El juicio a Anders Breivik empezaría en la primera mitad de 2012.

Por Fareek Zakaria

(CNN) – Es uno de los asesinatos en masa más sobrecogedores de la historia reciente. La semana pasada, Anders Behring Breivik compareció ante un tribunal en Oslo y admitió haber matado a 77 personas en el mes julio. No estaba arrepentido. Es más, Breivik se declaró inocente de los cargos de terrorismo argumentando que estaba en pie de guerra para proteger a Europa de ser conquistada por los inmigrantes musulmanes.

¿Cómo podría una cultura como la del norte de Europa, famosa por su estado de bienestar y generosos presupuestos de ayuda al extranjero, crear una máquina de matar como Breivik?

Un nuevo estudio podría arrojar nuevas luces al respecto. La institución Demos llevó a cabo la primera investigación cuantitativa sobre la presencia en Internet de grupos de extrema derecha en Europa. Esto es especialmente importante debido a que estos grupos suelen tener muchos más seguidores en la red que miembros formales. Recordemos que la gente como Breivik se forma y se radicaliza en línea.

Así que Demos se puso en contacto con más de 400.000 seguidores en Facebook de 14 grupos de extrema derecha en toda Europa. Más de una cuarta parte de los encuestados dijo que la violencia es aceptable si los fines son buenos. Y si usted pensaba que los miembros de la extrema derecha son gente mayor y desconectada, se equivoca. Un tercio de los encuestados eran menores de 21 años y dos tercios eran menores de 30 años. Compare eso con la edad promedio de los usuarios de Facebook: sólo la mitad son menores de 30 años.

Entonces, resulta que los partidarios de la extrema derecha en Europa son cada vez más jóvenes y están más conectados. También son en su mayoría hombres, profundamente cínicos con respecto a la Unión Europea y están muy preocupados por la inmigración y por lo que perciben como una propagación de la influencia islámica en Europa.

Son versiones extremas de una realidad creciente en Europa. La Unión Europea parece disfuncional, los empleos escasean y por lo menos tres de los líderes más importantes de Europa - la canciller alemana Angela Merkel, el presidente de Francia Nicolas Sarkozy, y el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron - han admitido recientemente que el experimento de Europa con el multiculturalismo ha fracasado.

Quien sea que tenga la culpa - la sociedad por no ofrecer suficientes oportunidades para integrar a los inmigrantes o los inmigrantes por aferrarse a sus propias prácticas - la realidad es la experiencia del inmigrante en Europa ha sido complicada y ha generado una reacción negativa. Y ahora, con el desempleo juvenil por las nubes en algunos países, ¿podría ser la ira contra los inmigrantes una válvula de escape?

Tal vez, aunque tengan esto en cuenta: Noruega en realidad no ha tenido una recesión económica. Esto nos lleva a un punto clave: Hay que entender que el caso de Breivik es atípico. Él no representa a la mayor parte de la extrema derecha. Él representa al mal, una persona que, hasta la fecha, no se ha arrepentido de masacrar a decenas de jóvenes noruegos.

Pero dicho esto, está claro que Europa tiene que revisar seriamente sus políticas hacia los inmigrantes. Debe ofrecer una mayor integración y oportunidades, y a la vez debe pedir a los inmigrantes una mayor asimilación.

Un pensamiento final: desde los atentados del 11 de septiembre, el mundo se ha centrado casi exclusivamente en el terrorismo islámico por parte de Al Qaeda y otros grupos. Pero el más reciente informe de la Unión Europea muestra que de los 249 ataques terroristas cometidos en Europa en 2010, sólo tres fueron obra de terroristas islámicos. El resto fueron cometidos por grupos separatistas, la extrema derecha o la extrema izquierda.

Para toda la atención que se ha prestado al terrorismo islámico, hay muchos Breiviks más por encontrar y tenemos que considerar ese peligro también.

Lo paradójico del caso es que Breivik se ha convertido en un reflejo de aquello a lo que él parece oponerse. Es joven, descontento y un asesino de masas. Y cuando comparece ante una corte para para responder sobre sus crímenes, dice estar luchando una especie de guerra santa. ¿Les suena familiar?