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El Brasil de hoy: polarización y violencia política

Por Pedro Brieger

Nota del editor: Pedro Brieger es periodista y sociólogo, autor de más de siete libros y colaborador en publicaciones sobre temas internacionales. Actualmente se desempeña como director de NODAL y es columnista  de CNN en Español. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor.

(CNN Español) -- Faltan siete meses para las elecciones generales del 7 de octubre en Brasil, pero la campaña electoral ya está en pleno apogeo, aunque en principio el período oficial de propaganda electoral comienza a partir del 16 de agosto.

En realidad, es muy común que los diferentes candidatos recorran el país antes de inscribirse, pero lo novedoso es el clima de violencia que se ha desatado y que —por ahora— tuvo su momento más álgido el martes 27 de marzo cuando atacaron con armas de fuego la caravana del expresidente Lula de Silva en el sur de Brasil, un día después de otro ataque con huevos y piedras.

Brasil vive un clima de violencia política como no se veía hace mucho tiempo.

En febrero, el presidente Michel Temer decretó la militarización del Estado de Río de Janeiro y en marzo asesinaron en la ciudad de Rio a la concejala de izquierda Marielle Franco. Según una investigación de Congressoemfoco, un reconocido sitio periodístico apartidario, desde enero de 2016 y hasta el 15 de marzo de 2018, al menos 36 concejales fueron asesinados en diferentes ciudades, en circunstancias no del todo esclarecidas, pero varios vinculados a la política por sus denuncias a mafias y narcotraficantes locales.

Brasil atraviesa una crisis política de magnitud y con una fuerte polarización. Por un lado, hay un expresidente, elogiado en todo el mundo por sus logros en la lucha contra la pobreza durante sus ocho años de gestión, que puede ir a la cárcel en cualquier momento condenado por un caso de corrupción que siempre ha negado, lo que impediría su candidatura. Por el otro, un presidente que ha sugerido que podría presentarse como candidato y que reconoce que inaugura obras usando la maquinaria del Estado pensando en octubre, a pesar de que diversas encuestas muestran que su intención de voto no alcanza ni siquiera el dos por ciento y su gobierno tiene una evaluación negativa del 75 por ciento. Vale la pena recordar que los brasileños son muy afectos a las encuestas y que estos datos han tenido amplia difusión.

Lula calificó a sus atacantes de fascistas y junto a otros precandidatos llamó a formar un frente de defensa por la democracia. Aunque parezca increíble, este es el Brasil de hoy.