(CNN) – La última vez que el presidente Barack Obama respondió a preguntas de periodistas en el extranjero, calificó a Donald Trump como un “no calificado” vendedor de “ideas locas”, expresando durante su viaje a Asia en septiembre su confianza en que los votantes rechazarían al candidato republicano.
Ahora, mientras inicia su último viaje al extranjero como presidente, Obama se enfrenta a un escenario totalmente diferente: Trump es su sucesor, y en lugar de una animosa gira de despedida, ha de embarcarse en una misión de tranquilizar a los aliados extranjeros profundamente confundidos.
En sus paradas en Grecia, Alemania y Perú, Obama explicará los resultados de las elecciones de Estados Unidos a sus homólogos extranjeros, cuyas ansiedades sobre Trump han sido expresadas durante más de un año desde todo el mundo. Ahora, Obama debe convencer a los gobiernos extranjeros y sus poblaciones de que el futuro no es tan sombrío como se predijo una vez.
Hablando desde la sala de prensa de la Casa Blanca antes de partir, un Obama optimista insistió en que iba a dar un mensaje de confianza en el futuro de las relaciones transatlánticas durante sus conversaciones esta semana.
“Existe una enorme continuidad por debajo de las noticias del día a día que nos hace que una nación indispensable cuando se trata de mantener el orden y la promoción de la prosperidad en todo el mundo. Eso va a continuar”, dijo Obama, que dijo que Trump le expresó “un gran interés en el mantenimiento de nuestras relaciones estratégicas “.
De hecho, afirmó que el presidente electo había expresado un cambio de punto de vista durante su reunión en la Oficina Oval la semana pasada sobre un tema clave de la agenda multinacional.
“Uno de los mensajes que podré comunicar es su compromiso con la OTAN y la alianza transatlántica”, dijo Obama. “En mis conversaciones con el presidente electo, él expresó mucho interés en mantener nuestras relaciones estratégicas claves”.
Obama también hará hincapié en que se deben dar todas las oportunidades de éxito a Trump cuando asuma el cargo en enero, un mensaje que el mandatario expresó en el Rose Garden el día después de la elección y otra vez durante su encuentro con Trump en la Casa Blanca el jueves.
“Creo que llega al cargo con menos prescripciones políticas duras que muchos de los otros presidentes. ¿Que si tengo preocupaciones? Absolutamente, desde luego que las tengo. Él y yo diferimos en muchos temas”, dijo Obama.
Pero “esta oficina es más grande que cualquier persona y es por eso garantizar una transición suave es tan importante”, dijo Obama a periodistas en la Casa Blanca.
No será un mensaje fácil de transmitir en Europa, donde los líderes estaban preocupados por la retórica grandilocuente en la campaña electoral, por no hablar de las perspectivas de Trump en la Casa Blanca. El presidente electo ha cuestionado repetidamente los principios transatlánticos y transpacíficos claves, incluyendo la sugerencia de que EE.UU. no proporcionaría un paraguas de defensa a Japón y Corea del Sur, así su escepticismo hacia la OTAN.
Trump se ha comprometido a desentrañar casi todos los aspectos de la política exterior de Obama, lo que deja los acuerdos comerciales pendientes con las naciones del Pacífico pendiendo de un hilo y el acuerdo con la Unión Europea prácticamente muerto. Además, ha prometido desechar acuerdos multilaterales clave que formaron parte de la agenda exterior de Obama, incluyendo el alcanzado en París el año pasado para reducir las emisiones globales de carbono y el pacto con Irán para frenar su programa nuclear.
“Todo el viaje fue diseñado para dar a Europa un impulso de confianza, porque Europa estaba cada vez más preocupada acerca de la naturaleza de la campaña presidencial de Estados Unidos, el tono del entonces candidato Donald Trump”, dijo Heather Conley, vicepresidente para Europa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
“Ahora el presidente tiene la difícil tarea de explicar… lo que los europeos están acuñando como ‘el efecto Trump’”, agregó Conley, señalando las preocupaciones de que se produzca una inclinación hacia posturas nacionalistas en las elecciones y referendos en el viejo continente que se llevarán a cabo el próximo año.
“Ellos están muy preocupados, porque las mismas expresiones nacionalistas y populistas, ya sea en materia de inmigración, ya sea en el libre comercio, sin duda son muy fuertes corrientes políticas dentro de Europa”, dijo.
Obama insistirá en que Europa funciona mejor como una potencia conjunta.
“Creo que la integración europea es uno de los mayores logros políticos y económicos de los tiempos modernos, con beneficios para los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos y todo el mundo”, dijo Obama en una entrevista con el periódico de Atenas Kathimerini antes de su llegada el martes. “Europa es nuestro mayor socio económico, y tenemos un profundo interés en una Europa estable y en crecimiento”.
En Alemania, Obama se reunirá con la canciller Angela Merkel, a quien describió durante la conferencia de prensa del lunes como “probablemente… mi socio internacional más cercano estos últimos ocho años”.
A raíz de la victoria de Trump, el liderazgo de Merkel en Occidente se ha intensificado repentinamente, dejándola como la voz más robusta del tipo de sociedad abierta y globalizada que Obama ha respaldado.
También se reunirá con los líderes del Reino Unido, Francia e Italia, para hacer “patente nuestra solidaridad con nuestros aliados más cercanos y expresar nuestro apoyo a una Europa fuerte, integrada y unida”.