Por Eloísa Capurro

(CNNMéxico) — La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, salió debilitada de su primera prueba de cara a las elecciones legislativas de octubre y las presidenciales de 2015. Las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) situaron al kirchnerismo como la primera fuerza política a nivel nacional, pero con la pérdida de bastiones clave en el panorama electoral argentino.

Con el 97% de las mesas escrutadas, el partido en el poder se quedó con el 26,3% de los votos para el Senado y el 25% para la Cámara de Diputados, pero fue derrotado en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, las cuatro más pobladas. También perdió en Santa Cruz, donde históricamente han ganado los Kirchner, Jujuy, San Juan y La Rioja.

“Somos la mayor fuerza nacional y además somos gobierno”, dijo en la medianoche de este domingo la presidenta Fernández, tras reconocer su derrota en Buenos Aires. “En 2009 perdió él y asumió un diputado, pero los que tuvimos que seguir laburando y poniendo la pechuga para que los argentinos sigan teniendo las cosas fuimos nosotros”, dijo Fernández en alusión a Néstor Kirchner.

La convocatoria de este domingo se trató de una gran encuesta sobre la aprobación del gobierno, según expertos consultados por CNNMéxico, de la cual el gobierno salió debilitado y con un panorama complejo de cara a las presidenciales de 2015. El partido kircherista, el Frente por la Victoria, liderado por el gobernador de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, como la principal fuerza de oposición liderada por Sergio Massa, del Frente Renovación y exjefe de gabinete de la presidenta Fernández, presentaron listas únicas.

“Hoy empezamos a recorrer un nuevo camino, que tiene que ver con convocar a todos los sectores de la sociedad para tratar de dar vuelta a una página más de nuestra historia política”, dijo Massa al oficializarse su victoria. En la provincia de Buenos Aires, Massa consiguió cinco puntos porcentuales más que el candidato kirchnerista: un 35% sobre el 29,6% de Insaurralde. El diario argentino La Nación señala este lunes que se trata de “la peor derrota del kirchnerismo en los últimos 10 años”, mientras que Clarín titula Se acabó el sueño de la reelección.

En una jornada sin incidentes, votó más del 76% de los más de 30 millones de argentinos habilitados y obligados a votar, incluidos por primera vez los jóvenes de 16 y 17 años.

“Las PASO fueron creadas en 2010 y tenían por objetivo la democratización de los partidos políticos. Fueron una iniciativa positiva, pero hasta ahora casi no se han utilizado”, dijo a CNNMéxico el politólogo Julio Burdman, de la Universidad de Belgrano, Buenos Aires. Solo en 16 de las 23 provincias argentinas se disputaban más de una lista, por lo que lo que saliera de estas elecciones se perfilaba como una antesala de lo que pasará en octubre y de la división de poderes que se espera para 2015.

“Lo que saque ahora el partido de Fernández es lo que tendrá en octubre”, dijo a CNNMéxico el politólogo Norberto Consani de la Universidad Nacional de La Plata. “Massa, si saca un 30% ahora, puede tener un 35% o más en octubre. Porque en general en la población hay un humor social en contra del gobierno. Y aquellos que votaron a otros candidatos ayer es probable que se vuelquen a Massa”, pronosticaba Consani.

El “agotamiento” del modelo

Las encuestas previas a las elecciones de este domingo hablaban de un debilitamiento del modelo kirchnerista. El 60% de los argentinos no quiere una victoria kirchnerista en octubre, según una encuesta del 4 de agosto de la consultora Managment&Fit y el 58,9% de los consultados desaprueba el mandato de la presidenta. A pesar de esto, el 45% de los argentinos cree que será esa fuerza la que gane en las legislativas.

“El kirchnerismo viene de 10 años de gobierno. Cierto desgaste es inevitable. Pero no está acabado ni debe ser subestimado. Si de esta elección sale en pie, tendrá influencia en la gobernabilidad futura”, estimó Burdman. “No creo que haya cambios en el modelo. Lo que se jugó fue la sucesión de Cristina Fernández, no el gobierno actual”.

La inflación, la inseguridad y algunos casos de corrupción han influido en ese “desgaste” del que hablan los analistas consultados. En junio la inflación tuvo una subida mensual de un 1,93%, según el IPC Congreso, elaborado por un grupo de consultoras privadas. La inflación en los últimos 12 meses fue del 24%. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (Indec) señalan un aumento de entre un 0,6% y un 0,9%. La tendencia se mantiene a pesar de que el gobierno ha congelado los precios de algunos alimentos básicos.

El peso argentino tocó en julio su mayor devaluación mensual de los últimos cinco años. El dólar oficial subió un 2,19% y un 20% en la comparación anual. El dólar blue, el tipo de cambio paralelo que el gobierno intenta combatir con varias barreras cambiarias, llegó a una brecha de un 63% con respecto al tipo de cambio oficial. Los argentinos inventan estrategias para acceder a dólares que sean más ventajosos.

El 8 de agosto, se convocó una protesta en Buenos Aires y en varias provincias argentinas. Como en otras marchas desde finales del año pasado, la iniciativa se organizó en las redes sociales, y sus principales reclamos fueron la corrupción y la inseguridad. El periodista Jorge Lanata, opositor al gobierno, denunció una red de lavado de dinero en la que presuntamente estaba involucrado el expresidente Néstor Kirchner.

“Es un cóctel explosivo. Hay de todo: problemas económicos, corrupción, problemas institucionales, problemas con el periodismo”, dijo Consani refiriéndose a la puja que el gobierno sostiene con el grupo de medios Clarín. “Hay un desgaste muy grande del modelo. Pensábamos que el kirchnerismo sacaría un 30% de los votos, y en 2011 la presidenta salió reelecta con el 54%. Es una locura. Y no le alcanza en una elección presidencial”.

La batalla de 2015

Otra reelección de Fernández, que supondría una reforma constitucional, está descartada, de acuerdo con los analistas consultados. Se espera que la presidenta designe un sucesor mientras enfrenta una investigación para determinar si violó la veda electoral por inaugurar obras previo a las elecciones.

“Fue una campaña pobre en lo programático. No hay temas nuevos. El término de referencia fue el kirchnerismo: el oficialismo reivindicando su gobierno y la oposición atacando”, dijo Burdman. “El tema es la sucesión para 2015. Porque ahí entre (Cristina) Fernández, (Daniel) Scioli (gobernador de la provincia de Buenos Aires) y (Sergio) Massa, se juega una sofisticada competencia por el futuro”.

Según el politólogo, la victoria de Massa en Buenos Aires supone para el kirchnerismo que la figura de Scioli como sucesor de Cristina Fernández sea “más difícil de evitar”. Scioli, gobernador de Buenos Aires y exvicepresidente durante el mandato de Néstor Kirchner, se mantiene dentro del kirchnerismo aunque ha tenido enfrentamientos públicos con la presidenta y cuenta con una presencia propia en el electorado.

“El peronismo, herido políticamente, puede inclinarse por votar a Massa (un exkirchnerista) o a Scioli, que no es un kircherista puro”, dijo Consani. “Argentina es un país de personalismos fuertes, al contrario de lo que sucede en Estados Unidos o México, donde los fuertes son los partidos. Y una presidenta a quien le quedan dos años de gobierno, herida políticamente y con sus características personales, no es algo menor. Yo veo con mucha preocupación el panorama hasta 2015”.

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