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Mundo

Los egipcios votan en un clima de miedo e incertidumbre

Por CNN en Español

EL CAIRO (CNN) — Las urnas abrieron este jueves por segundo y último día de la elección presidencial histórica en Egipto, aun cuando muchos están preocupados por que las fuerzas armadas invaliden los resultados si no gustan.

Es la primera vez que el país tiene una votación donde nadie sabe cuál será el resultado antes de que termine el proceso.

Luego de que las urnas cerraran el miércoles, el primer día de participación, un exfuncionario de alto nivel de Naciones Unidas dijo que podría haber un cambio para Egipto.

"Si los egipcios ven esto como una expresión legítima de su propia voluntad popular", sin importar quién gane, "eso puede ser un preludio de un regreso real a la seguridad y la estabilidad del país", dijo Mark Malloch Brown.

El exdiplomático y experto en desarrollo dijo que se sentía optimista sobre el futuro a mediano plazo en Egipto, incluso si el camino está "lleno de baches".

"Pasamos por esto con el este de Europa después de 1989", cuando cayeron los regímenes comunistas, dijo Malloch Brown en el programa de CNN Connect the World. "Solo toma tiempo. La gente necesita acostumbrarse al nuevo orden político. Pase lo que pase en los próximos meses, la gente necesita aferrarse al hecho de que (Egipto) llegará ahí".

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Predijo que un Egipto posrevolucionario será "un poco más islámico de lo que era antes, y un poco más luchador e independiente respecto a Estados Unidos e Israel", mientras que internamente tratará de "enfocarse en lograr un mejor arreglo para los egipcios pobres".

Una ola de entusiasmo se expandió por las urnas este miércoles.

"Finalmente, Egipto ha nacido", dijo entre llanto un hombre de 80 años al representante David Dreier, un republicano de California que visita El Cairo como un observador de las elecciones.

Nadia Fahmy, una abuela de 70 años, estaba tan decidida a ser la primera en votar en su colegio electoral que se sentó en una silla de plástico durante dos horas y media antes de que abriera el centro el miércoles.

“Estoy aquí para votar por primera vez en mi vida”, dijo Fahmy. “Quiero ver a una nueva generación en mi país. Quiero que todo cambie”.

Otras personas dijeron a CNN que habían esperado hasta cuatro horas para participar.

El voto es un logro monumental para quienes trabajaron por derrocar al presidente Hosni Mubarak, en uno de los acontecimientos seminales de la llamada Primavera Árabe, ocurrido hace más de un año. Y podría repercutir más allá de las fronteras del país, ya que Egipto es en muchos sentidos el centro de gravedad del mundo árabe.

"Egipto siempre ha marcado tendencias en el mundo árabe y en el pensamiento político árabe. Tendencias que propaga a través del mundo árabe y, eventualmente, afecta incluso a los países no árabes, países de mayoría musulmana", dijo Maajid Nawaz, el presidente de Quilliam, un centro de estudios con sede en Londres.

La elección de Egipto "es un buen augurio para el resto del mundo árabe y en particular para las naciones que han tenido levantamientos", dijo Nawaz, un exislamista que fue encarcelado en Egipto durante cuatro años por realizar activismo político prohibido.

En su reporte anual mundial sobre derechos humanos, publicado este jueves, Amnistía Internacional (AI) criticó a los líderes militares que gobiernan el país.

"Hay varias razones para eso", dijo Philip Luther, subdirector de la AI para el programa de Medio Oriente y África.

"Una es que en algunos casos continúan los abusos del régimen de Mubarak, y que al menos 100 personas han sido asesinadas en las calles, en manifestaciones, como resultado del uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas militares. Así que hay un problema real que ciertamente refleja las 800 muertes ocurridas durante la revuelta misma", dijo.

Amnistía también se opone al uso de las "pruebas de virginidad" en algunas mujeres manifestantes, "equivalente a tortura y totalmente inaceptables".

Las autoridades no han hecho lo suficiente para asegurar que las mujeres contribuyan de igual forma a la reforma política, dijo Luther.

La organización quiere que cualquier que tome el gobierno como presidente termine con el estado de emergencia y los juicios militares para civiles.

Hay 13 candidatos en la boleta, aunque dos se retiraron de la carrera presidencial tras la impresión. Si nadie obtiene la mayoría de los votos en la primera ronda, el país celebrará un segundo proceso el próximo 16 y 17 de junio.

