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Noticias de EE.UU.

Hillary Clinton reactivó la reputación de autoridad de Estados Unidos a escala mundial

Por Eleni Kounalakis

Nota del editor: Eleni Kounalakis fue embajadora de Estados Unidos en Hungría de 2010 a 2013. Es consejera del Albright Stonebridge Group. Las opiniones en esta columna son exclusivas de la autora

(CNN) -- En un reciente artículo de opinión publicado en CNN, Carly Fiorina lanzó un ataque profundamente injusto y erróneo contra el récord de Hillary Clinton como Secretaria de Estado. Fiorina llegó tan lejos como para insinuar que Hillary Clinton no tuvo ni un solo logro en ese papel. Ella no podría estar más equivocada. Yo lo sé pues trabajé con ella como embajadora de Estados Unidos en Hungría y fui testigo de su lucha a favor del pueblo estadounidense todos los días.

Su récord de éxitos es tan diverso cómo histórico. Clinton presionó fuerte para que Estados Unidos sirviera como "pivote" para Asia. Ella estableció las duras sanciones contra Irán que llevaron al acuerdo nuclear firmado recientemente. Ella hizo que una luz brillara sobre la difícil situación de la presa política birmana, Aung San Suu Kyi, y ayudó a orquestar su liberación.

Eleni Kounalakis, exembajadora de EE.UU. en Hungría durante 2010-2013.

Eleni Kounalakis, exembajadora de EE.UU. en Hungría durante 2010-2013.

Todos estos son logros históricos. Pero nombrar tan solo uno, un único evento durante el cargo de Clinton, significaría pasar por alto su contribución más importante: la reconstrucción de las relaciones de Estados Unidos con los amigos, aliados y socios en todo el mundo.

Durante la administración de George W. Bush, Estados Unidos se basó en una diplomacia de ultimátum: "¿Están con nosotros o contra nosotros?"

El presidente Bush exigió una respuesta a esta pregunta con el fin de construir una coalición para invadir Iraq. En una nación todavía aturdida por los ataques del 9/11, el apoyo que se recibió aquí en casa para la invasión fue abrumador. Pero muchos países, entre ellos los cercanos aliados de la OTAN, Francia y Alemania, tuvieron sus dudas. En lugar de servir como un freno en cuanto a los cálculos erróneos de la administración Bush, el presidente Bush y su equipo despreciaron a estos aliados confiables. Incluso los países que estaban "con nosotros" se sintieron intimidados, y cuando la invasión comenzó a revelarse como un error, muchos de nuestros aliados se sintieron traicionados.

Este fue el ambiente en el que Clinton aterrizó en el 2009. Ella trajo con ella una red de relaciones personales y mundiales que se remontan a su tiempo como primera dama. Ella aprovechó sus grandes fortalezas en la política exterior, las cuales desarrolló durante sus años en el Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos.

Como diplomática, ella empuñó el poder protagónico de una de las lideresas más conocidas en el mundo. Y, por último, ella poseía el tipo adecuado de ética de trabajo, el estilo correcto como estudiosa de la política, a fin de ser rápidamente aceptada por sus 70.000 nuevos empleados en el Departamento de Estado.

En su audiencia de confirmación en el Senado, Clinton dijo que "para crear más amigos y menos enemigos, debemos encontrar un terreno común y un propósito común con otros pueblos y naciones". Una declaración simple. Pero lograrla requiere un flujo constante de cooperación, coordinación y, en ocasiones, de bondadosa zalamería con las naciones de todo el mundo, tanto en cuestiones grandes como pequeñas. No es trabajo que se pueda cuantificar mediante un solo apretón de manos, capturar en la oportunidad para una fotografía o resumir en una sola frase con gancho que se pueda escuchar por la radio.

La autora dice que Clinton fue una de las Secretarias de Estado que más viajó: “hizo un millón de millas y visitó 112 naciones”, según Kounalakis. En esta fotografía, en Praga, en el funeral del expresidente Checo Vaclav Havel en diciembre de 2011.Crédito: ODD ANDERSEN/AFP/Getty Images)

La autora dice que Clinton fue una de las Secretarias de Estado que más viajó: “hizo un millón de millas y visitó 112 naciones”, según Kounalakis. En esta fotografía, en Praga, en el funeral del expresidente Checo Vaclav Havel en diciembre de 2011.Crédito: ODD ANDERSEN/AFP/Getty Images)

Durante tres años y medio en mi puesto en Budapest, empezaba mi día leyendo la planificación diaria de Clinton. Hillary Clinton viajó a más países que cualquier otro Secretario en la historia del Departamento, registró casi un millón de millas y visitó 112 naciones. Ella visitó países que no habían tenido una sola visita de un Secretario de Estado durante casi cinco décadas (Laos) o que nunca habían recibido una sola (Togo). Después de todo, Estados Unidos puede que nunca tenga suficientes amigos.

Dondequiera que iba, Clinton fue recibida como un igual por los líderes más poderosos del mundo. Pero ella también salió de las capitales y llegó al campo. En el camino, regularmente se reunió con dueños de pequeños negocios, activistas comunitarios, estudiantes, amas de casa y otros ciudadanos comunes.

Dirigí la Embajada de Budapest durante un momento desafiante en las relaciones entre Estados Unidos y Hungría. Durante ese tiempo, Clinton llegó a Budapest en una visita de un día de duración. Su compromiso no provocó titulares en Estados Unidos. Fueron pocas personas las que consideraron que el trabajo de Hillary ese día "había sido su logro más importante" en ese cargo. Pero para muchos húngaros y miembros de la Unión Europea, su práctica y matizada intervención diplomática en Hungría hizo evidente su liderazgo perspicaz y la fuerza sin precedentes de Estados Unidos.

En pocas palabras, esta es mi respuesta a la pregunta de Fiorina:

Diplomáticamente, sin bravatas ni intimidaciones, sin robar titulares o concentrarse en su propio legado, Hillary Clinton reconstruyó la red de relaciones estadounidenses en todo el mundo. Este es, sin duda, su legado más importante y fundamental para el futuro del liderazgo estadounidense en el mundo.