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Estados Unidos

Morten Storm: de islamista radical de Al Qaeda a agente de la CIA

Por CNNEspañol sjv

Por Nic Robertson, Ken Shiffman, Keith Lovely Jr. y Dana Ford, CNN

(CNN) — Dos mundos. Dos identidades y el riesgo de morir, siempre presente y muy real.

Así era la vida de Morten Storm, un islamista radical que se volvió agente doble y que ahora revela algunos de los secretos mejor guardados del mundo.

Su vida parece una novela de espías y habla de ello en su libro Agent Storm: My Life Inside al Qaeda and the CIA (Agente Storm, mi vida dentro de al Qaeda y la CIA), coescrito por Paul Cruishank, analista de terrorismo de CNN, y Tim Lister. Ambos son colaboradores de CNN.

Recientemente habló con Nic Robertson, corresponsal internacional sénior de CNN.

"Tenía nombres distintos. Tenía personalidades distintas", dijo Storm. "FuiMorten Storm, Murad Storm, Abu Osama, Abu Mujahid".

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Los líderes de al Qaeda confiaban tanto en él que alguna vez le consiguió una esposa europea a uno de ellos; Storm asegura que todo ese tiempo trabajó para las agencias de inteligencia occidentales.

"Durante media década entré y salí de dos mundos y dos identidades… una frase en el momento equivocado me hubiera costado la vida", escribió en el libro. "Viajé entre el ateísmo y el islam radical, entre el inglés y el árabe".

"Es una especie de estilo de vida esquizofrénico", cuenta.

Su niñez

El notable viaje de Storm comenzó de forma ordinaria en Dinamarca, en un pueblo llamado Korsor.

Es un lugar que cuenta con muchos lugares para que un niñito juegue y Storm recuerda con cariño los momentos que pasó en el bosque y en la playa. También recuerda que sufría la ausencia de su padre.

Storm empezó a meterse en problemas a temprana edad. Cuando era adolescente cometió robos a mano armada y se involucraba en peleas: se alimentaba de la adrenalina que ambas actividades producían.

"Para mí el boxeo era una forma de desahogar mis agresiones", dijo Storm, quien no limitaba sus peleas al cuadrilátero. Cuando cumplió 18 años, cayó preso. Al salir, Storm se unió como golpeador a los Bandidos, una pandilla de motociclistas.

Su vida no llevaba un buen rumbo.

Al encuentro de la 'verdad'

La trayectoria de Storm cambió cuando encontró un libro sobre la vida del profeta Mahoma en la pequeña sección de religión de la biblioteca de Korsor.

"Me cambió. Ese libro me habló. Esta es la verdad, encontré la verdad", dijo.

Storm se volvió Murad Storm y viajó a Yemen, en donde aprendió árabe y una interpretación estricta e intransigente del Islam.

Bautizó a su hijo en honor a Osama bin Laden.

Storm se zambulló en el mundo de la yihad; viajaba con su amigo, el periodista danés Nagieb Khaja, quien quería hacer una película sobre los muyahidines en Yemen.

Durante su estancia, Storm hizo amistad con el clérigo yemení-estadounidense, Anwar al Awlaki, quien más tarde se volvería uno de los miembros clave de al Qaeda en la Península Arábiga y uno de los principales objetivos de Estados Unidos.

"Bromeaban, contaban historias… bromeaban sobre algunas de las cosas que extrañaban de los países occidentales", dijo Khaja acerca de Storm y al Awlaki. "Hablaban mucho sobre la yihad, por ejemplo. Storm era un tipo radical. Al Awlaki serenaba a Storm", contó Khaja. "Al Awlaki le pedía a Storm que se calmara".

Storm estaba decidido y optó por unirse a los yihadistas en Somalia, pero en el último minuto recibió una llamada y le pidieron que no fuera.

La situación en el terreno se había vuelto demasiado peligrosa.

"Estaba profundamente desilusionado y deshecho", contó Storm a CNN. "Me sentí traicionado". A causa de la decepción, las dudas empezaron a crecer.

Cambio de bando

Sentado frente a una laptop, Storm empezó a teclear algunas de sus inquietudes.

"Presioné enter y vi montones de sitios que hablaban de las contradicciones del Corán", dijo.

"Me llevó un tiempo investigarlos, pero una vez que concluí que genuinamente eran contradicciones, mi fe se borró por completo", cuenta Storm. "Fue entonces cuando dejé de ser musulmán de corazón… dejé de creer".

Se puso en contacto con unos agentes de los servicios de inteligencia daneses y les dijo que quería un nuevo trabajo. Ya no era musulmán, así que dijo que quería ayudar en la lucha contra el terrorismo.

Los agentes no perdieron el tiempo y lo pusieron a trabajar; se volvió un agente solicitado. Storm dice que sus éxitos pronto llamaron la atención de la CIA.

