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Donald Trump

Donald Trump

Trump volvió a ser el populista nacionalista de la campaña presidencial de 2016

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- Hace apenas semanas, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, describiera a su gurú e instigador político solo como “un hombre que trabaja para mí” en una entrevista para el Wall Street Journal, las especulaciones sobre que Steve Bannon iba de salida de la Casa Blanca se dispararon.

Pero el exinversor y banquero de Wall Street y líder de Breitbart News, que dijo a principios de este año que la meta del Gobierno no era más que la “reconstrucción del Estado administrativo”, bajó la cabeza.

Ahora, una serie de giros bruscos por parte del presidente Trump hacia el ADN populista y nacionalista en el que sustentó su campaña tiene a los trumpólogos —quienes rastrean quién está en pie y quién se va de la caótica Ala Oeste de la Casa Blanca— sintiendo que Bannon está en ascenso.

Abrazando sus posiciones populistas, Trump anunció recientemente su salida del Acuerdo de Climático París. También desató una fuerte crítica entre los líderes de la OTAN en Bruselas, hace dos semanas, y está usando los ataques terroristas de Londres para renovar el impulso de la prohibición de viajes para residentes de siete países de mayoría musulmana.

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Todos esos temas fueron importantes durante la campaña presidencial en la que Trump aprovechó la insatisfacción extrema del público contra el establishment político. Y su nueva dirección claramente coincide con su ideología de “Estados Unidos primero” con la que impulsó su asenso y con la que Bannon está estrechamente identificado.

Trump aumentó la retórica al estilo de su campaña este lunes en la noche.

“Necesitamos una prohibición de viajes para ciertos países peligrosos, no solo unos términos políticamente correctos que no nos ayudarán a proteger a nuestra gente”, tuiteó Trump.

También intensificó su comportamiento convencional disruptivo, como por ejemplo, al iniciar una pelea contra el alcalde de Londres, Sadiq Khan, en Twitter, incluso mientras el mandatario londinense estaba ocupándose de las secuelas del ataque terrorista que dejó siete muertos en decenas de heridos en esa ciudad.

La disputa permitió al presidente de Estados Unidos renovar las acusaciones de que la corrección política es la culpable de una ola de ataques terroristas de radicales islámicos de origen local en Europa.

Es posible que el giro populista de Trump sea producto de semanas de presión de Bannon sobre él. Pero es igual de posible que de cara a la crisis política que está consumiendo a su gobierno, Trump haya decidido volver a su zona de confort: los problemas y la retórica que lo hicieron una sensación política el año pasado.

Después de todo, las posiciones populistas de Trump en temas como el terrorismo, el comercio y la inmigración fueron anteriores a la llegada de Bannon a la campaña, unos meses antes de que Trump ganara la Casa Blanca.

Los problemas de Kushner

Por ahora, la dirección populista de Trump parece invalidar las nociones populares entre los expertos de Washington de que su yerno Jared Kushner y su hija Ivanka Trump ejercerían una influencia moderadora sobre el comandante en jefe de la improvisación.

Ivanka Trump había tratado de convencer a su padre para permanecer en el acuerdo climático de París y al fallar ha elevado preguntas sobre las presunciones de que es una fuerza política en el Gobierno.

En las últimas semanas se han levantado preguntas sobre la supuesta participación de Kushner en la creación de canales diplomáticos secretos con los rusos y, mientras tanto, estas lo han arrastrado al embrollo que consume a todo el Gobierno.

Esto podría darles espacio a sus enemigos dentro del gobierno para que pongan una cuña entre Kushner y Trump.

Mantener su base política

El giro del gobierno de Trump hacia las tendencias de Bannon, de muchas maneras, tiene sentido político.

El índice de aprobación del presidente bajó a menos de 40% en algunas encuestas, lo que significa que no puede permitirse perder el apoyo ferviente de las bases.

Al usar su gran número de seguidores en Twitter y tocar temas llamativos que electrifican a sus fanáticos como el terrorismo y el cambio climático, Trump puede volver a su sólida base política.

Ya, las esperanzas de Trump para evitar una derrota de los republicanos en las elecciones de mediano plazo del próximo año e incluso ganar la reelección en 2020 dependen de que mantenga motivados a sus más leales seguidores. Así que es imperativo darles una dosis regular auténtica de 'Trumpismo'.

Pero aún así también está tomando un gran riesgo político.

Sus tuits sobre los ataques en Londres pueden deleitar a sus seguidores, pero aun así estos levantan preguntas sobre si está manchando el decoro inherente a la propia presidencia.

Y aunque la idea de que un presidente estadounidense es una figura política de alto rango en una nación estrechamente aliada, no se estaría cumpliendo con Trump, pues mientras Gran Bretaña estaba contando a sus muertos en un ataque terrorista, en lugar de expresar solidaridad, a Trump le faltó empatía.