(CNN) — Los egipcios comenzaron tres días de luto este jueves por las 79 personas que murieron en un violento motín tras la final de un partido de fútbol, mientras el parlamento en ciernes de la nación estalló en cólera por la tragedia nacional.

El presidente del parlamento ordenó el cese de la transmisión en vivo de la sesión del jueves, por lo que se calentó el debate. Pero la orden fue retirada después que los legisladores hicieron conocer sus objeciones.

Un diputado del partido Hermanos Musulmanes por la Libertad y el Partido de la Justicia exigieron la renuncia del ministro del Interior, señalándolo como responsable de la pérdida de casi 80 vidas. Otro diputado acusó a los guardias de seguridad de que los fanáticos llevaran armas al estadio de Port Said.

Un comité investigará las circunstancias que causaron el disturbio mortal el miércoles en el partido entre Al-Ahly de El Cairo y el equipo Al-Masry de Port Said.

Una multitud de cientos de personas se manifestaron en la plaza Tahrir de El Cairo, el jueves. Algunos denunciaron al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas; muchos otros llevaban puesta la camiseta del club Al-Ahly.

Un comité investigará las circunstancias que causaron los disturbios mortales del miércoles durante el partido entre el Al-Ahly de El Cairo contra el equipo Al-Masry, dijo en un comunicado el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

No estaba claro si las rivalidades deportivas o las luchas políticas recientes del país causaron los enfrentamientos en el noreste de la ciudad de Port Said.

Los disturbios ocurrieron después de la victoria 3-1 del Al-Ahly de El Cairo sobre el Al-Masry de Port Said.

Aficionados de ambos bandos se agredieron con piedras y sillas, aseguró Mohamed Sultan, jefe de la asociación de ambulancias en Port Said.

Muchos de los muertos cayeron de las gradas del estadio, afirmó Ahmed Saeed, funcionario de la oficina del gobernador de Port Said.

Otros fallecieron sofocados, relató Al-Ahy un seguidor del Amr Khamis, quien regresó al Cairo este jueves, con la cabeza vendada después de que un aficionado del Al-Masry lo golpeó con un tronco.

“La policía abrió las puertas que nos separaban de los seguidores del Al-Masry, y sus hooligans nos atacaron con todo, piedras, botellas de vidrio, cuchillos, espadas. Algunos tenían pistolas… ¿Cómo permitió la policía que portaran esas armas en las gradas?”, narró.

El presidente del comité de aficionados del Al-Ahly, Mamdouh Eid, señaló que las autoridades contribuyeron a que creciera la violencia. “La policía se quedó observando, y las ambulancias llegaron tarde. Yo cargué varios aficionados muertos”, contó.

La tensión creció mientras se desarrollaba el juego. dijo Eid, y también cuando los aficionados de Port-Said comenzaron a arrojar piedras y botellas a los jugadores.

“Había grupos entre la multitud que se dedicaron a provocar a las autoridades durante el juego, incrementar la violencia y arrojarse al campo una vez que sonó el último pitido del silbato”, señaló el general Marwan Mustapha, del Ministerio del Interior. “Nuestra policía trató de contenerlos, no pelear con ellos”.

Port Said se ubica casi 200 kilómetros al noreste de El Cairo, donde cientos de aficionados enfurecidos se reunieron en afuera de las instalaciones del club Al-Ahly pidiendo venganza.

Al menos 47 personas fueron detenidas después de los enfrentamientos, dijo.

El ministro del Interior y los militares rechazaron la responsabilidad por lo ocurrido, dijo el general Ismail Osman, un miembro del consejo militar, de acuerdo con Mehwar TV.

Yousuf Basil and Amir Ahmed contribuyeron con este reporte.