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Ciencia y Espacio

El asteroide que extinguió a los dinosaurios golpeó en el ángulo “más letal posible”

Por Katie Hunt

(CNN) – El asteroide del tamaño de una ciudad que golpeó la Tierra hace 66 millones de años, y condenó a los dinosaurios a la extinción, llegó desde el noreste con un ángulo muy pronunciado, maximizando así la cantidad de gases causante del cambio climático que fueron liberados en la atmósfera, según reveló un nuevo estudio.

El hecho de que el cráter Chicxulub de 200 kilómetros de ancho, ubicado en lo que hoy es México, se formó cuando el asteroide impactó y mató tres cuartas partes de la vida en el planeta, es algo en lo que la mayoría de científicos concuerdan. Pero la trayectoria y dirección de esa colisión sigue siendo un tema de debate.

En un nuevo estudio, un equipo internacional de investigadores señaló que sus simulaciones en 3D revelaron que el asteroide golpeó la Tierra con un ángulo entre 40 y 60 grados. Lo que Gareth Collins, profesor de ciencias planetarias en el Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College de Londres, describió como el peor de los casos para los dinosaurios.

“El impacto del asteroide desencadenó una cantidad increíble de gases causantes del cambio climático en la atmósfera, desatando una cadena de eventos que condujeron a la extinción de los dinosaurios. Esto probablemente empeoró por el hecho de que golpeó en uno de los ángulos más letales posibles”, explicó Collins, autor principal del estudio que fue publicado este martes en la revista Nature Communications, a través un comunicado.

Un cataclismo

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“Sabemos que este fue uno de los peores escenarios en cuanto a la letalidad del impacto, porque dejó escombros peligrosos en la atmósfera superior y los dispersó por todas partes, todo lo que llevó a un invierno nuclear”, agregó el científico.

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Tal colisión probablemente desencadenó millones de toneladas de azufre y otros gases en la atmósfera, bloqueando el Sol y provocando un enfriamiento drástico del clima en la Tierra.

Estudios anteriores habían encontrado que el asteroide golpeó el planeta en un ángulo menos inclinado y vino del sureste, señaló Collins.

“Estos (hallazgos previos) se basaron en una interpretación diferente de los datos geofísicos que nuestro trabajo anula, y en observaciones en ese momento que sugirieron que la eyección del cráter era asimétrica, con más eyección en América del Norte (al noroeste) que en otros lugares”, explicó Collins en referencia al material que fue expulsado como resultado del impacto.

“Observaciones más recientes han demostrado que la distribución de eyección es más o menos simétrica”, añadió a través de un correo electrónico.

El equipo de investigadores del Imperial College London, la Universidad de Freiburg en Alemania y la Universidad de Texas en Austin examinó la forma y la estructura del cráter, así como las rocas extraídas al perforar el cráter, que contenían evidencia de las fuerzas extremas generadas por el impacto.

“A pesar de estar enterrados bajo casi un kilómetro de rocas sedimentarias, es notable que los datos geofísicos revelen tanto sobre la estructura del cráter, lo suficiente para describir la dirección y el ángulo del impacto”, señaló Auriol Rae, investigador posdoctoral en la Universidad de Freiburg y coautor del estudio.

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Esta información y otros datos se utilizaron para construir un modelo que simuló cómo se formó el cráter Chicxulub, determinando la dirección del asteroide y su ángulo. El equipo consideró cuatro ángulos diferentes: 90, 60, 45 y 30 grados.

Los autores explicaron que consideraban el ángulo de 60 grados como el más probable por la relación entre tres puntos del cráter: su centro, un anillo de montaña hecho de roca muy fracturada dentro del borde del cráter y el centro de rocas de manto elevadas y densas, a unos 30 kilómetros debajo del cráter.

En el cráter Chicxulub, estas características están alineadas en una dirección suroeste-noreste, indicó el estudio, y las simulaciones 3D del equipo en un ángulo de 60 grados reprodujeron las observaciones casi de manera exacta.

Los autores señalaron que ese ángulo de impacto habría producido más gases causante de cambio climático, como el azufre y el dióxido de carbono, que una colisión muy superficial o casi vertical.