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CNN en Español

5 comidas afrodisíacas para celebrar San Valentín

Por cnninvitationsaccount, CNN en Español

(CNN) -- Los autores Karen Page y Andrew Dornenburg, ganadores del Premio culinario James Beard, conocen algo acerca de como hacer buenas juntas en la cocina y en la vida; tanto es así que desde hace 20 años vienen investigando y escribiendo juntos best sellers como "La Biblia del sabor" (The Flavor Bible), "Qué tomar con lo que Ud. come" (What to Drink with What You Eat), "Arte Culinario" (Culinary Artistry) y el último "La guía de vinos para el amante de la comida" (The Food’s Lover Guide to Wine).

Mientras Karen y Andrew compartirán algunos secretos de cómo combinar comida, ellos insisten en que la belleza real no está en seguir los consejos de otros, sino en experimentar por uno mismo los maridajes de comidas y sabores para conocer que deslumbra a nuestros paladares.

¿Y qué mejor momento para probar cosas nuevas que los días antes al de San Valentín (o incluso después)? Porque, al final de cuentas, es imposible que los afrodisíacos funcionen si están emparejados con el compañero equivocado.

Aquí les presentamos las comidas afrodisíacas favoritas de Karen y Andrew y les explicamos por qué funcionan.

1. Ostras crudas + vinos blancos frescos

Las ostras son el afrodisíaco número uno por sus características innatas, desde la apariencia hasta el sabor; y la forma en que se comen ofrece su propia sensualidad. Pero si Ud. combina a este bivalvo con un Cabernet lleno de taninos, terminará con un gusto metálico en la boca. Sin embargo, los blancos frescos, desde un Chablís a un Champagne y el no menos conocido pero también delicioso Rkatsiteli, aumentan el placer en su boca, ya que la acidez del vino refresca el paladar de la salinidad de las ostras.

2. Espárragos y Gruner Veltliner 

Los afrodisíacos verdes como los espárragos y los alcauciles (o alcachofas) son dos de los más notorios vegetales que “matan” el sabor del vino. Pero combinados con los vinos correctos, blancos con mucha acidez y sus propias notas “verdes”, como el Grüner Veltliner o un Sauvignon Blanc, balancearán el paladar, haciendo que se destaque la fruta del vino.

3. Queso Cheddar + Sidra helada

Las manzanas, llamadas “la fruta de la tentación”, demuestran su costado afrodisíaco en el plato como en el vaso. En “La Biblia del sabor” los autores celebran el maridaje de manzanas y queso Cheddar desde un pastel de manzanas con queso derretido hasta platos de quesos. La sidra está hecha de manzanas, lo que le da un intenso y concentrado sabor a dicha fruta. La recomendación es Eden Ice Cider de Vermont, que se lleva muy bien con un queso del mismo lugar. Y la recomendación de los autores es que si los sabores son compatibles en un plato, también lo serán del plato al vaso.

4. Chocolate amargo + La Santísima Trinidad

Los amantes del chocolate y del vino saben que una de las características del último es que tienen la habilidad mágica de realzar el sabor del chocolate. Los amantes del chocolate saben que la llamada “la Santísima Trinidad” de los vinos para maridar con chocolate son los Banyuls franceses, los Oportos de Portugal y el Jerez Pedro Ximenez (PX) español. Cuando dude cómo combinarlos, piense en su combinación de chocolate favorita: si es con maníes o mantequilla de maní vaya por un Oporto, Si le gusta el chocolate con pasas, opte por el Jerez y si su debilidad son las cerezas bañadas en chocolate, entonces el ideal es el Banyuls.

5. Desayuno + Bugey

¿Hay algo más romántico que continuar la celebración del día de San Valentín, a la mañana siguiente? Para ello es siempre una buena idea tener a mano un buen vino de Crunch, y la recomendación es el rosé francés, Bugey, ligeramente dulce y efevescente, con notas de frutilla.  Su delicado bouquet frutal se marida muy bien con frutillas (un gran afrodisíaco para el desayuno), hasta waffles y la dulzura del vino ayuda a resaltar el jarabe de arce, tan común en EE.UU. y otros países. La ventaja de este vino es su baja graduación alcohólica, lo que permite seguir con las tareas diarias. Otra alternativa puede ser un vino espumante rosado, ya que un rosé es un vino fácilmente adaptable (de blanco a rojo) y  todos los espumantes van prácticamente con todo.