CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Estados Unidos

OPINIÓN: El estrepitoso fracaso de liderazgo de Obama en Siria

Por CNNEspañol sjv

Por S.E. Cupp, especial para CNN

(CNN) -- Tras dos años de conflicto en Siria, el presidente Obama finalmente decidió que es el momento de explicarlo al pueblo norteamericano durante el discurso que dará desde el Despacho Oval el martes. Sin embargo, desde el principio, la estrategia de Obama respecto a Siria, si alguna vez ha existido, ha sido confusa.

Años de titubeos, límites que no se respetan y el no poder convencer a nuestros aliados internacionales y al público norteamericano para comprometerse con el plan sin plan del presidente han dado como resultado, de manera no sorprendente, un Congreso confundido.

Del lado republicano, el Senador John McCain estaba en contra del plan del presidente de una intervención limitada; sin embargo, el miércoles cambió de opinión. El Senador Marco Rubio estuvo a favor de la intervención de Siria durante los últimos dos años, pero no puede apoyar el plan de intervención militar de Obama.

En el lado demócrata han sido muchos los que anteriormente defendieron la política exterior de Obama que veían de alguna manera moralmente superior a la de su predecesor por su precaución y reflexión y ahora parecen regocijarse en su apoyo a una nueva guerra con Siria. También hay Demócratas que parecen estar menos confusos con sus principios de siempre y no apoyan una intervención en Siria.

El propio gobierno de Obama también parece confuso. El Secretario de Estado, John Kerry, ha tenido que volverse en sus pasos después de contradecir más de una vez la política oficial sobre Siria, la cual es definitivamente difícil de discernir.

Incluso el General Martin Dempsey, presidente de la Junta de Jefes de Estado, ha sido un portavoz torpe, y ha pasado buena parte de este último año diciendo al Congreso que una intervención a Siria sería insensata. Como Eli Lake, corresponsal del Daily Beast, explica, "El martes Dempsey no fue de mucha ayuda al Presidente en el tema de la guerra ante el Senado. Contradijo la contención del Presidente Obama del sábado cuando dijo que los retrasos no afectarían los planes de guerra en Siria, y confirmó que los militares sirios se estaban ajustando a las filtraciones de la prensa sobre un plan temprano".

La confusión no es tan sólo consecuencia de las complicadas maquinaciones sirias o la niebla de la guerra. Todo cuanto sabemos acerca del conflicto sirio —que el Presidente Bachar al Asad ha matado a su propia gente, que poseía armas químicas, que tenía oleoductos a Hizbolá e Irán y que al Qaeda se preparaba para aprovecharse del caos—, lo sabíamos desde la primera semana del conflicto, hace dos años.

El único responsable por la confusión es el Presidente Obama. Su estrepitoso fracaso de liderazgo en la crisis se ve más claramente cada día que pasa.

Es posible que simplemente no sabía qué hacer hace dos años y que ahora tampoco lo sabe. Siria es un conflicto confuso con muy pocas respuestas válidas. Si unimos las piezas de las acciones del presidente en los meses recientes, vemos claramente que le preocupa mucho proteger su propio legado. Esto significa esparcir la culpa a los demás.

Primero, se esforzó (en el último momento) por obtener apoyo internacional para una intervención a corto plazo que, según su propia admisión, no tenía el fin de cambiar el curso de la guerra. Llamo a esto la estrategia de la casa de playa. Quieres comprar una casa en la playa, pero no te la puedes pagar. Entonces vas con algunos amigos para que cuando el lavavajillas se estropee, nadie se encuentre en apuros. Esto no puede llamarse liderazgo, no es de extrañar que pocos quisieran unírsenos en "no cambiar el curso de la guerra" en Siria.

Aparentemente, Obama no quiere hacerse responsable por las líneas rojas que trazó. Insistió que, en cuanto al uso de al-Assad de armas químicas, "No tracé un límite, el mundo trazó este límite". Las reacciones ante este absurdo "agacharse y cubrirse" fueron tan inmediatas que la Casa Blanca despachó portavoces para explicar los comentarios contradictorios del presidente.

Aunque es cierto que los acuerdos de paz internacionales prohíben el uso de armas químicas, es incomprensible y vergonzoso que Obama no trace de manera orgullosa y desafiante límites a un dictador que gasee a niños inocentes en las calles. "Puedes estar seguro que éste es mi límite" habría sido un mensaje más impresionante y efectivo para el resto del mundo.

Últimamente, parece claro que el presidente no quiere hacerse responsable por su plan inicial de un ataque limitado a Siria con el único fin de castigar a al-Assad. No lo puedo culpar por esto, es una medida a medias, mal concebida que incluso el representante demócrata Charlie Rangel lo compara con estar increíblemente "medio encinta".

Luego de insistir que podría seguir adelante con su plan, incluso sin el Congreso, curiosamente permite a los legisladores preparar su estrategia por medio de resoluciones y enmiendas que alteran significativamente el alcance de sus planes de intervención. Si Obama realmente creyera que su plan es el correcto, y está preparado a seguir adelante sin el Congreso entonces, ¿por qué seguir con la pantomima de las audiencias? Me aventuro a decir que es para luego decir que cualquier cosa que terminemos haciendo con Siria fue en gran medida el plan de John McCain y otros miembros del Congreso.

Es una situación triste. Con tanto en juego —la estabilidad de la región, la seguridad de nuestros aliados, la proliferación de armas de destrucción masiva, las 100.000 muertes e Irán observando de cerca— se esperaría que el Presidente de los Estados Unidos reúna la sabiduría y el coraje para tomar una posición clara sobre Siria y que luego acepte el crédito o la culpa posterior. En cambio, parece que la principal preocupación del presidente en cuanto a Siria es él mismo.