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(CNN) — El Vaticano pidió perdón a las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes al revelar el mayor reporte al respecto este martes, pero las víctimas respondieron con ira e incredulidad sobre los hallazgos y la posibilidad de que las medidas adoptadas por la Iglesia funcionen.

“Con un gran sentido de dolor y vergüenza se debe reconocer dentro de la comunidad cristiana que gente inocente fue abusada por sacerdotes”, aseguró un comité de alto nivel de la Iglesia católica.

“Aquellos que debieron vigilar a menudo no lo hicieron de forma efectiva”, según el reporte.

“Por esos errores se debe pedir perdón una vez más: a Dios, y a las víctimas”, dijo el líder de la comisión.

El jefe de la Iglesia católica en Irlanda, el cardenal Sean Brady, respaldó estas palabras el martes.

“Al expresar nuestro pesar hacemos una súplica sincera de perdón a las víctimas y a Dios por estos terribles crímenes y pecados”, añadió.

Pero Jon McCourt, un activista que fue víctima de abusos, dijo que el reporte no fue al fondo.

“En un resumen muy, muy pequeño reconocen el daño que hecho por lo que ellos llaman ‘el problema’ de abuso de menores”, dijo McCourt.

Y añadió: “La Iglesia pudo haber usado a Irlanda como un faro de luz y esperanza para las víctimas de abuso institucional y clerical alrededor del mundo. Y parece que la oportunidad se perdió”.

Los investigadores aseguraron que pudieron “verificar que, empezando en 1990, y de forma progresiva, se han dado pasos hacia una mayor conciencia de cuán serio es el problema de los abusos”.

“Se ha dado mucha atención y cuidado a las víctimas, asistencia en términos espirituales y psicológicos, así como apoyo jurídico y financiero”, según el reporte.

El Papa Benedicto XVI ordenó la investigación, formalmente conocida como Visitación Apostólica, en respuesta a una serie de reportes independientes que encontraron que miles de niños habían sido abusados física o sexualmente por clérigos católicos durante décadas.

Ante las acusaciones de abuso, algunos obispos tendían a trasladar a los sacerdotes a nuevas parroquias, según informes respaldados por el gobierno irlandés.

El más reciente, conocido como el reporte Cloyne, encontró que los abusos y los encubrimientos continuaron después de que el escándalo estalló, y luego de que se establecieron salvaguardias en la Iglesia católica en Irlanda.