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Política

El dramático regreso de John McCain

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- Se necesita más que un diagnóstico devastador para mantener a John McCain fuera del calor de la batalla política.

El senador de Arizona regresará al Senado este martes, menos de una semana después de que se dio a conocer que lucha contra un agresivo cáncer de cerebro, y justo a tiempo para impulsar al Partido Republicano en las complicadas votaciones para reformar el sistema sanitario y reemplazar el Obamacare.

El regreso de McCain se produce mientras considera opciones de tratamiento para la última batalla de una vida llena de heroísmo militar y combate político.

Es probable que haya escenas emotivas cuando el senador aparezca entre sus colegas en la Cámara, luego de una rara explosión de simpatía bipartidista por el excandidato presidencial de 80 años.

Su rápido regreso, después de obtener el permiso de sus médicos para hacer el largo vuelo continental, se ajusta al carácter de un senador que aún mantiene un horario frenético capaz de humillar a alguien más joven, y muestra que no tiene interés en la jubilación.

"Esperando regresar al Senado mañana para continuar trabajando en la reforma de salud,  el proyecto de ley de Defensa y las sanciones a Rusia", tuiteó McCain el lunes.

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Pero pese a toda la emotividad, es probable que el duro negocio de la política en un Washington polarizado se componga rápidamente.

La llegada de McCain también subrayará la feroz naturaleza partidaria del debate sobre el cuidado de la salud. El senador de Arizona ha sido uno de los mayores oponentes del mayor logro doméstico del hombre que lo venció en la pugna por la Casa Blanca en 2008. Y es probable que alivie la situación del líder del Senado, Mitch McConnell, al votar para comenzar el debate sobre un proyecto de ley de salud.

McConnell no puede permitirse el lujo de perder más de dos votos entre sus 52 miembros si quiere avanzar hacia un debate sobre la reforma del sistema de salud o aprobar un proyecto de ley final.

La ausencia de McCain había dificultado aún más la ecuación, aunque la tarea de McConnell sigue pareciendo desalentadora.

Tampoco está claro si McCain apoyaría la derogación completa del Obamacare, si eso es lo que finalmente emerge de la actual confusión republicana.

McCain incluso criticó la derogación y pidió al partido abrir discusiones con los demócratas sobre cómo arreglar una crisis creciente en el cuidado médico.

 

Por otro lado, con su tuit dejó claro que no sólo está regresando a Washington para debatir la reforma de salud.

Se espera que el Senado adopte la Ley de Autorización de Defensa Nacional, según dos asesores del Congreso.

Ese proyecto es producto de la Comisión de Servicios Armados, que McCain lidera y, como tal, conduciría el debate.

El senador por Arizona también ha sido una figura clave en el debate sobre nuevas sanciones para castigar la presunta intromisión de Rusia en las elecciones del año pasado. El presidente Donald Trump aún no ha dicho si firmará el proyecto.

McCain fue diagnosticado con un glioblastoma, una forma agresiva de cáncer, que se cobró la vida del también senador demócrata y amigo de McCain, Ted Kennedy.

La esperanza de vida promedio para las personas que padecen un glioblastoma maligno tiende a estar alrededor de 14 meses con tratamiento, que incluye quimioterapia y radiación.

Sin embargo, un estudio de 2009 informó que casi el 10% de los pacientes con glioblastoma puede vivir cinco años o más, según la American Brain Tumor Association.

Durante el fin de semana, la hija de McCain, Meghan, twitteó una foto de ella y su padre. Estaban sentados juntos bajo el sol de Arizona.