Hans Jorgen Bonnichesen era jefe de la agencia de inteligencia danesa conocida como PET.

"No hay duda de que era un agente muy valioso y que tenía acceso a algunas de las fuentes a las que querían tener acceso realmente", dijo.

Storm es un danés que se parece totalmente a sus ancestros vikingos, así que era exactamente lo que la comunidad de inteligencia buscaba en ese entonces: un agente doble con contactos en al Qaeda.

La CIA rechazó las muchas solicitudes sobre comentarios acerca de la historia de Storm. De igual forma, las autoridades danesas no han confirmado ni negado sus afirmaciones.

"Hasta cierto punto había tenido suerte de estar en tantos lugares; había conocido a toda la gente adecuada", dijo Magnus Ranstorp, uno de los principales expertos en contraterrorismo de Escandinavia.

"No creo que haya muchas personas que tengan tantas dimensiones diferentes como él. Él era un agente de verdad", dijo Ranstorp.

Jugar al casamentero

Ambos bandos pusieron a prueba la autenticidad de Storm cuando al Awlaki le pidió que consiguiera una rubia europea para que fuera su tercera esposa.

Su búsqueda lo llevó con Irena Horak, de Croacia, quien se había convertido recientemente al islam y se hacía llamar Aminah. El plan era tender una trampa.

La rubia sería el anzuelo, un chivo expiatorio inocente que atraería y mataría a un lujurioso líder de al Qaeda.

Al Awlaki y Aminah intercambiaron correos electrónicos cifrados y videos a través de Storm. Accedieron a casarse. Storm dice que le prometieron darle 250,000 dólares (unos 3 millones 250,000 pesos) por la molestia y se los entregaron cuando Aminah entró a Yemen; ella llevaba, sin saberlo, un dispositivo rastreador dentro de una maleta.

Más tarde, Storm recibió un correo electrónico de al Awlaki, quien escribió que se había casado con Aminah y que ella superaba sus expectativas.

Sin embargo, Storm también recibió un correo electrónico de Aminah. Ella escribió que al Awlaki le había pedido que dejara la maleta antes de que se reunieran, así que dejó la maleta y el dispositivo rastreador que contenía.

Storm dijo que sus coordinadores de la CIA estaban furiosos. "Los estadounidenses se negaron a hablar conmigo durante seis meses".

Sin embargo cambiaron de parecer, cuenta Storm.

La CIA siguió pidiéndole su ayuda para encontrar pistas sobre al Qaeda y le prometieron darle hasta cinco millones de dólares (unos 65 millones de pesos) a cambio de información que llevara a la captura de al Awlaki.

La revelación

Finalmente encontraron y mataron a al Awlaki en un ataque estadounidense con drones (naves robot no tripuladas) en 2011. Su esposa, Aminah, se puso en contacto con Storm por correo electrónico y le dijo que se había ofrecido como atacante suicida, pero la habían rechazado. CNN trató de contactar a Aminah por medio de sus familiares, pero no hablaron con nosotros. Además, un agente de los servicios de contraterrorismo de Europa declaró para CNN que en ese entonces se emitió un boletín de alerta en el que se advertía que Aminah podría ser un peligro.

Sin embargo, Storm insiste en que fueron sus esfuerzos los que finalmente llevaron  a al Awlaki, aunque Storm grabó una conversación ese mismo año en la que un estadounidense insistía en que otra serie de pistas los guió al líder terrorista. El punto es que Storm no iba a recibir los cinco millones de dólares que sentía que le debían.

Su relación con sus coordinadores se deterioró y finalmente dejó de trabajar para la CIA y la agencia de inteligencia danesa, cuenta Storm. La segunda trató de pagar por su silencio luego de que se enteraran de que estaba pensando en dar a conocer su historia. Storm afirma que la agencia de inteligencia danesa ofreció pagarle hasta 15 millones de coronas danesas (unos 3 millones 380,000 pesos) a lo largo de cinco años.

Storm declaró para el diario danés Jyllands-Posten que PET le había ofrecido el dinero libre de impuestos.

Sin embargo, dijo que rechazó el trato porque PET había roto varias de sus promesas, incluida la de otorgarle la residencia permanente en Dinamarca a su esposa extranjera.

Tras tantos años de encarnar a tantos personajes distintos, es probable que Storm aún esté por encontrarse con su rol más difícil: mantenerse con vida.

Está oculto a causa de las muchas amenazas de muerte por parte de los militantes islamistas que alguna vez fueron sus camaradas. La amenaza quedó bien clara el año pasado, cuando los combatientes de ISIS en Siria publicaron un video en el que le dispararon a una foto suya.

"Tal vez te degollarían, te decapitarían o te dispararían y te colgarían, te crucificarían", contó Storm sobre su época de espía. "Me ejecutarían".