El gobernador de Texas, Rick Perry, tiene un reconocimiento único en Estados Unidos: es el gobernador que más tiempo ha estado en el cargo.
El republicano reemplazó a George W. Bush en el 2000 cuando éste renunció para asumir la presidencia. Perry, quien fue su asistente, asumió el cargo y se lanzó con para la gubernatura en el 2002, permaneciendo ahí hasta la fecha.
La transición de Bush a Perry no fue complicada. En algunos sentidos, son el mismo tipo de persona: cristiano devoto y conservador, quien a veces no distingue la línea entre la política y la religión.
Perry declaró un día de agosto como el “Día de la Oración y Ayuno”. Escribió: “Invito a mis amigos texanos a acompañarme el 6 de agosto en el Estadio Reliant de Houston, mientras oramos por unidad y rectitud, para este gran estado, esta gran nación y toda la humanidad. Exhorto a los estadounidenses de fe a rezar ese día por la sanación de nuestro país, la reconstrucción de nuestras comunidades y la restauración de valores duraderos como nuestra fuerza guía”.
Aunque su declaración pueda parecer fuera de lugar para algunos estadounidenses, cae muy bien en el Bible Belt (cinturón de la Biblia).
Jim Henson, director del Proyecto Político de la Universidad de Texas-Austin, dijo que la gente de ahí “parece cómoda con él”.
“Pienso que en muchos sentidos, dada la longevidad y la manera en que se ha desempeñado, se ha convertido en uno de los gobernadores más poderosos en la historia del estado”, destacó Henson.
William Murchison, un escritor conservador y conocido de Perry, escribió recientemente en la revista conservadora American Spectator que la personalidad y vida de Perry le ayudarán en el escenario nacional.
“Mi gobernador parece hablar en serio. Para muchos republicanos e independientes, un punto inmensamente tranquilizador”, escribió Murchinson el 13 de junio en un artículo titulado: Mi Gobernador, Rick Perry.
El artículo se presenta en medio de gran especulación de que Perry se unirá al grupo de republicanos que busquen ganar la candidatura presidencial de su Partido para el 2012.
Sus puntos de vista políticos se acoplan muy bien con la postura actual del Partido Republicano y el Tea Party: a favor de un gobierno pequeño y políticas económicas anti Obama.
Asimismo, la especulación se elevó cuando importantes colaboradores de la campaña presidencial de Newt Gingrich –Rob Johnson y Dave Carney– renunciaron. Carney ha sido un colaborador de muchos años del gobernador de Texas. Los dos operadores políticos podrían fácilmente unirse a una potencial campaña de Perry para el 2012.
Mark Miner, director de comunicación de Perry, comentó a CNN que es comprensible que muchos integrantes del partido quieran que se postule, ya que Texas, con su ambiente amigable para los negocios, sobrellevó la recesión mejor que la mayoría de los estados, incluyendo menor desempleo.
“Él es un gobernador conservador y fiscalmente responsable que tiene un historial exitoso”, destacó. “Siempre van a existir rumores de que se lanzará por un cargo más elevado por el éxito que ha tenido”.
Perry, de 61 años, es originario de Paint Creek, una pequeña comunidad granjera al norte de Abilene. Graduado de la Universidad de Texas A&M, Perry se unió a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1972 y voló aeronaves tácticas C-130 de carga en Europa, Medio Oriente y Estados Unidos. Después de dejar la Fuerza Aérea, regresó a Paint Creek para dedicarse a la granja con su padre.
Perry se casó con su amor de la infancia, Anita, en 1982. Tienen dos hijos. Comenzó su carrera política en 1985 como representante estatal de un distrito rural del oeste de Texas. Más tarde se postuló exitosamente para asistente del gobernador en 1998.
Como gobernador, se desempeñó como presidente de la Asociación de Gobernadores Republicanos.
Su apariencia y comportamiento también le han ayudado en su carrera, destacó Murchinson.
“Es alto, delgado y atractivo. Y muy, muy macho, en caso de que se lo estén preguntando. Además, tiene un buen discurso”.
Y ciertamente crea sus noticias, generalmente por razones extrañas.
