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Estados Unidos

Opinión: ¿Puede Marco Rubio ayudar a los republicanos con el voto latino en 2012?

Por Juan Andrés Muñoz

No sabemos quién será el candidato presidencial republicano el año que viene. Pero lo que sí sabemos es quién tiene grandes posibilidades de ser el candidato a la vicepresidencia: el senador de Florida Marco Rubio.

Eso si quiere el segundo lugar. Rubio podría decidir que el presidente Barack Obama, pese a su caída en popularidad, será un rival difícil de batir en 2012 y que sea más inteligente esperar a 2016.

En cualquier caso, Rubio es una estrella en ciernes. Ha aparecido en televisión toda la semana, respondiendo a preguntas de la prensa sobre sus planes. A un entrevistador le dijo que no aspirará a la presidencia en 2012. A otro le dijo que no va ser el nominado a la vicepresidencia.

Tal vez no, pero seguramente será muy requerido cuando llegue el momento de elegir a un candidato a la vicepresidencia. Algunas razones son evidentes: Rubio es inteligente, habla bien, es guapo, se maneja bien ante los medios y se le da bien la recaudación de fondos.

Pero hay un ingrediente especial: Rubio tiene capacidad de curar. Sea quien sea el candidato a la presidencia del Partido Republicano (Romney, Huckabee, Pawlenty, Gingrich...), empezará con una gran desventaja entre los votantes hispanos para la elección general. El tener a un cubano-estadounidense, que se describe como "hijo de exiliados", en la papeleta podría ayudar a remediar este problema.

Pero hablemos de cómo los republicanos se enfrentaron a la minoría más grande de Estados Unidos, un grupo que suma medio millón de votantes cada año y que es el segmento de población de más rápido crecimiento entre el electorado. Una palabra: inmigración.

El Partido Republicano aprovechó la oportunidad de ser el portavoz de la inquietud de muchos estadounidenses frente al cambio demográfico en ciernes y la realidad de que Estados Unidos se está convirtiendo en un país hispano.

Pero los líderes republicanos no consideraron el costo que eso tendría. Los republicanos insisten en que se oponen a "la inmigración ilegal", pero en su retórica y soluciones legislativas se han mostrado como "anti-inmigrantes" y "anti-hispanos". Y por eso no será una sorpresa que la mayoría de los hispanos no votaran a un republicano aunque fuera el único partido de la tierra.

Esto es evidente en California, donde un reciente sondeo de opinión realizado por una encuestadora y consultora del Partido Republicano mostró que sólo el 26% de los hispanos en el estado más poblado del país tiene una opinión favorable de ese partido, en comparación con el 62% que ve con buenos ojos al Partido Demócrata.