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Masacre en Las Vegas

El emotivo mensaje de un sobreviviente de la masacre en Pulse sobre la tragedia en Las Vegas

Por Brandon J. Wolf

Nota del editor: Brandon J. Wolf es el vicepresidente de The Dru Project, un grupo sin ánimo de lucro que promueve la igualdad LGBTQIA. Las opiniones expresadas en este texto son exclusivas del autor.

(CNN) – Otra vez.

No entendía qué era lo que estaba pasando cuando los frenéticos mensajes de texto, llamadas y publicaciones me sacaron de la cama. Pero muy pronto, esas palabras “otra vez” continuaron sonando en mi cabeza. Recordé las llamadas perdidas, los angustiosos mensajes y las publicaciones en Facebook de amigos atrapados. Y pensé: está pasando otra vez en Las Vegas.

Hace 16 meses, esas publicaciones eran las mías. “Escondiéndome en el baño. No puedo encontrar a mis amigos”, escribí en ese momento. Y ahora, al menos 59 personas murieron y hay más de 520 heridos en Las Vegas, después de un tiroteo en un festival de música country.

Y aunque ha pasado más de un año desde la masacre en la discoteca Pulse, en Orlando, –en la que 49 personas fueron asesinadas, incluido un amigo muy cercano– este nuevo horror que llega de Las Vegas me llevó de vuelta a la misma sensación de pavor. Puedo sentir el dolor en las historias de los sobrevivientes. Me duele la angustia de las madres y los padres que esperan noticias de sus hijos. Me acuerdo de la omnipresente cobertura de noticias.

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He tratado de olvidar el momento en el que esperaba que el nombre y la foto de mi mejor amigo aparecieran en la lista de víctimas. Hoy, todos esos miedos regresaron.

La comunidad de Orlando está sufriendo hoy: por Las Vegas y por nosotros. Una herida que apenas había comenzado a sanar fue arrancada y expuesta por un hombre, al parecer, armado como si fuera un soldado. Tal como lo hizo hace tantos meses, la violencia armada está desgarrando de nuevo las costuras del país. Y esto lo sienten intensamente aquellos afectados por el tiroteo de la discoteca Pulse.

Para las personas afectadas en Las Vegas: los amamos. Yo los amo. Si he aprendido alguna lección del oscuro camino hacia la recuperación de la violencia de masas, es que todos necesitamos amor más de lo que nos gustaría admitir. Permanezcan juntos. Unan sus brazos. Acojan. Y ten claro que mientras empiezas a curar esa profunda herida, Orlando está de pie contigo.

A mis amigos y vecinos en Orlando, les ruego que se involucren en el cuidado propio. Descansen de la cobertura. Dejen de actualizar sus páginas principales de Twitter por hoy. Visiten a un consejero. Rodéense del amor y la calidez que los protegió el día después del tiroteo. Hoy es un día para fortificar su alma: nuestros hermanos y hermanas en Las Vegas necesitarán hombros fuertes para apoyarse.

Y al país: hártense. Exijan que se haga algo para salvar a nuestros vecinos. ¿Cuándo será suficiente? ¿Cuando sea en tu patio trasero? ¿Cuándo te despierten los mensajes erráticos llenos de miedo? ¿Cuándo sea la foto de tu hermano la que aparezca en la pantalla del televisor? Mientras esta comunidad sana, envíales tus pensamientos y oraciones. Y cuando termines de rezar arrodillado, levántate para pelear. Tal como lo hice el año pasado, la gente de Las Vegas necesita acción ahora. Necesitan un cambio. Ellos merecen un país donde nos manifestemos a su lado y nos neguemos a inclinarnos ante el odio.