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Por Emily Jane Fox, CNNMoney

(CNNMoney) – Nick Andreottola y sus huéspedes se despertaron una mañana en una casa alquilada en los Hamptons sintiéndose peor que de costumbre: vista borrosa, dolor de cabeza, estómago revuelto. No era solo una simple resaca.

Ahí es donde el I.V. Doctor entra en escena. Por unos cuantos cientos de dólares cada uno, una enfermera se presentó con media docena de bolsas de solución intravenosa y los regresó a la vida.

El I.V. Doctor, un servicio iniciado en diciembre por el urólogo neoyorquino, el doctor Elliot Nadelson y su hijo Adam, un residente de cirugía, lleva la hidratación intravenosa y otros medicamentos para ayudar a curar las resacas que aquejan a los neoyorquinos en sus casas de lujo en la playa de los Hamptons, y en apartamentos y oficinas por toda la ciudad.

El doctor Adam Nadelson dijo que el servicio tiene más o menos 60 enfermeras en la ciudad y 12 más en los Hamptons, quienes le administran a sus clientes unos 200 mililitros de líquido y una combinación de medicina para la náusea, la acidez, la inflamación o el dolor de cabeza. El cóctel completo de todos los medicamentos, que Nadelson dijo es el pedido más popular, cuesta 249 dólares.

Mientras Nadelson dijo que sus clientes van desde princesas europeas hasta estrellas olímpicas de atletismo, la mayoría de las personas que utilizan su servicio trabajan en el sector financiero. Los ayuda cuando tienen que trabajar muchas horas, entretener a los clientes hasta tarde en la noche y deben tener un desempeño de alto nivel a primera hora a la mañana siguiente.

“Están quemando la vela por ambos extremos y esto les ayuda a restablecerse rápidamente”, dijo.

Esa es la razón por la que Jon, un comerciante de ventas de 31 años que trabaja en un banco de Nueva York, quien no desea que su apellido se dé a conocer, comenzó a llamar al I.V. Doctor en enero. Iba a asistir a un evento con clientes para el Super Bowl, y sabía que iba a ser una “gran noche” así que concretó una cita en su oficina a las 8 a.m. al día siguiente.

En una pequeña y discreta sala de conferencias en su oficina, una enfermera lo conectó a la bolsa de solución intravenosa mientras él revisaba sus correos electrónicos durante 40 minutos más o menos, y ella se marchó a tiempo para que pudiera comenzar su jornada.

“Mira, no es una cura milagrosa. No hay nada que realmente elimine la resaca al 100%”, dijo. “Pero si entras sintiéndote mal, por ejemplo en un 2, sales media hora después como un 7. Lo cambia todo”.

Desde entonces, Jon dijó que ha tenido una docena de citas y recomendó el servicio a todos sus amigos. Ahora hace sus citas con anticipación si sabe que va a salir en la noche, así que todo está preparado en su oficina antes de que la resaca pueda hacerse sentir.

Adam Nadelson dijo que la compañía quiere lograr algo más que solo curar a quienes han bebido demasiado. Visitan pacientes que se han intoxicado o tienen gripe, y a los atletas antes de juegos o carreras importantes.

Pero también se trata de generar una nueva corriente de ingresos.

“Hoy en día, es mucho más difícil ser un doctor exitoso”, dijo, aunque su padre aún tiene tres oficinas en Nueva York. “Estás empezando a ver médicos de cabecera que inyectan botox como algo adicional a fin de obtener más ingresos. Este negocio no tiene gastos de estructura y realmente está ganando popularidad”.

Los Nadelson no son los primeros en hacer dinero a partir de la resaca de los clientes. Hangover Heaven abrió sus puertas hace dos años en Las Vegas; cuenta con una clínica abierta 24 horas al día, siete días a la semana. Los servicios en la clínica van desde 129 hasta 239 dólares, pero quienes deseen que una enfermera llegue a su habitación de hotel tendrán que pagar 200 dólares adicionales en horas hábiles y 300 dólares entre 5 p.m. y 9 a.m.

Los Nadelsons no se conformarán solo con una ciudad. Este verano, se expandirán a Chicago y están haciendo una fuerte promoción en medios sociales para posibles clientes en los Hamptons.

Andreottola y sus huéspedes en los Hamptons se sintieron satisfechos.

“Somos el tipo de personas que trabajan duro y se divierten, y todos dijeron sentirse repuestos”, comentó. “Incluso algunas de las meseras que contratamos para una parrillada se sometieron al proceso y dijeron sentirse mejor”.