El presidente de Rusia, Dmitry Medvedev, se sumó a los pedidos de Estados Unidos y Europa para exigir la renuncia de Moammar Ghadafi, un cambio de postura que estrecha aún más el cerco diplomático en torno al líder libio.
Moscú ha sido un duro crítico de la misión de la OTAN en Libia argumentando que la campaña de bombardeos de la OTAN se excede del mandato recibido del Consejo de Seguridad de la ONU de proteger a la población civil.
El llamado de Medvedev tuvo lugar al término de la cumbre del Grupo de los Ocho en Deauville, Francia, este viernes.
Los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Japón, Alemania, Italia y Rusia también emitieron un comunicado de apoyo a los movimientos pro-democracia en el Medio Oriente y el norte de Africa.