(CNN) — Wayne Sutton hace siempre la misma pregunta a los inversionistas en capital de riesgo y y ejecutivos de Silicon Valley: “¿Por qué no hay más afroamericanos en la industria de la tecnología?”
La gran mayoría de los altos ejecutivos de las principales empresas de tecnología de Silicon Valley son hombres blancos. Las mujeres y los asiáticos han avanzado un poco en este tema, pero todavía es raro ver a líderes de tecnología afroamericanos y latinos. Alrededor del 1% de los emprendedores que recibieron financiamiento para capital de riesgo durante el primer semestre del año pasado son de origen africano, de acuerdo con un estudio de la firma de investigación CB Insights.
Esta falta de diversidad en Silicon Valley llegó a los titulares de las noticias el mes pasado cuando el influyente blogger de tecnología Michael Arrington dijo: “No conozco un solo emprendedor afroamericano”, durante una entrevista para el documental Afroamericanos en América: la nueva tierra prometida, realizado por CNN. Arrington se retractó después y dijo que lo habían sorprendido con la pregunta, pero el sensible tema despertó una disputa pública entre el blogger y Soledad O’Brien, colaboradora de CNN.
Es un tema con el que ha estado lidiando durante meses Sutton, fundador de la incubadora NewMe, para minorías con poca representación en la industria de la tecnología y quien también tiene una empresa de software.
NewMe se formó para ayudar a las minorías a lanzar empresas en internet. Durante dos meses, Sutton y otros siete emprendedores afroamericanos trabajaron juntos en una casa rentada en Mountain View, California, en donde recibieron consejo de ejecutivos exitosos y presentaron sus ideas a inversionistas.
Algunos capitalistas de riesgo, como el diseñador de software de negocios, Mitch Kapor, creen que la dificultad para que los afroamericanos entren a la industria de tecnología se le puede atribuir al concepto que llaman coincidencia de patrones, que prevalece en los círculos de reclutamiento de las firmas de capital de riesgo pero es ajena al resto del mundo de los negocios.
“A Silicon Valley realmente le gusta pensar que es una meritocracia, aunque en realidad es todo lo contrario”, dice Kapor.
¿Una verdadera meritocracia?
La coincidencia de patrones consiste en un análisis computacional, donde el sistema busca los atributos comunes de los candidatos y los compara con una base de datos.
En el negocio de las inversiones, la coincidencia de patrones funciona como una técnica para averiguar qué características humanas, componentes corporativos y proyecciones financieras son las bases para crear el siguiente Facebook o cualquier otro gran éxito en internet. El criterio puede incluir la historia del fundador, su tipo de personalidad y educación universitaria, a qué mercado se dirige la compañía y la rapidez con que se espera que el negocio crezca y obtenga ingresos.
Comúnmente, los fundadores exitosos son hombres blancos, graduados de ciencias computacionales de la Universidad de Stanford o de una escuela de élite parecida. (A diferencia de los no graduados Steve Jobs y Mark Zuckerberg, fundadores de Apple y Facebook.)
Muchas de las principales firmas de capital de riesgo usan el análisis por coincidencia de patrones, aunque ninguna usa los mismos grupos de datos. Las firmas normalmente no dan a conocer exactamente qué es lo que ingresan en sus fórmulas.
La cofundadora de NewMe, Angela Benton, se pregunta si la coincidencia de patrones, que favorece lo establecido en lugar del cambio, es una forma velada de racismo. Pero las personas que conocen el proceso de coincidencia de patrones dicen que la raza o el género no son factores determinantes.
“El sesgo entra en juego de forma no intencional cuando ven a las 15 (nuevas empresas) en las que (invirtieron) y las cinco que tuvieron un enorme éxito eran dirigidos por hombres blancos. De alguna manera entra en la ecuación”, dice Sindhi Padnos, quien fundó la firma de capital de riesgo Illuminate Ventures, la cual no depende del análisis de reconocimiento.
¿La raza todavía es un factor?
