Internacional
Árabe
Chavela, la rara
Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Encuentro. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) -- Chavela Vargas decidió irse hace tres años, un día como hoy. Tenía 93 años y ya no podía reír ni llorar ni cantar. ¿Para qué seguir entonces? La cantante tica y mexicana por adopción dejó dicho que no le preocupaba la muerte porque podía ser bella. Almodóvar la llamó volcán y Sabina suspiraba: ''¿Quién pudiera reír como llora Chavela?''.
La primera vez que la vi fue en la tele, y me pareció tan tristona que me daba alegría oírla. Me explico: era como esa gente que ha pasado tanto que ya no le queda espacio para nada más que no sea el sonido del cascabel y la carcajada. Y eso se agradece.
"Mala o buena, no me parezco a nadie. Ese es el éxito", lo dijo y tenía razón. Me habría gustado verla, manejando su MG negro por el Paseo de la Reforma de Ciudad de México; y luego luego, como dicen allí, verla pavonearse con aquellos pantalones y el jorongo rojo y negro, tan inquietantes para la época.
Chavela se atrevió con todo: rancheras, boleros, corridos revolucionarios, tangos... y todo lo cantó como le dio su gana, un poco de desgarro por aquí y otro poco de dulzura por allá. El escritor mexicano Carlos Monsiváis cuenta que cuando Chavela empezó a cantar en los años cincuenta arrasaba por cómo lucía y cómo cantaba y explica que de un tirón ''eliminó de las rancheras su carácter de fiesta y mostró al desnudo su profunda desolación".
Nadie como ella cantó ''Un mundo raro'', ella que era tan rara... como cada uno de nosotros.
