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Estados Unidos

Ex miembro de las fuerzas SEAL narra en un libro el ataque a bin Laden

Por CNN en Español

(CNN) — Una compañía editorial anunció el miércoles que el 11 de septiembre saldrá a la venta el recuento de un testigo del ataque en el que murió el líder de al Qaeda, Osama bin Laden.

Christine Ball, directora de mercadotecnia y publicidad de Dutton, casa editora filial de Penguin Group USA, señaló que el libro fue escrito bajo un seudónomo por un ex miembro de los SEAL, cuerpo de élite de la Marina de Estados Unidos cuyas iniciales en inglés significan equipos de cielo, mar y tierra, bajo un seudónimo.

El libro se titula Un día difícil: El testimonio de la misión que cobró la vida de Osama bin Laden.

Un oficial del Departamento de Defensa de Estados Unidos señaló que el soldado ya no se encuentra en servicio activo.

El Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos no ha revisado ni aprobado el libro, agregó el oficial. Los oficiales del Comando fueron informados hace poco sobre el libro que estaba escribiendo el ex SEAL y se les hizo saber que no sólo hablaba del asalto, sino que incluía comentarios sobre los entrenamientos y otras misiones.

El oficial manifestó que revisarán una copia para asegurarse de que no se haya revelado información confidencial ni que contenga datos que expongan a alguno de los miembros del equipo. Se les dijo a los oficiales que una parte de las ganancias del libro se destinaría a obras de caridad.

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En el asalto del 2 de mayo de 2011 en Abbottabad, Pakistán, en el que murió bin Laden, intervinieron más de una veintena de miembros de las fuerzas especiales estadounidenses y dos helicópteros.

Pocos días después del asalto, un oficial reveló de manera anónima que la operación se ejecutó dentro de los 38 minutos que siguieron al reporte de la CIA respecto a los repetidos avistamientos de un hombre alto “haciendo rondas” alrededor del patio del complejo habitacional de Abbottabad que estaba bajo vigilancia constante. En ese momento las autoridades estadounidenses no determinaron de forma contundente que el hombre en cuestión fuera bin Laden, sin embargo, no tardaron en llegar a la conclusión de que había evidencia suficiente para seguir adelante con la operación.

Al parecer uno de los helicópteros se acercó demasiado a un muro del edificio, obligándolo a hacer un aterrizaje forzoso dentro del ala oeste del complejo, quedando el rotor de cola sobre el muro meridional.

El primer hombre que murió durante la operación –a la que un oficial estadounidense se refirió como Operación Tridente de Neptuno— fue un mensajero kuwaití que trabajaba para bin Laden; este murió durante un breve tiroteo en una casa para invitados. Se cree que esa fue la última vez que las fuerzas estadounidenses recibieron fuego durante el asalto, declaró el oficial, lo que contrasta con los primeros reportes que emitió el gobierno en los que se describió la operación como una “balacera”. Posteriormente, las tropas se introdujeron en el edificio principal del complejo, en donde mataron al hermano del mensajero. Mientras subían por las escaleras evadiendo las barricadas, uno de los hijos de bin Laden los atacó y resultó muerto. El oficial indicó que ninguno de los hombres que resultaron muertos estaba armado.

El oficial estadounidense continuó diciendo que el equipo llegó al tercer piso y entró en la habitación en la que se encontraba bin Laden, junto con su esposa yemení y algunos niños pequeños. Al parecer el líder de al Qaeda se movió para tomar una de las armas que había en la habitación cuando recibió dos disparos: uno en el pecho y otro en la cabeza; según el oficial estadounidense, bin Laden no estaba armado pero representaba una amenaza inminente.

El cuerpo de bin Laden fue llevado al portaaviones USS Carl Vinson que se encontraba en el norte del Mar Arábigo. Tras examinar su ADN y confirmar su identidad, fue arrojado al mar 12 horas después de su muerte “de acuerdo con los preceptos y costumbres islámicas”, declaró el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Jay Carney.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió en Fort Campbell, Kentucky, con algunos de los miembros del equipo SEAL número seis, oficialmente llamado Grupo Naval de Desarrollo de Tácticas Especiales de Guerra.

El asalto, que se llevó a cabo sin el conocimiento del gobierno pakistaní, enfureció a la opinión pública del país y dejó muy mal parado a su ejército.

Tres meses más tarde, 15 de los miembros del equipo SEAL número seis murieron en un choque de helicóptero en Afganistán.

La directora de cine ganadora del Oscar Kathryn Bigelow y el guionista Mark Boal están trabajando en una película que trata sobre el asalto. La película titulada Zero Dark Thirty (que en jerga militar significa treinta minutos después de medianoche) trata de la captura de bin Laden que llevó una década. Bigelow y Boal trabajaron juntos en la película The Hurt Locker (Zona de Miedo, en español), ganadora del Oscar en 2008.

Se esperaba que la nueva película se estrenara justo antes de las elecciones; sin embargo, tras las denuncias republicanas de que se trata de propaganda en favor de Obama, su lanzamiento se retrasó hasta diciembre. Existe una polémica alrededor de que la intención real era estrenar la película en diciembre.

Desde el verano pasado, la película ha estado en el centro de una controversia entre los partidos en Washington.

El inspector general del Pentágono inició una investigación impulsada por el diputado republicano por Nueva York, Peter King, quien exigió que el departamento de Defensa y los inspectores de la CIA investigaran si los cineastas habían recibido información confidencial relativa a las tácticas, técnicas y procedimientos del grupo de Operaciones Especiales, y calificó a la película como “una colaboración potencialmente peligrosa” entre el gobierno y los cineastas liberales.

La investigación reveló que efectivamente hubo colaboración entre los cineastas y la administración; sin embargo, el departamento de Defensa y los funcionarios de la Casa Blanca señalaron que se trató del mismo tipo de información que se ha dado regularmente a otros cineastas y reporteros.

Barbara Starr y Larry Shaughnessy de CNN contribuyeron con este reporte