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Inmigrantes indocumentados

¿Falso o verdadero?: verificamos lo que dice el gobierno Trump sobre la inmigración

Por Tal Kopan

(CNN) –– El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, culpó este martes a los demócratas por lo que llama una “crisis fronteriza”. Y aseguró que los miembros de dicho partido obstaculizan una serie de leyes que son muy necesarias.

Sin embargo, la realidad es mucho más complicada y la culpa no se le puede atribuir directamente a los demócratas.

En una llamada con periodistas, el principal asesor de la Casa Blanca, Stephen Miller, planteó una serie de señalamientos en su argumento de que el Congreso debería aprobar leyes impulsadas por el Gobierno para la inmigración, especialmente cuando se trata de familias y niños.

“La actual crisis fronteriza e inmigratoria, así como todas las preocupaciones que despierta, son el producto exclusivo de los vacíos legales en las leyes de inmigración, que los demócratas se niegan a solucionar”, aseveró Miller citando una norma para combatir el tráfico humano, la ley de asilo y los acuerdos judiciales que han protegido a los niños de la detención.

“Todas estas son disposiciones que el Gobierno ha intentado rectificar y por las que ha enviado propuestas para cerrar estos vacíos legales, y la única razón por la que hoy no son leyes –esas soluciones– es exclusiva y únicamente debido a los demócratas en Washington”, continuó Miller. “Si tuviéramos esas soluciones en la ley federal, la crisis de inmigrantes que emana de Centroamérica sería resulta en su mayoría en un periodo muy corto”, insistió.

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¿Es verdad o mentira? Aquí está la realidad:

Verificación: una “crisis” en la frontera

En marzo y abril de este año, se registró un repunte estacional en los cruces ilegales de la frontera. Eso resultó en aproximadamente 38.000 detenciones de personas que intentaron ingresar por cada mes. Con un poco más de 16.000 agentes de la Patrulla Fronteriza en la frontera sur, eso significa que en promedio cada funcionario hizo dos arrestos y medio al mes.

Durante casi todos los años de los que se tiene registro, a excepción de 2017, los cruces ilegales tienden a aumentar en primavera, a medida que el clima mejora para el viaje.

Las cifras de inmigración ilegal en lo corrido de 2018 son constantes con los años del gobierno del expresidente Barack Obama: son levemente menores a los años fiscales 2013 y 2014, pero ligeramente mayores a 2015 y 2016.

Los cruces ilegales en abril de este año fueron más del triple que en el mismo mes de 2017. Sin embargo, dicha comparación está distorsionada porque en ese momento los cruces bajaron a niveles que nunca se habían visto en la historia moderna, justo antes de que comenzaran a subir de nuevo y se estabilizaran con los de los últimos años.

En el año fiscal 2017 se realizaron un poco más de 304.000 aprehensiones de personas que cruzaron la frontera ilegalmente. Y según dijo el Departamento de Seguridad Nacional para ese entonces, se trata de la cifra más baja registrada en los últimos 40 años. En los primeros siete meses del año fiscal 2018, se han efectuado 211.821 detenciones, con un ritmo que excedería ligeramente el nivel del año pasado.

Verificación: la culpa es de los “vacíos legales”

El gobierno de Trump tachó de “vacíos legales” a una serie de leyes que están diseñadas para garantizar la protección a los derechos humanos y al debido proceso de los inmigrantes, especialmente de los niños.

En ese sentido, la administración ha intentado restringir los derechos de las personas que buscan asilo, una política amparada por el derecho internacional y la ley estadounidense. Esta medida establece que los no ciudadanos que puedan demostrar ser víctimas de persecución en su país de origen pueden quedarse legalmente en EE.UU. Si un inmigrante le dice a un agente en la frontera que teme ser perseguido, se le aplica una prueba de "miedo creíble” para determinar si puede optar por la solicitud.

Según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, la tasa de aprobación del miedo creíble fue casi del 80% durante el año fiscal 2017, lo que incluye que estas personas probablemente estén traumatizadas, no estén familiarizadas con las leyes estadounidenses y tengan pocas habilidades en inglés.