Los resultados de la primera ronda no se esperan antes del fin de semana.

Unos 30,000 voluntarios participan para asegurar que la votación sea justa, según organizadores del movimiento juvenil 6 de abril, un grupo que ha hecho campaña por una mayor democracia y el respeto a la ley en Egipto.

Hasta este miércoles solo se reportaron violaciones menores, en su mayoría de simpatizantes de uno u otro candidato que trataron de influenciar a los votantes en los colegios electorales.

Existe un temor generalizado de que el poderoso ejército, que ha dirigido el país desde la caída de Mubarak, trate de apropiarse de la elección.

La preocupación persiste a pesar de la insistencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de que entregará el poder al gobierno civil electo. El ejército puso vehículos blindados en las calles con altavoces emitiendo un mensaje de que van a abandonar el poder, algo que no convenció a los escépticos.

Nawaz, el analista en Londres, dijo que Egipto probablemente no se dirige hacia un simple caso donde los militares o bien ceden el control o rechazan los resultados de la elección.

En cambio, anticipó, habrá un "acuerdo infeliz" donde la milicia se mantendrá "siempre presente, en las sombras", intentando influir en el gobierno civil sin llegar a controlarlo.

"Egipto está pasando por escenarios similares a los de Turquía o Pakistán", dijo, en referencia a otros dos países que tienen democracias formales, pero donde un ejército poderoso puede influir en lo que ocurre.

El grado en que la milicia siga ejerciendo el control en Egipto dependerá de quién gane las elecciones, según Nawaz. El experto rió cuando se le preguntó quién podría ser.

Gane quien gane las elecciones, se enfrentará a enormes desafíos, incluso sin las preocupaciones sobre el Ejército, dijo.

"Ellos están heredando una economía fallida, con una burocracia abismal, un pueblo frustrado, y una profunda desconfianza del pueblo hacia sus fuerzas armadas y policiales", dijo Nawaz.

Además, Egipto tiene un mosaico político donde las alianzas cambian con rapidez, añadió.

Los demócratas se oponen a gobiernos militares, por ejemplo, pero si un candidato islámico gana la presidencia, "algunos de los demócratas cambiarían de parecer porque preferirían un gobierno militar a los islamistas", dijo Nawaz.

"Es mucho más complicado que 'islamistas vs demócratas'; es rico contra pobre; salafistas (de línea dura) frente a la (más moderada) Hermandad Musulmana; los secularistas contra islamistas ", dijo.

Además, el país aún no cuenta con una nueva constitución que defina los poderes del presidente o el parlamento, luego de que el mes pasado un tribunal suspendió al comité encargado de escribirla. Dicha corte dictaminó que los miembros de la comisión no reflejaban a la población nacional lo suficientemente bien.

Entre los candidatos que compiten por la presidencia están Mohamed Morsi, del partido de la Hermandad Musulmana, Justicia y Libertad; Amre Moussa, quien se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores con Mubarak; Abdelmonen Abol Fotoh, un islamista moderado; Shafik Ahmed , quien fue el último primer ministro de Mubarak, y Hamdeen Sabahy, un izquierdista de quien se conoce poco.

La votación, que inició este miércoles, se produce casi 16 meses después de la revuelta popular que provocó la caída de Mubarak en febrero del 2011.

La desconfianza y la ira, sobre todo contra el poder de los militares en los asuntos gubernamentales de Egipto, todavía inspiran las protestas, algunas de las cuales se han caracterizado por enfrentamientos mortales.

Los manifestantes están molestos por la lentitud de las reformas desde el derrocamiento de Mubarak. Algunos también están preocupados de que el liderazgo militar del país esté retrasando la transición.

En enero, dos partidos islamistas ganaron el 70% de los escaños en la cámara baja del parlamento en las primeras elecciones que se dieron para elegir un cuerpo rector en la era post-Mubarak.

El Partido Justicia y Libertad ganó 235 escaños y el partido conservador de Al Nour obtuvo 121 escaños en la Asamblea del Pueblo, de acuerdo con los resultados finales. El conjunto se compone de 498 miembros electos, y el resto de los escaños se repartieron entre otros partidos.

Salma Abdelaziz, Hala Gorani, Ian Lee y Mohamed Fadel Fahmy contribuyeron con este reporte