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Guatemala

Iván Velásquez: el colombiano que desató una crisis política en Guatemala

Por Kay Guerrero

(CNN Español) -- El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se une a una amplia lista de políticos que rechazan el trabajo de Iván Velásquez, destacado abogado colombiano, reconocido internacionalmente por su lucha anticorrupción, pero también por tener enemigos famosos.

El pasado domingo el mandatario guatemalteco, en un mensaje televisado, declaró a Velásquez como persona non-grata y pidió su expulsión inmediata. Morales dijo que sus acciones eran por el bienestar del país, pero sus críticos creen que el mandatario busca frenar una investigación en su contra por presuntos hechos delictivos. Y es que hace apenas unos días el Ministerio Público de Guatemala y la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala, la CICIG por sus siglas, solicitaron un antejuicio contra el presidente Morales alegando tener indicios para investigar transferencias ilícitas dentro de su bancada política, el Frente de Convergencia Nacional (FCN).

Pero la decisión de investigar a Morales no recae sobre los organismos jurídicos; es una tarea que le corresponde al Congreso guatemalteco donde ningún partido cuenta con la mayoría calificada y absoluta para despojar a Morales de su inmunidad.

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Morales niega estar tratando de frenar una investigación por corrupción, pero asegura que el caso en su contra es persecución selectiva.

Este mismo señalamiento lo hizo en 2015 el entonces presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, quién tras una investigación liderada por Iván Velásquez y la Fiscal General de Guatemala, Thelma Aldana, fue acusado y encarcelado por supuestamente liderar una red de corrupción conocida como “La Línea”, alegatos que él niega. Su juicio aún no concluye, pero el exmandatario se mantiene bajo prisión preventiva. Este lunes en medio de una audiencia de presentación habló con CNN y celebró la decisión de expulsar a Iván Velásquez de Guatemala. “Cada vez son más los guatemaltecos que rechazan la injerencia de un extranjero que se excedió en el mandato que se le dio a la Comisión Internacional”, apuntó Pérez Molina.

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Iván Velásquez, comisionado de la CICIG.

Velásquez aún no se pronuncia, pero desde las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales, llueven las muestras de apoyo. En las calles de Guatemala también se visualizan manifestaciones a favor del comisionado donde aseguran que “Iván no se va”.

Un capo, las autodefensas y un presidente: los casos de Iván Velásquez en Colombia

La carrera de Iván Velásquez no ha estado alejada de la controversia.

Se dio a conocer en los años 90 como procurador de Antioquía, en el noroeste de Colombia, un área que fue el epicentro de la violencia desmedida del narcotraficante Pablo Escobar y de su organización delictiva, el cartel de Medellín. En ese cargo, lideró investigaciones contra Escobar y logró recaudar pruebas que desencadenaron la mayor crisis de seguridad de Colombia durante la presidencia de César Gaviria, al demostrar que la cárcel donde estaba confinado el famoso capo era un lugar lleno de lujos, violencia, sexo y corrupción.

Tras la fuga de Escobar de la cárcel La Catedral en 1992, Velásquez tuvo la tarea de tratar de gestionar la entrega del narcotraficante mediante una reunión con la esposa del capo. El encuentro desató amenazas y persecuciones en su contra.

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Luego, en 1997, como director regional de Fiscalías de Medellín, inició una lucha frontal contra las llamadas autodefensas colombianas, grupos criminales paramilitares dedicados a perseguir a los grupos guerrilleros. Velásquez expuso el nexo de las autodefensas con varios personajes políticos. Esta investigación solo incremento las amenazas e incluso se le puso precio a su cabeza.

Pero no fue sino hasta 2007, cuando se desempeñaba como magistrado auxiliar de la Sala Penal de la Corte Suprema de Colombia que el nombre de Iván Velásquez llenó las portadas de los diarios colombianos. El entonces presidente Álvaro Uribe Vélez lo señaló como el investigador del famoso caso de la “parapolítica”, en el que Uribe fue acusado de tener nexos paramilitares. El presidente Uribe negó estas acusaciones y dijo que Velásquez estaba fabricando pruebas en su contra, hechos que jamás fueron comprobados. El mandatario nunca fue acusado formalmente.

Velásquez se mantuvo al frente de la investigación y junto a su equipo logró la condena de más de 50 congresistas colombianos por sus relaciones con el paramilitarismo. Uno de los arrestados fue Mario Uribe, primo del ahora expresidente Uribe, quien también negó los cargos.

Con este caso Velásquez se convirtió en una figura incómoda para el poder. Incluso, meses después, las autoridades colombianas confirmaron que, durante la presidencia de Uribe, Velásquez había sido espiado por la antigua Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia, DAS, por sus siglas. Varias personas fueron a la cárcel por este delito.

Envuelto en amenazas y persecución, Velásquez renunció a su cargo en 2012.

Ya como exmagistrado de la Corte Suprema de Colombia, Velásquez ofreció una entrevista donde lamentó que no se hubiese investigado a profundidad el caso de las escuchas telefónicas, asegurando que las órdenes para espiarlo venían de entre figuras de alto nivel. CNN no puede confirmar esta acusación de manera independiente.

Velásquez también lamentó que en Colombia exista miedo para investigar a los poderosos. “Uno de los problemas graves que tenemos en el país es que hay ciertas investigaciones que no se realizan porque sabemos que cuando van a llegar a determinadas partes, se frenan”, aseguró.

De Colombia a Guatemala

Velásquez salió de Colombia en 2013. En ese momento se pensaba que sería el fin de su carrera pública, pero poco después reapareció en Guatemala y con el visto bueno de la ONU, fue nombrado comisionado de la CICIG. En tan solo dos años al frente de la organización, Velásquez desmontó la millonaria red fraude aduanero que concluyó con la renuncia y el encarcelamiento del entonces presidente Otto Pérez Molina y de la exvicepresidenta Roxana Baldetti.

No es ajeno a los enemigos, pero también tiene quien lo defienda. Desde que llegó a Guatemala su trabajo ha sido aplaudido por miles de guatemaltecos que frecuentemente compartes en redes sociales fotografías que lo bautizan como “Iván el temible” por sus esfuerzos anticorrupción. En otras, aparece junto a la fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, un dúo que los tuiteros apodan “Batman y Robin”.

El comisionado se limita a decir que vive bajo “la convicción de la justicia”.