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(CNN) — Zachary Chesser apenas es mayor de edad. A los 21 años, el terrorista confeso fue condenado el año pasado a una pena de 25 años de cárcel por publicar mensajes islamistas radicales en internet y por intentar proveer de material en apoyo a una organización terrorista.

Su amenaza en línea estaba dirigida a los escritores de South Park. Su delito, según el nativo de Virginia: Representar al profeta Mahoma en un traje de oso para un episodio de la popular serie de dibujos animados para adultos.

En un nuevo informe publicado por el Comité de Seguridad Interior de la Cámara, el personal empleó los escritos en internet y la correspondencia personal de Chesser para obtener un panorama más claro sobre cómo internet influye en su pensamiento. Lo que encontraron fue alarmante.

Según el informe, mismo que exhorta a los legisladores a hacer políticas más estrictas para contrarrestar la radicalización mundial del internet y la propaganda, el joven de Virginia se encontraba bien armado para su misión, con membrecía en por lo menos seis sitios de internet de terroristas, y aprovechó el alcance de las redes sociales mediante la utilización de YouTube, Twitter y Facebook para compartir su mensaje de odio.

El comité lo calificó como un clásico estudio de caso de lo rápido que un terrorista puede ‘radicalizarse a sí mismo’.

Poco más de una semana antes, senadores pertenecientes a otro comité recibieron noticias por parte de altos funcionarios de inteligencia del país acerca de las mayores amenazas para la seguridad nacional. El teniente general Ronald L. Burgess, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, informó al Comité de Servicios Armados del Senado sobre la amenaza de Al-Qaeda.

“Aunque hemos conseguido importantes avances en el tema de Al-Qaeda y sus afiliados, seguimos en lucha contra su capacidad de desarrollarse, de regenerar su liderazgo y de lanzar ataques”, dijo Burgess. “Individuos autorradicalizados o solitarios, algunos de ellos dentro de Estados Unidos, e incluso dentro de nuestras propias filas, se mantienen como una inquietud constante”.

La guía del “cómo” para los terroristas

Una de las razones por la que los terroristas radicalizados a sí mismos son tan difíciles de detectar es que cuentan con muy poca interacción con los demás, lo cual les ofrece muy pocas oportunidades a la Policía para interceptar comunicaciones o averiguar lo que piensan hacer.

Además, internet les ha proporcionado las herramientas para entender cómo lanzar un ataque. Sin embargo, expertos como Scott Stewart, vicepresidente de información táctica para la empresa de inteligencia Stratfor, dice que la falta de una tradicional formación práctica que solía darse en campamentos de Pakistán también puede ser una bendición.

“Francamente, mientras estos tipos de base están más diseminados, su experiencia práctica terrorista resulta por lo general bastante pobre, por lo que cuando se trata de hacer cosas como vigilancia o como la adquisición de armas, por lo general no tienen idea de lo que hacen, y esa es realmente la etapa en la que llaman la atención de las autoridades”, dijo Stewart.

Comprender el fenómeno de los extremistas radicalizados por sí mismos y entrenados por internet resulta un problema. Otro problema es capturarlos pronto, o incluso el rehabilitarlos para que se conviertan en parte de los esfuerzos contra el terrorismo.

“En general, resulta muy importante para la Policía local el ser activa y consciente de la amenaza. Por supuesto, por lo general, ellos también van a tener las mejores relaciones con sus comunidades musulmanas locales, y ese es otro elemento realmente, pero realmente importante”, comentó Stewart.

“Parece que más gente se va por el discurso de la Primavera Árabe que por el discurso yihadista. Es necesario sesgar el discurso yihadista, pero eso no es algo que Estados Unidos puede hacer o que la CIA puede hacer. Eso es algo que las comunidades musulmanas tienen que hacer”.

Mientras que los atacantes radicalizados por su propia voluntad y sus motivaciones pueden ser diferentes dependiendo del lugar en el que viven, muchos de los desafíos de los operativos de contraterrorismo a nivel mundial son los mismos.

