Por Ben Brumfield, Diana Magnay y Laura Smith-Spark, CNN

(CNN) – Ha pasado casi un año desde que las protestas antigubernamentales surgieron en Estambul, provocando una respuesta de las autoridades que fue ampliamente criticada como muy severa. Pero la imagen de un asesor del primer ministro Recep Tyyip Erdogan pateando a un manifestante se convirtió en un símbolo de la protesta.

En el incidente, un hombre detenido por las fuerzas especiales en el suelo es pateado por el asesor, identificado como Yusuf Yerkel por los medios turcos y por CNN Turk.

Además de la ira provocada por la foto, el discurso del miércoles que Erdogan dirigió los familiares de los mineros muertos y heridos fue visto como insensible y dio lugar a críticas mordaces.

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A medida que la ira del público aumentó durante la noche, cientos tomaron las calles en protestas antigubernamentales, en Estambul y Ankara; en algunos casos, la policía respondió con cañones de agua y gases lacrimógenos.

En Ankara, la capital de la nación, algunos dejaron ataúdes negros frente a los edificios del ministerio de energía y el ministerio de trabajo y seguridad social. Mientras tanto, los sindicatos organizaron huelgas por todo el país el jueves.

En la mina, donde lo que se ha convertido más en un esfuerzo de recuperación que en un rescate, el ambiente era sombrío, pero había pocas señales del intenso enojo que se veía en todas partes por el accidente.

Una ‘pena para toda la nación turca’  

El presidente Abdullah Gul ofreció palabras de consuelo cuando visitó la ciudad occidental, un día después de que su primer ministro despertara la ira del público.

El mortal incendio en la mina es una “pena para toda la nación turca”, dijo Gul a los reporteros, y ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas.

Los espectadores escucharon en silencio hasta que un hombre interrumpió a Gul con gritos: “Por favor, presidente, ¡ayúdenos, por favor!”

Se ha iniciado una investigación sobre el desastre mortal ocurrido en la mina en Turquía, dijo Gul, agregando que él estaba seguro de que esto podría “arrojar luz” sobre qué regulaciones se necesitan. “Se hará lo que sea necesario”, dijo.

Él elogió la minería como una valiosísima profesión. “No hay duda de que la minería y trabajar… para ganarte el pan bajo tierra quizá es la más sagrada de las tareas”, le dijo a los reporteros.

Gul había entrado al sitio de la mina con un séquito de varias docenas de personas -en su mayoría hombres vestidos con trajes oscuros- caminando entre una multitud de rescatistas que se encontraban de pie detrás de barricadas establecidas por la policía.

El jueves, los rescatistas y los equipos de recuperación sacaron más cuerpos de la mina de carbón de la que todavía salía humo, donde el total de muertos hasta ahora es de 282 personas.

La resignación era evidente en los rostros de los trabajadores después de haber permanecido afuera de la mina durante horas, esperando sin hacer nada. Algunos de ellos habían pasado el tiempo hablando por celular; otros, fumando o quitándose sus sombreros y cubriendo sus rostros con sus manos.

Al haberse casi desvanecido la esperanza de encontrar sobrevivientes, parecía que no había mucho que pudieran hacer.