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Latinoamérica

A 5 años del terremoto en Haití, hay miles sin casa y en la pobreza

Por Álvaro Valderrama

(CNNMéxico) — A cinco años de un terremoto devastador, Haití no ha logrado recuperarse: miles de personas aún no tienen casa y viven en la pobreza, en medio de una crisis política que agrega incertidumbre a su realidad.

El terremoto del 12 de enero de 2010, de 7,3 grados, dejó más de 300.000 muertos, hirió a varios miles y dejó a 1,5 millones sin hogar en uno de los países más pobres de América.

En la actualidad, cerca de 85.432 personas aún no tienen casa y 25.000 familias viven en condiciones precarias, y miles fueron expulsadas a la fuerza de los refugios, según un balance de Amnistía Internacional, con datos de septiembre de 2014.

"Hace cinco años los ojos del mundo entero miraban a Haití tras el terremoto devastador que destruyó tantas vidas y dejó a cerca de dos millones de personas sin casa", dijo Chiara Liguori, investigadora de Amnistía Internacional.

"Lamentablemente, desde entonces, el interés del mundo disminuyó al tiempo que decenas de miles de personas aún no tienen recursos ni domicilio", agregó.

Según datos proporcionados de la Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO) de la Comisión Europea, en la actualidad hay menos de 80.000 personas en campos de desplazados.

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"Estas personas son ahora mismo la población más vulnerable y desamparada, y es una prioridad buscar una solución a su situación", expresaron desde el departamento humanitario de la Unión Europea.

Cientos de sobrevivientes en Haití perdieron más que sus casas. En el campamento La Piste, unos 4,000 amputados viven en chozas. "Debido a mi pierna amputada, aunque quisiera trabajar no podría hacerlo", lamentó Jean-Baptiste Saint-Milio.

Las organizaciones no gubernamentales como Handicap International hacen lo que pueden en un país al que le faltan especialistas para fabricar prótesis y enseñar a usarlas a los amputados.

Tras el terremoto, el esfuerzo del país por reconstruirse se encontró con nuevos obstáculos: además de la inestabilidad política, una epidemia de cólera que dejó más víctimas.

Ayuda de corto plazo

La ayuda internacional se gastó durante las semanas y meses después del sismo para responder a necesidades urgentes, pero la recuperación a largo plazo del país quedó relegada.

Un monto de la ayuda fue utilizado directamente, sin pasar por las autoridades haitianas.

Los dirigentes del país han expresado su frustración porque, según dicen, ayuda prometida por organizaciones internacionales después de la catástrofe nunca llegó. Y si bien el gobierno haitiano no está exento de reproches, los observadores subrayan que sus argumentos tienen fundamentos.

"Una parte de este dinero había sido prometida y no fue entregada, entonces jamás existió realmente", dijo Jonathan Katz, autor del libro The big truck that went by.

"Sumas importantes fueron destinadas a pagar pequeñas medidas de ayuda temporal desde el principio, que no estaban destinadas a durar demasiado tiempo", agregó.

Crisis política

Por si fuera poco, Haití se encuentra sumergido en una crisis política, provocada por las diferencias entre el ejecutivo y el legislativo, que han aplazado los últimos años las elecciones municipales y legislativas.

Organizaciones políticas opositoras han realizado protestas casi a diario durante los últimos meses para exigir la renuncia del presidente Michel Martelly y la convocatoria de elecciones.

Este lunes vence el plazo establecido para alcanzar un acuerdo que permita la gobernabilidad del país, en medio de una crisis que obligó a dimitir en diciembre pasado a Laurent Lamothe como primer ministro, en atención a una recomendación de una comisión de notables nombrada por Martelly.

El 29 de diciembre pasado, los representantes de los tres poderes del Estado firmaron un pacto, en el que establecieron una serie de compromisos con el fin de allanar el camino hacia las elecciones pendientes, entre ellos, prolongar los mandatos de los diputados hasta el 24 de abril y de los senadores hasta el 9 de septiembre.

Sin embargo el Parlamento aún no ratifica el programa de gobierno del primer ministro designado, Evans Paul, ni aprueba la prolongación del mandato de sus propios legisladores.

La traba en el Parlamento haitiano se debe a la oposición de un grupo de senadores y diputados, que rechazan parte de lo acordado en diciembre y que se niegan a completar el quórum necesario.

De no aprobarse lo convenido, todo parece indicar que el presidente Martelly pasará a gobernar por decreto, tal y como lo establece la Constitución, aunque sus opositores más radicales rechazan esta posibilidad y reiteran que se mantendrán en las calles exigiendo su renuncia al cargo.

La comunidad internacional en Haití ha manifestado su "profunda preocupación" por la falta de una solución a la crisis política.

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