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Donald Trump

Donald Trump

El peor momento de la presidencia de Donald Trump acaba de ocurrir

Por análisis de Chris Cillizza

(CNN) -- Dos nubes masivas que han rondado la presidencia de Donald Trump durante meses se rompieron casi que simultáneamente este martes en la tarde, e hicieron llover sobre el presidente.

Entre las 4 p.m. y las 5 p.m., ET, dos narrativas —ambas desastrosamente malas para Trump— emergieron:

1. Paul Manafort, el hombre que gastó cinco críticos meses liderando la campaña de Trump en 2016, fue encontrado culpable de ocho crímenes financieros. En 10 cargos que había contra Manafort, el jurado no pudo llegar a una conclusión unánime y el juez principal declaró juicio nulo sobre esos cargos.

2. Michael Cohen, el que por mucho tiempo fue el abogado personal de Trump y la persona que le arreglaba los problemas, llegó a un acuerdo de culpabilidad de ocho cargos ante una corte del distrito sur de Nueva York y admitió que discutió o hizo pagos secretos a dos mujeres que alegaban haber tenido un romance con Trump, con el fin de mantener oculta información, bajo la dirección o en coordinación con un candidato que aspiraba a un cargo federal. Aunque Cohen no lo nombró, el candidato es Donald Trump, obviamente.

Cualquiera de estos casos podrían hacer que una semana fuera desastrosa para el presidente de Estados Unidos, que ha visto cómo la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 se ha acercado cada vez más a él a medida que va avanzando. Pero tanto el hecho de que Manafort haya sido encontrado culpable y que Cohen que no solo se declarara culpable, sino que implicara a Trump en los pagos que violan las leyes de campaña, es literalmente catastrófico para la Casa Blanca de Trump.

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Aunque las dos historias son asuntos muy serios, la declaración de Cohen es más importante en términos de impacto directo para Trump.

Recuerden que Cohen reconoció que discutió o hizo pagos a la estrella porno Stormy Daniels y a la exmodelo Play Boy Karen McDougal durante la campaña de 2016 para asegurarse de que no rompieran su silencio sobre los supuestos romances que tuvieron con Trump años atrás.

Al principio, Cohen insistió que el pago de Daniels fue hecho de su propio bolsillo y sin ningún conocimiento directo o indirecto de Trump. Sobre el pago, Cohen dijo en febrero: “En una transacción privada en 2016, utilicé mis propios fondos personales para facilitar un pago de 130.000 a la Sra. Stephanie Clifford. Ni la Organización Trump ni la campaña Trump participaron en la transacción con la Sra. Clifford, y tampoco me reembolsaron el pago, ni directa ni indirectamente”.

  • Mira en este video: Las revelaciones del testimonio de Rick Gates, el exasesor de Trump

En una corte de Nueva York este martes, Cohen admitió que esto no fue verdad. Él dijo que buscó mantener los pagos —así como la fuente del dinero— fuera del ojo público “en coordinación y bajo la dirección de un candidato a un cargo federal”.

Y esas 13 palabras son un problema muy, muy, muy grande para Donald Trump. Por esto:

En abril, los reporteros le preguntaron a Trump sobre los pagos a Stormy Daniels:

Periodista: “¿Sabía usted sobre el pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels?”
Trump: “No”.
Periodista: “Entonces, ¿por qué Michael Cohen lo hizo [el pago], si sus acusaciones no eran ciertas?”.
Trump: "Tendrás que preguntarle a Michael Cohen. Michael es mi abogado. Tendrás que preguntarle a Michael".
Periodista: “¿Sabe de dónde sacó él el dinero para hacer ese pago?”
Trump: “No. No sé”.

Ahora sabemos, gracias al abogado de Trump, Rudy Giuliani, que Trump le pagó de vuelta a Cohen los 130.000 dólares que fueron canalizados a Daniels a través de la compañía fantasma conocida como Essential Consultants LLC. Pero incluso esa admisión aún le da a Trump algún nivel de negabilidad plausible: seguro, él le pagaba regularmente a Cohen un anticipo para que le arreglara los problemas, pero Trump nunca supo sobre los detalles de los pagos o para lo que eran.

