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EE.UU.

¿Por qué es importante la visita del príncipe Enrique a EE.UU?

Por Victoria Arbiter

Nota del editor: Victoria Arbiter es comentarista de la realeza en CNN. Síguela en Twitter @VictoriaArbiter. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente las de la autora.

(CNN) -- El miércoles, el príncipe Enrique visita a la primera dama Michelle Obama y a Jill Biden, esposa del vicepresidente Joe Biden, en Virginia y Washington D.C. para promover los próximos Juegos Invictus a llevarse a cabo cerca de Orlando, Florida, el próximo año.

Los Juegos Invictus inaugurales —un torneo multideportivo para el personal y veteranos lesionados de las fuerzas armadas— se celebraron en Londres en septiembre del 2014, atrayendo a más de cuatrocientos competidores de trece naciones para competir en nueve deportes.

Dado que es una idea original del príncipe, Enrique se inspiró personalmente a crear los Juegos Invictus luego de asistir a los "Warrior Games", un evento similar para los miembros del servicio de Estados Unidos y veteranos heridos, enfermos y lesionados en Colorado Springs en el 2013.

Aunque son eventos distintos, su misión es la misma: utilizar el poder del deporte para inspirar a la recuperación y generar una mayor comprensión y respeto por aquellos que sirven a su país.

Dado que la segunda entrega de los Juegos Invictus se celebrará en Florida en mayo, el príncipe Enrique está utilizando su perfil para promover el evento en Estados Unidos esta semana.

La agenda

El día comienzó en la base militar de Fort Belvoir, donde el grupo se reunirá con hombres y mujeres heridos que actualmente se encuentran en programas de recuperación y rehabilitación. Ellos recorrerán el centro vanguardista United Service Organizations Warrior and Family Center —un establecimiento diseñado para apoyar a veteranos heridos, lesionados o enfermos, a sus familias y cuidadores— y verán un evento deportivo similar al que se presentará en los Juegos del próximo año.

Posteriormente, Enrique asistirá a una reunión de la junta directiva de los Juegos Invictus y a la recepción, donde se reunirá con las personas involucradas en la organización de los Juegos en Estados Unidos, antes de regresar a Londres esa noche.

Es un largo recorrido para llegar a un solo día de compromisos, pero el príncipe Enrique, un exfuncionario de servicio, está comprometido a abogar por las necesidades de los veteranos mientras que también destaca el impacto positivo de los Juegos Invictus, el cual toma su nombre del latín para "invicto ", o "invencible".

El príncipe Enrique con el gobernador general Sir Peter Groove, durante su visita al a Australia en el día de la conmemoración del fin de la guerra.

El príncipe Enrique con el gobernador general Sir Peter Groove, durante su visita al a Australia en el día de la conmemoración del fin de la guerra.

Homenaje a los veteranos de guerra

El príncipe Enrique sirvió diez años en las Fuerzas Armadas británicas, llevando a cabo dos períodos de servicio en Afganistán durante su mandato, antes de retirarse en junio de este año. Él ha sido testigo de primera mano de los efectos devastadores de las lesiones que alteran la vida y él ha establecido como su misión poner de relieve la difícil situación que enfrentan los veteranos que muy a menudo son dejados al margen cuando regresan del combate.

El continuo éxito de los Juegos también ofrece Enrique una oportunidad de emular los logros de su padre con The Prince's Trust y el altamente respetado Duke of Edinburgh Award Scheme de su abuelo, aunque en una escala mucho más pequeña.

Con el nacimiento del príncipe Jorge y la princesa Carlota, Enrique ha quedado como el quinto en la línea al trono, pero sigue siendo un destacado miembro de la familia real.

Al igual que su madre, la fallecida princesa Diana, él ha demostrado ser natural con la gente de todos los ámbitos de la vida; además, su encanto juvenil y su atrevido sentido del humor ha dado lugar a momentos inesperados y abiertos que han sellado aún más su popularidad en todo el mundo. Su objetivo es no solo ser un miembro de la realeza que corta cintas de inauguración, que siembra árboles y que inaugura placas conmemorativas, sino más bien quiere involucrarse en el trabajo.

