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Tiempo

Anatomía de un huracán: ¿por qué son tan peligrosos?

Por -CNN-

(CNN) -- En una agitada temporada de huracanes es mejor que te familiarices con las partes de estos ciclones y los términos que se usan para describirlos.

Minuto a minuto: Irma se dirige a Cuba, Bahamas y Florida tras dejar devastación y muerte en el Caribe

El ojo: es el centro de la tormenta. Si estás aquí puedes ver el efecto estadio, que es donde las nubes se amontonen hacia arriba como un estadio. Es la zona más calmada del ciclón. Se puede ver el cielo azul durante el día, y las estrellas en la noche.

La pared del ojo: es la parte más peligrosa de la tormenta. Es la única zona donde se encontrarán los vientos de la fuerza total del huracán, o los vientos máximos sostenidos.

Vientos de fuerza de huracán: los fuertes vientos en esta zona se hacen más débiles a medida que te alejas del ojo. En solo unos kilómetros puede cambiar hasta una categoría.

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Vientos de fuerza de tormenta tropical: estos se sienten en gran parte del huracán, pero no hasta las partes exteriores de las nubes. Estos vientos aún son peligrosos, pero no son los peores de la tormenta.

Bandas externas: estas son bandas que giran hacia afuera del ciclón como un molinete con agua. Estas líneas de tormenta son donde se forman los tornados típicamente. También es donde ocurren las inundaciones. Estas bandas crean un efecto con el que sigue lloviendo en el mismo lugar, así como sucedió con Harvey en estos días.

¿Qué significan las categorías de los huracanes?

La escala con la que se mide la intensidad de los huracanes se conoce como Saffir-Simpson, y divide estos fenómenos naturales en 5 categorías de acuerdo con la velocidad de sus vientos y la marejada ciclónica, que es un incremento anormal en el nivel del mar tras una tormenta.

La escala también calcula el daño que puede ocurrir cuando el huracán toque tierra.

Categoría 1

Los vientos alcanzan velocidades entre 119 y 153 kilómetros por hora y las olas pueden aumentar hasta 1,5 metros por encima del o normal. Un huracán de esta categoría suele ocasionar daños principalmente a las viviendas que no están ancladas, remueve los escombros, árboles y letreros, y se puede esperar ciertas inundaciones en las carreteras de la costa y daños menores en los muelles.

El huracán Newton que golpeó la costa oeste de México es un ejemplo de este tipo de tormenta.

Categoría 2

Trae vientos de entre 154 y 177 kilómetros por hora y olas de hasta 2,4 metros de alto. Ocasiona daños en los techos, puertas y ventanas de edificios. Además, suele arrancar árboles y arbustos, letreros y muelles.

El huracán Catarina que azotó Brasil en 2004 fue categoría 2. Tres personas murieron y al menos 75 resultaron heridas.

Categoría 3

En un huracán de este tipo los vientos alcanzan velocidades de hasta 209 kilómetros por hora y olas de hasta 3,6 metros. Puede crear daño estructural a pequeñas viviendas y bodegas, destroza el follaje de las plantas y arranca los árboles grandes.

Sandy, la tormenta más mortífera de 2012, pertenece a esta categoría. El huracán cobró la vida de más de 200 personas.

Categoría 4

Sus mortíferos vientos alcanzan velocidades de entre 210 a 249 kilómetros por hora y las olas superan los 5 metros de altura. Ocasionan daños severos a las casas de la costa y a los techos de las demás viviendas.

El huracán Earl, que ocasionó daños por cerca de 25 millones de dólares, fue categoría 4.

Categoría cinco

Son el tipo más mortífero de huracán y dejan a su paso devastación y muerte. Los vientos superan los 250 kilómetros por hora y las olas llegan a los 6 metros o más. Los techos de la mayoría de viviendas colapsan o son arrastrados por los vientos y las viviendas más pequeñas pueden elevarse. Ventanas y puertas sufren daños severos.

Katrina fue un huracán categoría 5.