El espectáculo “Ovo” de Cirque du Soleil es como adentrarse con una lupa en el jardín de casa. Sumergirse en un mundo inspirado en los insectos donde una historia de amor se entrelaza con las aventuras de muchos insectos cautivados por la presencia de un elemento extraño: un huevo.
He cubierto varios shows de esta exitosa compañía circense de Canadá que ha marcado el mundo con su particular estilo de contar historias. Y si hay algo que siempre llama la atención, son sus vestuarios. La compañía diseña y construye cada traje, cada disfraz, cada accesorio en sus cuarteles generales de Montreal.
Y lo hacen con tal perfección que tienen un perfil con todas las medidas de todos los actores y artistas que actúan por el mundo, de manera que si algo se rompe, el director de vestuario puede pedirle al cuartel general que le envíe lo necesario para la persona especifica, sin importar en qué parte del mundo estén actuando. Impresionante, ¿verdad?
Además, al finalizar la gira de un espectáculo, vuelven a traer todos el vestuario a la sede central, donde los destruyen para preservar el derecho o la propiedad intelectual de Cirque du Soleil.
Tuve la oportunidad de ver de cerca el vestuario de “Ovo” y descubrir interesantes detalles de cada insecto, incluso tocar los materiales con que los construyen. Y también, ¡probarme uno! una experiencia que como ven en el video fue toda una delicia.