En agosto de 2010, Perry disparó y mató a un coyote mientras trotaba con su perro en Austin. Perry dijo que a veces lleva una pistola para cuidarse de las serpientes y la vida salvaje.
Sin embargo, Murchison admite que el frecuente estilo “combativo” de Perry “puede no ser tan conveniente en este momento como un estilo que diga, tranquilos, yo puedo arreglar esto, denme una oportunidad”.
Y es evidente cuando hablamos de encuestas.
Una encuesta de la Universidad de Texas y Texas Tribune aplicada en mayo, presentó al gobernador con un 42% de aprobación, 12% lo aprobaron firmemente y un 29% lo aprobó un poco.
Su porcentaje de desaprobación fue igual, pero un 28% estuvo en firmemente en desacuerdo y un 14% un poco en desacuerdo.
Sin embargo, Henson dijo que mientras los texanos están divididos, los porcentajes se han mantenido constantes durante su período como gobernador, una posición que no tiene tanto poder como otros mandatarios de otros estados.
Si se lanzara, Perry podría presentar su historial económico legislativo a los votantes que están preocupados por otra Gran Depresión y el creciente déficit del país.
“La verdad es que debido a ese historial, muchos operadores republicanos piensan que puede enfocarse en el mensaje económico”, dijo Jessica Yellin, corresponsal de CNN.
Henson dijo que la conclusión de la sesión legislativa del Estado le da a Perry la oportunidad de promover sus credenciales económicas en todo el país.
“Puede decir: esto es lo que he hecho en Texas… Menos impuestos y construido una economía fuerte que es mejor que el resto del país durante la recesión. Construimos una cultura política de libertad y valores familiares… De hecho recortamos el gasto y reducimos al gobierno, eso es lo que ahora le ofrezco al país. El modelo de Texas”.
Además de la historia, Perry tiene a la geografía de su lado. Es gobernador de un estado sureño que tiene un gran número de votos electorales. Sus lazos con la región le ayudará a conseguir votos para las primarias en estados clave como Carolina del Sur y Florida, e incluso subiendo hasta Iowa.
Aunque su perfil conservador puede no caer bien a los independientes de New Hampshire, y a aquellos que votarán en la elección general.
“¿Viajarían bien su persona y políticas del Atlántico al Pacífico? Esa es la pregunta”, escribió Murchison. “Me temo que quedará en el aire un poco más de tiempo”.
Henson coincide, afirmando que las grandes preguntas son: ¿Es demasiado conservador? ¿Asustará a los independientes a nivel nacional?
“Pienso que mucho de eso dependerá de si consigue la candidatura, cómo será percibido en términos de las condiciones que definen las respuestas de los independientes. En una economía difícil, los independientes van a estar algo escépticos. Pero creo que es un pregunta abierta si se asustarán con Perry o no”.
Y eso es a lo que están apostando los demócratas.
Un estratega demócrata que está familiarizado con el razonamiento del equipo de campaña de Obama comentó a CNN que hay un “camino a la victoria para él” cuando se trata de ganar votos republicanos. Pero si Perry logra hacerse con la candidatura, el estratega dijo que estaría perseguido por su insinuación de abril de 2009, en el sentido de que Texas podría separarse del país.
“Texas es un lugar único. Cuando nos sumamos a la unión en 1845, uno de los problemas era que nos podríamos ir si así lo quisiéramos”, dijo Perry en ese entonces. “Mi deseo es que Estados Unidos y Washington en particular, preste atención. Tenemos una gran unión. No ha ninguna razón para disolverla. Pero si Washington sigue menospreciando al pueblo estadounidense, quien sabe lo que pueda pasar”.
Más tarde, un vocero dijo que Perry no apoyaba una separación de Texas. Murchison dijo que Perry estaba bromeando.
“Voy a decir esto lentamente, para el beneficio de los mediocratas cuyas neuronas se congelan cada vez que escuchan a los conservadores texanos: El. Gobernador. Estaba. Haciéndose. El. Gracioso”, escribió Murchison.
No obstante, el estratega demócrata lo consideraría un problema, afirmando que “ciertamente sería una campaña interesante, competir contra alguien que se postula para la presidentede los Estados Unidos y que previamente dijo que consideraría separase de él”.