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Donald Trump

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5 cosas que nos enseña el intento de Trump de despedir al fiscal especial Robert Mueller

Por análisis de Chris Cillizza

(CNN) -- El presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó despedir al fiscal especial Rober Mueller en junio de 2017, pero luego lo convencieron de que no lo hiciera cuando el abogado de la Casa Blanca Don McGhan se negó a cumplir la orden pues estaba en fuerte desacuerdo con el razonamiento del presidente, según le dijo una fuente a CNN este jueves en la noche.

Eso es increíble.

Especialmente porque una y otra vez, el año pasado, Trump y sus altos consejeros han insistido en que él nunca, jamás, ni siquiera una vez, consideró algo como despedir a Mueller.

"Ni siquiera lo he pensado", respondió Trump en agosto —dos meses después de que supuestamente hubiera ordenado despedirlo— a una pregunta de un reportero sobre si había considerado despedir al fiscal especial.

El presidente Donald Trump negó este viernes en el Foro Económico Mundial de Davos que hubiera actuado para despedir al fiscal especial para la investigación de Rusia y dijo que se trata de "noticias falsas, amigos. Noticias falsas".

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Entonces, además del hecho de que Trump —contrariamente a sus afirmaciones públicas— no solo pensó en despedir a Mueller, sino que pidió que se hiciera, ¿qué otra cosa nos enseña (o nos recuerda) la historia de The New York Times sobre Trump?.

1. Trump no sabe escuchar

Recordemos la línea del tiempo de los hechos. Trump despidió al entonces director del FBI James Comey en mayo de 2017. Ese mismo mes —exactamente el 17 de mayo— Mueller es asignado como fiscal especial por el subsecretario de Justicia, Rod Rosenstein, y le dio la tarea de supervisar la investigación del intento de intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 y la posible colusión entre los rusos y la campaña de Trump.

Un mes después —el 14 de junio— The Washington Post reportó que la investigación de Mueller se había expandido más allá de la elección de 2016 para examinar una potencial obstrucción a la justicia relacionada con el despido de Comey.

Es justo en ese momento cuando Trump ordenó despedir a Mueller. McGahn se rehusó porque, según el Times, "McGahn no estuvo de acuerdo con el caso del presidente y le dijo a los altos funcionarios de la Casa Blanca que despedir a Mueller tendría un efecto catastrófico en la presidencia de Trump".

Lo que es, por supuesto, 100% cierto. Y aún así, de alguna manera, Trump, el autoproclamado genio político de nuestra era, no fue capaz de comprender el efecto que ese despido hubiera tenido en su presidencia.

2. Trump es paranóico

Esto no es algo que hayamos aprendido de la historia del Times, pero es algo que esa historia debería recordarnos.

Las razones por las que Trump creía que Mueller debería ser despedido, según el Times, eran que:

a) Mueller tenía un resentimiento por las cuotas de membresía en el Club Nacional de Golf de Trump en Virginia (Mueller dejó el club en 2011 pero ha negado que hubiera una disputa sobre las cuotas de membresía).

b) Mueller había trabajado recientemente para la firma que representaba al yerno de Trump, Jared Kushner y

c) Mueller había hablado con Trump sobre regresar como director del FBI poco antes de ser nombrado fiscal especial.

Ninguna de esas tres razones eran ofensas para ser despedido. Las excusas del bufete de abogados y la excusa laboral del FBI son poco sólidas, en el mejor de los casos.

Pero la idea de que Mueller, un hombre que pasó 12 años como cabeza del FBI, pudiera de alguna manera ser parcial contra Trump por lo que pudiera ser o no una disputa por las cuotas de membresía en un campo de Golf, son realmente demasiado. ¿Arriesgaría Mueller toda su carrera y reputación solamente por volver a los campos de golf de Trump?

Para él es risible. Sin embargo, Trump lo creyó.

3. Trump puede cambiar de opinión

Existe una tendencia a asumir que una vez Trump toma decisiones sobre algo —o sobre alguien— es la última palabra. Pero el episodio de Trump sugiere que esto no es cierto.

McGahn esencialmente dijo que lo de Trump con Mueller fue un engaño. Como abogado, pensó que era mala idea crear muchos más problemas de los que realmente valía la pena.

McGahn retó a Trump: Si quieres despedirlo, hazlo tú mismo.

"McGahn también le dijo a los funcionarios de la Casa Blanca que Trump no haría el despido por sí mismo", se lee en el reporte del Times. "Entonces, el presidente retrocedió".

Esto es educativo. Trump —a pesar del hecho de que se había convencido con evidencia inestable de que Mueller debía ser despedido— no podía (o no debía) apretar el gatillo por su propia cuenta.

4. Los altos consejeros de Trump no tienen una idea real de lo que está sucediendo

Esto puede parecer duro, pero honestamente, es el mejor escenario para explicar el hecho de que varios de los altos consejeros de Trump insistieron repetidamente el año pasado —inclusive después de junio de 2017— que el presidente nunca había considerado la idea de despedir a Mueller.

"El presidente ni siquiera ha discutido eso", dijo la alta consejera Kellyanne Conway en agosto de 2017. "El presidente no está discutiendo el despido de Bob Mueller".

"Como la Casa Blanca lo ha dicho consistentemente durante meses, no hay consideración para despedir al fiscal especial", dijo el abogado de Trump Ty Cobb en diciembre, seis meses después luego de que Trump supuestamente lo hiciera.

¿Cómo reconciliar esos comentarios con el reporte del Times? O Conway y Cobb (y otros que dijeron cosas similares) estaban mintiendo o no se enteraron de que de hecho Trump quería despedir a Mueller, pero solo se detuvo cuando McGahn se rehusó a hacer el trabajo sucio.

5. Los abogados de Trump le dijeron que la investigación casi termina para evitar que él despida a Mueller

La idea de deshacerse de Mueller sigue siendo una posibilidad activa en la mente de Trump, según la historia del Times. Este párrafo, en particular, es increíble:

"Trump ha vacilado durante meses sobre si quiere despedir a Mueller, cuya seguridad laboral es una preocupación omnipresente entre el equipo legal del presidente y sus colaboradores cercanos. Los abogados del presidente, incluyendo a Cobb, han tratado de mantener tranquilo a Trump asegurándole por meses, en medio de revelaciones sobre la investigación, que esta ya se está acercando al final".

Hace tiempo que sabemos que Cobb (y otros) le han estado asegurando a Trump que la investigación de Mueller se está cerrando, sin evidencia real que respalde esas afirmaciones.

Ahora sabemos por qué. Porque al decirle a Trump que terminará pronto, sus abogados mantienen a raya su deseo de despedir a Mueller. ¿Por qué despedir a alguien y hacerte parecer culpable cuando esa misma persona está a punto de declararte inocente?

Solo un poco más de días, semanas y meses, y todo esto se terminará, así que no necesitas hacer algo rudo, le dijeron los abogados a Trump, y, al hacerlo, ganan más tiempo para dejar hacer a Mueller su trabajo.