Excepto que eso dejó de ser preciso según lo que dijo Cohen como parte del acuerdo de culpabilidad. Si Cohen estaba contemplando el pago a Daniels y a McDougal bajo la "dirección de" o “en coordinación” con Trump, es imposible que las declaraciones del presidente hechas a bordo del Air Force One en abril sean precisas. Literalmente imposible.

Lo que eso significa —en caso de que la declaración de Cohen deba tomarse al pie de la letra, lo que claramente hace el Distrito Sur de Nueva York— es que Trump pudo no solo haber buscado evadir las leyes de financiamiento de su campaña en coordinación con Cohen con la esperanza de mantener en privado las acusaciones sobre su vida romántica, sino que también mintió al respecto.

Eso. Es. Un. Hecho. Masivo. M A S I V O.

El caso Manafort

En el período inmediatamente posterior al fallo hubo alguna tendencia de dos supuestas buenas noticias del caso Manafort / Trump: a) 10 de los 18 cargos fueron declarados como nulos y b) los cargos pasaron mucho tiempo antes de que Manafort llegara a la órbita de Trump.

Lo que esto significa es que: a) incluso si los 10 cargos no son rejuzgados, Manafort va a pasar años en prisión y b) Manafort fue el funcionario principal de la campaña de Trump durante un momento absolutamente crítico del ascenso de Trump a la presidencia.

Sin importar lo que Trump diga ahora sobre lo poco que hizo Manafort durante la campaña o el corto periodo que él duró en la campaña, el hecho de que Manafort tuvo un papel indispensable en la campaña es innegable. Y al menos, la decisión de Trump de contratar a Manafort socava negativamente la reiterada promesa del presidente durante la campaña de que él solo contrataría a las mejores personas para que trabajan con él en la Casa Blanca. El exjefe de campaña de Trump ahora ha sido hallado culpable de ocho cargos criminales por delitos financieros.

Escribí recientemente que las dos próximas semanas podrían ser un momento crítico para la presidencia de Trump, para todo el Partido Republicano y para el país. Ahora, en tan solo una hora, dos dominoes masivos han caído, y ambos aterrizaron en Trump. Aunque la noticia de Manafort es más un golpe lateral, la declaración de Cohen es, sin ninguna duda, el mayor problema personal que se haya hecho público a la fecha.

Estamos hablando que el presidente de Estados Unidos fue implicado en una intento resuelto y coordinado de romper las leyes de financiación de campaña. E hizo eso para mantener acusaciones contra su vida privada fuera de la esfera pública durante una campaña para el cargo más importante del mundo, un cargo que ganó solo 11 días después de que Cohen le pagara a Daniels.

Esto puede provocarles pesadillas a Trump y a su círculo más cercano. Pero también pone riesgos muy grandes para el Partido Republicano que ya ha tolerado una presidencia radical de Trump con la esperanza de asegurar cosas como el dominio conservador a largo plazo en la Suprema Corte o una ley de recorte de impuestos. ¿Qué pueden decir o dirán los líderes del Congreso dentro del partido, especialmente teniendo en cuenta que las elecciones de mitad de período de 2018 están ahora a menos de 100 días?

Este es el día —y la hora— que la operación Trump y el Partido Republicano siempre había temido, y que probablemente llegaron a creer que tal vez nunca llegaría. Pero aquí estamos.

Las consecuencias de esta noticia en la presidencia de Trump seguramente transformarán el panorama político en los próximos días y semanas. Y más apremiantemente, Trump o sus abogados necesitan tratar de encontrar una explicación de por qué insistió que no sabía nada sobre los pagos a Daniels cuando Cohen dijo que evitó que la información dañina de Trump, o de un "candidato”, saliera a la luz pública.

Y emergerán otras preguntas (y tal vez respuestas): ¿Seguirán apoyando los republicanos a Trump? ¿Se expandirán a otros sectores más allá de la izquierda las conversaciones sobre un juicio político? ¿Cómo reaccionará el siempre voluble Trump en Twitter ante lo que parece ser fue atrapado en una mentira flagrante?

Y luego, por supuesto, queda Mueller y el informe en el que está trabajando para detallar sus hallazgos sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016, la posibilidad de colusión entre Rusia y la campaña de Trump y si Trump pudo o no haber obstruido la investigación que sobre el FBI.

No sabemos el día o la hora que Mueller hará público su reporte. Pero ese puede ser el único momento que podría eclipsar los desastrosos 60 minutos que soportó Trump este martes.