El príncipe Harry con su madre, Diana de Gales, en una vista a Austra, en marzo de 1994.

El príncipe Enrique con su madre, Diana de Gales, en una vista a Austra, en marzo de 1994.

En el 2013, se unió a doce hombres y mujeres heridos del Reino Unido, Estados Unidos y de la Mancomunidad de Naciones en un viaje de un poco más de 30 kilómetros hasta el Polo Sur en nombre de Walking With The Wounded, una organización benéfica que apoya a hombres y mujeres heridos.

A principios de este año él jugó en silla de ruedas en la AFL (fútbol australiano) en un centro de recuperación de soldados en el Territorio Norte de Australia, y más recientemente se unió a un equipo de seis miembros de veterano lesionados en Shropshire, Inglaterra, para un tramo de 17 millas (27 km) de su expedición de 1000 millas (1.609 km) llamada Walk of Britain.

Sin directrices establecidas o un papel constitucional definitivo para un miembro de la realeza en la posición de Enrique, podría ser difícil forjar una identidad y dejar una marca positiva. El príncipe Andrés demostró ser un buen enviado comercial hasta que sus elecciones personales menos que estelares lo llevar a su caída.

Las hijas del Andrés, las princesas Beatriz y Eugenia, no clasificadas como miembros oficiales en funciones de la familia real, han desempeñado una serie de posiciones dentro de la fuerza laboral civil, pero en los últimos meses han sido criticadas constantemente por pasar mucho tiempo de vacaciones. Es fácil ser condenado de cualquier manera, pero Enrique está cada vez más decidido a prestar su nombre para hacer un bien mayor, y ha elegido sus causas sabiamente.

La semana pasada, Enrique asistió a un servicio en la Catedral de San Pablo de Londres, para conmemorar el aniversario No. 75 de las unidades de desactivación de artefactos explosivos de las fuerzas armadas británicas. Mientras estuvo allí, fue fotografiado en cuclillas ante soldados en sillas de ruedas que habían perdido extremidades y que sufrieron otras lesiones que cambiaron sus vidas como resultado de su servicio. Fue un simple gesto, pero eso refuerza el mensaje de que los veteranos lesionados juegan un papel relevante en la sociedad.

A menudo en Estados Unidos, la defensa de las necesidades de los veteranos es muy politizada. Celebridades como Gary Sinise y Mark Wahlberg han luchado para crear una conciencia generalizada, pero muy a menudo el bienestar de los veteranos es una causa que la élite de Hollywood tiende a evitar debido a sus connotaciones políticas divisivas.

La belleza de un miembro de la realeza políticamente neutral es que no se puede vincular ninguna agenda a una visita, por lo que el foco permanece en las personas en lugar de enfocarse en las políticas que podrían representar de forma inadvertida.

Juegos 2014 - 2016

En un discurso del 2014, el príncipe Enrique dijo: "Para mí, los Juegos del 2014 solo fueron el inicio de la historia de los Juegos Invictus. Los competidores mostraron agallas, determinación y humor: una negativa absoluta a dejarse vencer o definir por sus lesiones. No puedo esperar a ver que el público estadounidense apoye a estos hombres y mujeres inspirados en los próximos partidos".

Los Juegos Invictus fueron diseñados para inspirar a aquellos que han sufrido tanto, pero dado que se acerca el Domingo del Recuerdo en el Reino Unido y el Día de los Veteranos en Estados Unidos, los Juegos también sirven como un recordatorio de que quizás las personas que estarán observando desde las gradas son las que realmente deben sentirse inspiradas.

Los Juegos del 2016 marcarán el inicio de la historia de los Invictus en Estados Unidos, pero su perdurable legado podría ofrecerles a aquellos que compiten el final feliz que tan justamente merecen. Por eso, el príncipe Enrique debería estar muy orgulloso.