Por Hamdi Alkhshali, Jomana Karadsheh y Don Melvin, CNN
TIKRIT, Iraq (CNN) — ISIS se fue, pero dejó el miedo.
Las fuerzas armadas iraquíes, ayudadas por militares chiitas, tomaron control este miércoles de la ciudad de Tikrit, al norte del país, donde encontraron automóviles con bombas y edificios llenos de trampas explosivas.
Arwa Damon, corresponsal de CNN, reportó haber visto excavadoras cargadas con explosivos que los militares iraquíes desarmaron. Las tropas, dijo, fueron muy precavidas en caso de que estuvieran activadas.
Las trampas explosivas no solo eran materiales, sino también tenían un elemento político. Las autoridades estaban preocupadas por la conducta de los militares, particularmente la de los militares chiitas respaldados por el gobierno iraní que apoyaron a las fuerzas iraquíes. Temían que los militares tomaran represalias por la masacre de ISIS a sus cadetes el año pasado.
Los pobladores de Tikrit son, como los militantes de ISIS, musulmanes sunitas. Los oficiales temían que una posible represalia generara más ira y pusiera en duda la capacidad del gobierno de mantener el país en orden. El resentimiento sectario fue uno de los principales factores para la formación del grupo yihadista.
Una victoria significativa
La liberación de Tikrit representa una victoria significativa del gobierno iraquí, que en varias ocasiones ha intentado recuperar las ciudades ocupadas.
El primer ministro de Iraq, Haider al-Abadi anunció la recuperación de Tikrit el miércoles, a un año de que la ciudad fuera atacada por primera vez. Al-Abadi, un militar de alto rango, anunció en entrevista con la cadena Iraqiya TV el martes, que la ciudad se encontraba bajo control gubernamental.
Las fuerzas iraquíes siguen eliminando los vestigios de la ocupación, dijo el ministro del Interior Mohammed al-Ghabban, el miércoles.
“El enemigo fue derrotado y ha perdido todas sus capacidades”, dijo el ministro. “En las próximas horas, la batalla terminará”.
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ISIS tomó la ciudad de Tikrit durante nueve meses, un periodo marcado por la brutalidad. El grupo masacró a más de 1,500 cadetes del Campo Speicher en junio y se cree que los cuerpos fueron enterrados en una fosa común. El grupo también destruyó una iglesia asiria del siglo VIII.
Tácticas que se pueden repetir
La toma de Tikrit llega días después de que Estados Unidos liderara un ataque aéreo contra las bases de ISIS en la ciudad. Al-Abadi dijo que esa táctica será replicada en otras áreas ocupadas.
Brett McGurk, enviado especial de la fiscalía presidencial estadounidense en la Coalición Global contra ISIS, tuiteó que la coalición había destruido los centros de operación de ISIS.
“Continuaremos apoyando las fuerzas iraquíes que operan bajo el comando iraquí mientras reclaman el territorio de ISIS”.
La clave para la victoria de Tikrit en esta ocasión, dijo el primer ministro, es una sorpresa. Pero la ayuda de los militares chiitas y voluntarios fue un factor importante.
Las tropas chiitas, de aproximadamente 20,000 elementos, fueron apoyados por Irán. La ofensiva marcó la primera participación de los consejeros iraníes en el territorio iraquí.
La victoria en Tikrit es la antesala a un objetivo mayor: Mosul, la segunda ciudad más grande de Iraq. Un oficial estadounidense dijo en febrero que más de 25,000 tropas iraquíes planean regresar a la ciudad en abril o mayo para intentar recuperar la ciudad.