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Inmigración

Inmigrantes indocumentados

Inmigrantes detenidos dicen que les obligaron a beber agua maloliente y comida podrida

Por Ray Sánchez, Chuck Johnston

(CNN) -- Comida podrida, agua maloliente para beber, inodoros rebosantes e inadecuado acceso a las duchas. Todo esto se encuentra entre las condiciones de detención esbozadas en el último desafío legal para la política de inmigración de línea dura del Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.

Los reclamos, que fueron hechos por inmigrantes detenidos en las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en los últimos meses, fueron incluidos en documentos judiciales presentados el lunes como parte de un juicio federal de larga data que resultó en el acuerdo de Flores de 1997.

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Las acusaciones llegan después de que nuevos documentos judiciales de una demanda interpuesta por una coalición de fiscales contra la separación de familias revelara que los abogados hablan de condiciones horribles para niños y adultos detenidos.

Los documentos en ese caso incluyeron testimonios de niños confinados en habitaciones sin ventanas en recintos de metal que algunos llamaron perreras, así como adultos y niños detenidos en condiciones parecidas a las de la prisión.

El Departamento de Seguridad Nacional, Inmigración y Control de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos declinó hacer comentarios sobre litigios pendientes.

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No hubo comentarios inmediatos de los respectivos centros de detención.

Aquí hay una recopilación de algunas de las historias de los inmigrantes en los documentos judiciales del lunes.

"Estábamos hambrientos todo el tiempo"

Lidia, una inmigrante de 22 años de El Salvador, dijo que su hijo de cuatro años, Marcos, lloraba de hambre durante su estancia en un centro residencial familiar en el sur de Texas en Dilley. Ella dijo que les dieron sandwiches congelados que "no se podían comer" y "estábamos hambrientos todo el tiempo" bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., comenzando el 13 de junio.

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Otra inmigrante llamada Dilsia, que salió de Honduras con su hija Ashley, de 12 años, describió condiciones similares cuando fue detenida después de presentarse en un cruce fronterizo el 25 de junio.

"Podías sentir el hielo cuando mordías el sándwich", dijo en documentos judiciales.

Otros inmigrantes describieron náuseas a causa de los sándwiches congelados. Algunos dijeron que la carne del sándwich era negra o verde, y que sabía y olía mal.

Una madre "rogó por agua" y no se la dieron

Cristóbal, que huyó de la violencia y las amenazas de pandillas en su natal Guatemala, dijo en documentos judiciales que él y su hijo de siete años estaban sedientos en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza después de ser detenidos en El Paso, Texas, el 23 de junio. "No obtuvimos agua limpia todo el tiempo".

Otros inmigrantes describieron que el agua del grifo tenía mal olor y sabor. Algunos dijeron que el agua tenía un sabor a cloro.

Una madre de dos niños pequeños dijo que "rogó por agua" para su hija, pero no se la dieron.

"Mi hija comenzó a llorar. Los agentes me dijeron que me callara", según documentos judiciales.

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No le permitieron ducharse en cinco días

Lourdes, que huyó de Honduras con su hija de cinco años, dijo en un documento judicial que se les permitió una ducha y "los baños estaban sucios y rebosantes todos los días" durante los seis días que pasaron bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.

"Las dos estábamos cubiertas de polvo y suciedad durante nuestro camino por el desierto después de cruzar el río", recordó Blanca, una inmigrante guatemalteca que dijo que a ella y a su hija de cuatro años no se les permitió ducharse durante cinco días.

Otra madre, Fátima, dijo que su hija pequeña se ensució y tuvo que permanecer en ropa interior sucia durante varios días, según documentos judiciales.

Otros dijeron que les negaron jabón y toallas y les quitaron cepillos y pasta de dientes.

Empapados y con temperaturas muy bajas

Varios inmigrantes describieron las condiciones de las celdas como frías, especialmente después de haber sido detenidos en ropa empapada mientras cruzaban el Río Grande hacia Estados Unidos, de acuerdo con documentos judiciales.

Algunas madres dijeron que temblaban mientras se acurrucaban con sus hijos sobre suelos de cemento fríos, sin poder calentarse con las mantas que se proporcionaban en los centros de detención.

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Instalaciones atestadas y no suficientes colchones

Floridalma y su hijo de tres años, Broswin, fueron detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza el 26 de junio, según documentos judiciales.

Ella dijo que cuatro madres y sus cuatro hijos fueron mantenidos en una habitación pequeña en la instalación de la Patrulla Fronteriza de El Centro con dos colchones para compartir.

"Dormimos con la cabeza sobre los colchones y nuestros cuerpos en el suelo de cemento", recordó.

Otros dijeron que los atestados centros de detención carecían de suficientes colchones, lo que obligaba a los migrantes a dormir en bancos de madera o suelos de cemento.

Les negaron sus derechos legales

Muchos inmigrantes dijeron que no fueron informados de sus derechos legales después de ser detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza y no se les permitió ver las declaraciones de los agentes sobre sus detenciones. Algunos también dijeron que se les pidió que firmaran documentos en inglés sin traducción al español y que no se les permitió acceder inmediatamente a los abogados.

Investigan las instalaciones de Chicago

El senador estadounidense Dick Durbin, demócrata por Illinois, dice que Estados Unidos está investigando denuncias de abuso en una instalación de Chicago que alberga a niños separados de sus padres en la frontera con México.

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Las acusaciones incluyen abuso físico y emocional en Casa Guadalupe, una instalación administrada por la organización sin fines de lucro Heartland Alliance.

Red de albergues para menores indocumentados, bajo escrutinio

Decenas de cuentas citadas en una moción legal contra el Gobierno federal por detención ilegal e inapropiada de niños describen albergues sobrecargados y secretos, centros de tratamiento y centros de detención seguros para menores indocumentados, que en el peor de los casos han sido presuntamente desalojados, asaltados y otros abusos horribles.

Las acusaciones en los documentos, así como informes recientes de inspección de instalaciones y otras demandas van desde condiciones insalubres y monitoreo invasivo de correos y llamadas telefónicas a habitaciones sin aire acondicionado en veranos calurosos en Texas y dosificar cócteles de drogas psicotrópicas disfrazados de vitaminas. En una instalación, los niños relataron que se les presionaba para recibir inyecciones forzosas, que según los registros médicos son poderosos antipsicóticos y sedantes.

-- Hollie Silverman y Tal Kopan, de CNN, contribuyeron a este reporte.