Estos métodos no necesariamente explican por qué hay tan pocos afroamericanos, latinos y mujeres que dirigen empresas de tecnología cuando se compara con el número de ejecutivos hombres y blancos.
Padnos y su empresa de capital de riesgo investigan y abogan por contratar y financiar más firmas de tecnología dirigidas por mujeres. Dice que se esfuerza por diversificar su comité de asesoría de 40 personas y su cartera de inversiones relativamente pequeña, pero no tiene candidatos afroamericanos.
Otras ejecutivas de alto nivel, como Marissa Mayer de Google y Sheryl Sandberg de Facebook, abogan por la inclusión de las mujeres. Sus éxitos y los de otras mujeres en India y China pueden servir de modelo para otras minorías que todavía tienen obstáculos en su búsqueda para establecer empresas en internet.
Pero esas victorias no llegaron fácilmente.
“Vivimos en una sociedad donde la raza todavía es un factor”, dice Rey Ramsey, un hombre afroamericano, que dirige TechNet, una firma de cabildeo político para la industria de la tecnología. Refiriéndose al famoso joven fundador de Facebook, añade: “Estamos esperando por el Zuckerberg afroamericano”.
En los últimos años surgieron unos cuantos líderes afroamericanos sobresalientes en la industria de la tecnología, dice Charles Moore, un afroamericano que fundó Rocket Lawyer, una firma que ofrece asesoría legal.
“La raza no ha sido realmente un factor esencial en mi carrera.Yo creo que Silicon Valley es un lugar donde se puede trabajar duro, ser inteligente y tener algo de suerte, lo que todo el mundo necesita. Y si tienes esas cosas, puedes tener éxito, independientemente de tu raza o género o de tu perfil demográfico”, afirma Moore, cuya compañía está respaldada por Google Ventures, el brazo de capital de riesgo del gigante tecnológico.
Inversión que se basa en datos
Google Ventures presume las virtudes de su enfoque orientado por datos para invertir, que atrae empresas con patrones similares a éxitos pasados. Por ejemplo, la firma aprendió que los empresarios exitosos son más propensos a volver a crear productos exitosos y que las nuevas empresas que se ubican lejos de las oficinas de sus inversionistas tienen más probabilidades de tener éxito, según una declaración hecha al New York Times en julio.
“Tradicionalmente, el negocio de riesgo se basa mucho en las evaluaciones cualitativas”, dijo recientemente en una conferencia Bill Maris, socio administrativo de Google Ventures.
Un capitalista de riesgo con gran experiencia dijo que la coincidencia de patrones, cuando se aplica correctamente, está diseñada para detectar el talento poco común que puede tener mucho éxito, no promover la uniformidad. No tiene nada que ver con la raza, afirmó.
Una división racial sin una explicación clara
Se han hecho pocos estudios sobre el tema de la raza en la industria de la tecnología. Algunos observadores, entre ellos Ramsey, se preguntan si la falta de diversidad racial se puede atribuir a las prácticas de contratación de los gigantes de la tecnología, como Apple, Facebook y Google, ninguno de los cuales cooperaron con solicitud de CNNMoney para las estadísticas de la diversidad de los empleados.
“La industria de la tecnología es como un club. En realidad no hay gente afroamericana en Silicon Valley”, dice Hank Williams, un empresario afroamericano en el programa NewMe que tuvo un éxito en el auge de internet de la década de los 90.
Otros dicen que el asunto puede tener sus raíces profundas en la comunidad afroamericana. Los cofundadores de NewMe afirman que las familias afroamericanas no suelen alentar a los líderes de negocios o a los programadores a que persigan sus intereses en tecnología.
Freada Kapor Klein, asesora empresarial sobre la diversidad racial, cree que la gente de diferentes orígenes raciales o étnicos puede resolver los problemas con la tecnología que otros no pueden, debido a la perspectiva que aprendieron durante su educación. Las empresas que reconocen esta tienen una ventaja sobre los rivales con una mentalidad menos abierta.