Lecciones del pasado

Un panel de expertos en la lucha contra el extremismo se reunió la semana pasada en Doha, en la Academia Internacional de Qatar sobre Estudios de Seguridad, en un intento por compartir los secretos de seguridad que han funcionado en sus propios vecindarios.

Entre ellos se encontraba Stephen White, quien se desempeñó durante 26 años como oficial de policía de alto rango en el Reino Unido. El policía se describe como cualquier otro adolescente que crecía en las calles de Belfast en 1969, cuando comenta que el Ejército Republicano Irlandés intentó asesinar a su padre.

“Cuando llegué una noche a casa (con el pelo largo y jeans), había informes de la Policía de que mi padre iba a ser asesinado. Poco tiempo después eso, mi madre, quien era una ama de casa normal, fue sorprendida por una serie de atentados”, dijo White. Su madre sobrevivió, pero las imágenes de violencia y terrorismo lo dejaron marcado.

“Han asesinado a mis amigos de la escuela. Tenía amigos que se unieron a organizaciones paramilitares”, dijo White, ahora uno de los vicepresidentes del Grupo Soufan. “Cuando eres jovencito, de 14 o 15 años, y existe caos y sangre derramándose, esto casi termina por aceptarse”.

White se unió a Kieran McEvoy, quien escribió un libro sobre encarcelamiento paramilitar en Irlanda del Norte, para presentar un documento sobre el éxito de los programas de participación comunitaria en la lucha contra los comportamientos extremistas, en un lugar que alguna vez entendió mejor el asunto.

Las conclusiones fueron que la participación de toda la comunidad en el proceso era la única posibilidad de éxito. Es el enfoque holístico de proteger a los vecinos de la calle de convertirse mañana en actores extremistas.

“El gran debate de ahora: ¿Son el contraterrorismo y la integración social lo mismo o cosas separadas? ¿Se trata de hacer frente a la inclusión y al desempleo, o tomamos un enfoque clínico más específico y buscamos la señal en aquellos que se están radicalizando y ponemos una mayor cantidad de esfuerzo en ellos?”, cuestionó White.

“No hay ningún enfoque cortado con el mismo molde”, dijo el exagente especial del FBI, Ali Soufan, cabeza del Grupo Soufan, quien trabaja de la mano con la Academia Internacional de Qatar sobre Estudios de Seguridad. “Hay una necesidad imperiosa de cualquier tipo de intercambio de información en cualquier tipo de operación transfronteriza con el fin de entender mejor las cuestiones de la lucha contra el extremismo violento”.

Soufan señala los esfuerzos en Singapur, en donde las autoridades desarrollaron un programa de contraextremismo que incluía la formación de un consejo de dirección compuesto por líderes religiosos locales, trabajadores de servicios sociales, profesionales de la salud mental y psicólogos.

“Existen otras maneras de lidiar con esto”, dijo Soufan. “Se sientan en los sótanos de sus madres para ver estos videos y páginas de radicales, y sienten la necesidad de hacer algo. Si construyes herramientas en la comunidad las cuales puedan tomar a estos chicos y colocarlos en algún programa en el que puedan desvincularse de lo que hacen. Sí hay programas alrededor mundo en los que se hacen estas cosas, pero tenemos que encontrar una manera de manejar a este tipo de individuos con la ayuda de la comunidad”.

El informe del personal del Comité del Departamento de Seguridad Nacional está formalizando este sentir al exhortar al gobierno a adoptar un “enfoque integral de la sociedad para la lucha contra la radicalización islamista violenta, el cual incluya el cómo facilitar la intervención de la comunidad por medio de la familia, amigos y líderes comunitarios y religiosos apoyados por recursos de los gobiernos federales, estatales y locales”.

Esto podría llevar a las comunidades locales a escribir su propio libro de “cómo hacerlo”.