Ahora, el Gobierno considera que el porcentaje –mucho más bajo– de las solicitudes que finalmente se aprueban es una señal de que hay demasiadas peticiones de asilo. Pero los análisis estadísticos también han demostrado que es mucho más probable que los inmigrantes se presenten ante el tribunal y ganen sus casos cuando cuentan con representación legal, algo que el Gobierno no les garantiza ni les proporciona.

Miller también atacó la Ley de Reautorización de la Protección de las Víctimas de la Trata de Personas (TVPRA, por sus siglas en inglés) y el Acuerdo Flores-Meese, un fallo judicial de 2015. Las dos medidas crearon protecciones para los niños que se encuentran bajo custodia de inmigración. Justamente, los menores no acompañados de países no vecinos deben ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos para que sean reasentados dentro de los tres días siguientes a su arresto, lo que evita que permanezcan detenidos por mucho tiempo. Además, los niños con sus familias tampoco pueden ser arrestados por un largo periodo.

Miller dijo que como el caso Flores prohíbe que los niños sean detenidos –esencialmente en condiciones de cárcel– por más de tres semanas, las familias casi siempre son liberadas mientras esperan por procesos judiciales que tomarán mucho más tiempo y eso es un “vacío legal”. También se quejó de que la TVPRA exige que el Gobierno transfiera a los niños de la custodia del Departamento de Salud e intente encontrarles un patrocinador o un familiar adecuado para vivir en Estados Unidos.

La senadora demócrata Dianne Feinstein, quien ayudó a impulsar la TVPRA original, en 2008, rechazó fuertemente que estas leyes sean denominadas como “vacíos legales”.

“Estos no son vacíos legales”, dijo Feinstein en una audiencia reciente. “Son leyes que el Congreso aprobó para encarar las injusticias documentadas que enfrentan los niños en nuestro sistema de inmigración”, sostuvo.

Verificación: los “vacíos legales” son la causa “exclusiva” de la inmigración

Algunos argumentan, al igual que el Gobierno, que los inmigrantes centroamericanos llegan a Estados Unidos en familia o como menores no acompañados para “abusar” de las leyes que los protegen. En ese sentido, continúa el argumento, si se dificulta el proceso de otorgar dicho amparo, entonces los inmigrantes dejarán de viajar a EE.UU.

El Gobierno no ha ofrecido ninguna evidencia de este argumento. De hecho, Miller dijo que es “es simple sentido común”. Pero las tendencias inmigratorias han continuado aún cuando las administraciones intentaron aplicar medidas de mano dura en la frontera.

Algunas investigaciones han encontrado que la inmigración desde Centroamérica se produce en gran medida por las condiciones en el país de origen, donde la pobreza, la violencia y la actividad de pandillas son extremadamente altas. Hasta que esos factores se mejoren, concluyó un estudio del Instituto de Política Migratoria, los flujos hacia la frontera de Estados Unidos continuarán.

Verificación: los demócratas son el único obstáculo para el cambio

La afirmación de Miller de que los demócratas están “exclusiva y únicamente” bloqueando los cambios a la ley y a las decisiones judiciales –que el Congreso no puede anular– tampoco está respaldado por pruebas.

Es cierto que los demócratas se han unido para oponerse a la mayoría de los esfuerzos inmigratorios planteados por el Gobierno, pero no son los únicos que rechazan algunas de las propuestas.

Un proyecto de ley respaldado por la Casa Blanca a principios de este año, que incluyó medidas de inmigración de mano dura, seguridad fronteriza y drásticos recortes a la inmigración legal y familiar, así como un camino hacia la ciudadanía para ciertos jóvenes inmigrantes indocumentados, obtuvo solo 39 votos en el Senado, incluyendo los de tres demócratas.

Una propuesta bipartidista que no incluía tales iniciativas estrictas logró 54 votos, contando a ocho republicanos y casi todos los demócratas.