CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery

Donald Trump

Donald Trump

Lo que sabemos y lo que no del conglomerado de Donald Trump

Por Jill Disis

(CNN) -- Una parte importante del plan del presidente Trump de evitar conflictos de interés consistía en la promesa de poner sus vastos activos empresariales en un fideicomiso dirigido por sus hijos mayores.

A tres semanas de haberse iniciado su gobierno, ni el presidente ni su compañía han publicado documentos para mostrarle al público cómo funcionará esa figura.
Sin embargo, un documento de reciente aparición proporciona una mirada sobre cómo se gestionan los activos de Trump.

El documento, hecho público por ProPublica la semana pasada, fue archivado en enero por una agencia de control de licores en Washington, D.C. En este documento se le notifica a esa agencia que la participación de Trump en la histórica oficina postal que él mismo transformó en un hotel de lujo fue transferida al conglomerado.

Adjunto a la notificación hay un sumario que revela la existencia de un fideicomiso revocable, creado "para mantener los activos en beneficio exclusivo" de Trump.
Su hijo, Donald Trump Jr., y el ejecutivo de la Organización Trump, Allen Weisselberg, fueron nombrados como fideicomisarios un día antes de la posesión presidencial, pero Trump puede removerlos en cualquier momento.

El otro hijo mayor de Trump, Eric, no aparece en el documento fiduciario. No obstante, su nombre sí aparece en otros papeles de negocios y conserva un rol clave ejecutivo en la Organización Trump.

publicidad
Donald Jr (i) y Eric (d) manejarán los negocios del fideicomiso de su padre. (Crédito: Chip Somodevilla/Getty Images)

Donald Jr (i) y Eric (d) manejarán los negocios de su padre. (Crédito: Chip Somodevilla/Getty Images)

El documento deja abiertas muchas preguntas sobre los enredos financieros de Trump. Por ejemplo, no dice si las participaciones de Trump en cientos de otras empresas también han sido transferidas al fideicomiso, como se prometió.

Y esto alarma a los expertos en ética, quienes han dicho repetidamente que la decisión del presidente de no vender sus activos empresariales puede provocar bastantes conflictos de interés.

"Creo que el fideicomiso, en gran parte, es un adorno", dijo Steven Schooner, profesor de leyes de Contratación Pública de la Universidad George Washington.

Ningún experto vería los documentos "y vería un esfuerzo de buena fe para resolver afirmativamente las preocupaciones, o asegurarse de que no estamos viendo al presidente abusar de la Oficina Oval para su beneficio personal", aseguró.

Aunque las circunstancias pueden ser inauditas, no es sorprendente que el fideicomiso esté estructurado para el beneficio financiero de Trump, dijo John Pankauski, un abogado experto en conglomerados en West Palm Beach, Florida.

Bajo un típico acuerdo de fideicomiso, "el trabajo del administrador, para ser crudo, es buscar proteger al beneficiario y tratar de ganar dinero", dijo Pankauski.

Eso significa que Donald Jr. y Weisselberg son responsables de cuidar los balances de Trump, una gran preocupación para los expertos legales en ética, a quienes les inquieta que el presidente y sus hijos puedan usar la presidencia para obtener beneficios personales.

El propio Trump dijo en la conferencia de prensa del 11 de enero, refiriéndose a sus hijos: "Espero que al final de ocho años vuelva y diga 'oh, hiciste un buen trabajo. De lo contrario, le diré 'estás despedido'".

El acuerdo de fideicomiso total, que formaliza la promesa de Trump de abandonar el control de sus holdings, sería privado a menos que Trump o su compañía lo publicaran.
Los abogados de Trump prometieron que el fideicomiso mantendría su propiedad o las participaciones en licencias en campos de golf, hoteles, centros turísticos, bienes raíces comerciales, incluso la propia Torre Trump.

Aunque Trump declinó venderlos, el fideicomiso pretendía dejar muy en claro la separación entre el presidente y sus intereses comerciales.
"Aquí tengo alguna parte del papeleo al respecto de esas acciones", dijo su abogada Sheri Dillon a periodistas el 11 de enero, señalando hacia pilas de sobres que estaban sobre una mesa.

Trump también renunció a sus puestos directivos en empresas de todo su conglomerado, según un documento entregado a CNN el mes pasado.

El consejero general de la Organización Trump, Alan Garten, no respondió a las repetidas peticiones de CNN pidiendo documentación relacionada con el acuerdo de fideicomiso, que se refiere a la propiedad y no a la responsabilidad de la administración.

Garten tampoco respondió este martes a una solicitud de comentario de CNN en el que se preguntaba si los intereses de Trump en cientos de otras entidades empresariales habían sido transferidos al fideicomiso. Dillon, a través de un representante, declinó comentar.

En la conferencia de prensa del 11 de enero, dijo que ella y sus colegas habían diseñado una estructura para "asegurarle al pueblo estadounidense que las decisiones que toma como presidente son para su beneficio y no para apoyar sus intereses financieros".

Para expertos como Schooner, esa explicación no es cierta. Aseguró que el plan establecido por Trump y su organización "es acercarse a esto desde un punto de vista legalista con el cual pueden salirse con la suya, en lugar de hacer lo correcto".

Bajo un verdadero fideicomiso, Trump liquidaría sus activos y daría el dinero a un administrador que no estuviera relacionado con él y que administraría las inversiones sin su conocimiento, separando su fondo personal de sus decisiones como presidente.

Trump también prometió no discutir de negocios con sus hijos, pero ellos no se han alejado del gobierno: ambos eran miembros del equipo de transición presidencial de su padre. Y ambos fueron vistos hablando con al menos un miembro del Congreso la semana pasada cuando el presidente anunció su elección para reemplazar al fallecido juez Antonin Scalia en la Corte Suprema.

Schooner dijo que el acuerdo de fideicomiso tampoco parece abordar una de las preocupaciones más flagrantes planteadas por los expertos en ética y legisladores demócratas: el contrato de arrendamiento de su hotel en Washington.

Trump firmó el contrato de arrendamiento de la propiedad federal dos años antes de postularse para el cargo. Ahora que es presidente, se ha convertido en arrendatario e inquilino, en una aparente violación de una cláusula en el contrato de arrendamiento que prohíbe a los funcionarios electos beneficiarse de él.

Drew Griffin, de CNN, contribuyó a este artículo.