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Donald Trump

Donald Trump

¿Cómo ganar un amigo e influenciar al poderoso presidente de Estados Unidos?

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- Algunos líderes mundiales han decidido que cuando se trata de lidiar con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adularlo puede llevarlos a cualquier parte.

Así, Francia se dedicó a la gastronomía suntuosa, en un restaurante calificado de ser una “infusión de sueños y magia” dentro de la Torre Eiffel. Eligieron un tour a la tumba de Napoleón e hicieron a Trump invitado de honor en el Día de la Bastilla —la fiesta nacional francesa— con bandas marchantes, tanques y espectáculos aéreos.

El presidente Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Macron, junto a Donald Trump y Melania Trump durante una cena en el restaurante Julio Verne de la Torre Eiffel en París el 13 de julio de 2017. (Crédito: SAUL LOEB/AFP/Getty Images)

“Gracias por el tour a algunos de los edificios más increíbles del mundo. Fue algo muy, muy, muy bonito de ver. Gracias”, le dijo Trump a su anfitrión, el presidente de Francia, Emmanuel Macron este jueves.

En Arabia Saudita, el presidente encontró su imagen proyectada en la pared de su hotel, fue recibido con alfombra roja, una danza de espadas y fue a casa con un collar de oro, llevando el más alto honor del reino.

“Las palabras no son suficientes para la grandeza de este extraordinario lugar y la increíble hospitalidad que nos han mostrado desde el momento en que llegamos”, le dijo Trump al rey saudí Salman.

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En Polonia, la rutina involucró el transporte de una muchedumbre amistosa para saludar a Trump al estilo de la campaña electoral, incorporando un discurso importante de política exterior, contrariando las ideas de que Europa abomina al nuevo presidente de Estados Unidos.

“Es una nación majestuosa, realmente lo es, es un lugar espectacular, algunas de las vistas más maravillosas”, dijo Trump.

Pero le primer líder mundial en notar el gusto del presidente por muestras exageradas de respeto puede haber sido el primer ministro japonés Shinzo Abe.

Incluso antes de que Trump llegara a la Oficina Oval, se presentó en la Torre Trump con un palo de golf de oro y plata y desde entonces ha tenido una buena relación con el presidente.

De seguro, la mayoría de los países tienden a encender la pompa cuando el Air Ofrece One aparece, sin importar quién es el jefe de Estado a bordo.

Pero Macron, Andrzej Duda y la realeza saudí fueron un poco más allá por un presidente que sabe cómo aparentar.

No es difícil preguntarse por qué.

Los saudíes se preocuparon por años por su relación con el gobierno de Barack Obama y por su insistencia en llegar a un acuerdo nuclear con su archienemigo Irán. Ahora ellos tienen un nuevo amigo en la Oficina Oval.

El gobierno de derecha del gobierno de Duda, en Polonia, comparte algunos de los impulsos populistas del gobierno de Donald Trump y sospecha de burocracia en la Unión Europea. Ha tratado de recalcarle a Trump la necesidad de mantener vigiladas las maniobras territoriales de Rusia en el Este.

Macron, una estrella en ascenso de la política Europea, está haciendo una sutil maniobra política.

Aunque no disimuló su consternación por la salida de Trump del acuerdo climático de París, Macron está tratando de reforzar su propia imagen como un estadista y como un puente entre Trump y Europa.

Estos líderes entienden que el nuevo presidente de Estados Unidos pone increíbles reservas en sus relaciones personales con sus nuevas contrapartes, digno de su imagen como negociador.

Merkel va en una dirección diferente

Pero las adulaciones no son el plato fuerte de todo el mundo.

La canciller de Alemania Ángela Merkel trató de hacer una conexión con Trump, pero su lenguaje corporal junto al presidente en Washington fue incómodo, y dejó una escena famosamente recordada de un apretón de manos que nunca sucedió frente a la mirada de las cámaras de todo el mundo en la Oficina Oval.

Merkel invitó a la hija del presidente, Ivanka Trump, a Alemania buscando un canal para acercarse al volátil presidente.

Pero luego de la primera visita de Trump a Europa en mayo, Merkel alertó que el continente no podía seguir confiando totalmente en Estados Unidos después de sus tibias observaciones sobre la OTAN.

Y luego de que Trump se saliera del Acuerdo Climático de París, el esposo de Merkel organizó durante la cumbre del G20 en Hamburgo una visita al laboratorio de investigación del Cambio Climático, a la que Melania Trump no pudo asistir debido a protestas que intensificaron la seguridad en la ciudad.

Y aunque algunos líderes puedan estar preocupados por las consecuencias negativas por su acercamiento con Trump, lo cierto es que pocos tienen de qué preocuparse.

Por ejemplo, los saudíes, con su político de acero, no tienen que temerle a las reacciones negativas por su apoyo a Trump.

El presidente Macron, con su victoria decisiva tanto en la presidencia como en el Parlamento, es el presidente francés con más seguridad en años.

Aunque Merkel, quien se postulará a una reelección en septiembre, debe tener cuidado de la izquierda, donde la hostilidad hacia Trump es intensa.

Lo que no se sabe aún, después de todas estas adulaciones, es lo que Estados Unidos va a recibir a cambio.