. Las investigaciones sugieren que los hombres que sufren  enfermedades cardiovasculares tienen el doble de probabilidades de presentar índices de disfunción eréctil, en comparación con aquellos que no sufren de estas enfermedades. Las mujeres también experimentan retos sexuales, tanto antes como después de un infarto.

"Aprecio mucho que la AHA se haya tomado el tiempo de indicar que la sexualidad de la mujer a menudo puede verse marginada, y que sus quejas sexuales en cuanto a la lubricación y la excitación deben verse como un serio indicador de una posible enfermedad cardiovascular, al igual que en los hombres con disfunción eréctil", explica Castellanos.

La comunicación es clave. El principal mensaje que nos deja los principios de la AHA es que tanto pacientes como doctores deben dejar de lado la vergüenza, para hablar de sexo abiertamente.

"Espero que todos los profesionales de la salud reconozcan la importancia de la asesoría sexual, y aprecien la importancia que tiene en la calidad de vida de las personas", dice Castellanos.

Desafortunadamente, no todos los doctores y enfermeras se sienten cómodos al abordar el tema, así que tal vez tendrá que ser usted quien inicie la conversación. Sólo piense en su sexualidad como parte de su salud en general, y asegúrese de hacer todas sus preguntas, desde cuándo puede volver a tener sexo, hasta cómo lidiar con sus temores y ansiedades.

Puede no ser fácil al principio, pero hablar con su doctor y su pareja acerca de sus preocupaciones, puede ayudarlo mucho a volver a la normalidad.