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Crimen

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Los últimos momentos del embajador de Estados Unidos en Libia

Por CNNEspañol sjv

Por Arwa Damon, CNN

BENGASI, Libia (CNN) – Tres días antes del ataque mortal al consulado de Estados Unidos en Libia, un funcionario de seguridad de ese país –dijo- se reunió con diplomáticos estadounidenses en la ciudad y les advirtió sobre el deterioro de la seguridad.

Jamal Mabrouk, miembro de la Brigada Febrero 17, le dijo a CNN que él y un comandante de un batallón se reunieron con diplomáticos estadounidenses para discutir temas de economía y seguridad.

Mabrouk dijo que les informaron a los diplomáticos que la situación de seguridad no era buena para los negocios internacionales.

“La situación es miedosa, nos atemoriza”, fue lo que Mabrouk aseguró que les dijo a los funcionarios estadounidenses. El libanés no dijo cómo respondieron los diplomáticos.

Mabrouk afirmó que no era la primera vez que les advertía a extranjeros sobre el empeoramiento de la seguridad en medio de la creciente presencia de grupos yihadistas en Bangasi.

El edificio principal del complejo diplomático está en ruinas tras ser incendiado.

La habitación en donde fue hallado el cuerpo del embajador estaba protegida por una gran puerta con barrotes de acero; las ventanas también tenían barrotes.

Su cuerpo fue recuperado después de que los saqueadores entraron a la habitación. Parece ser que los miembros del personal de seguridad lo dejaron en el cuarto mientras intentaban afrontar el ataque.

Hay numerosos interrogantes sobre lo que ocurrió en el consulado en donde manifestantes se reunieron para protestar contra la película Inocencia de los musulmanes, que presuntamente fue realizada en California por un cineasta cuya identidad no se ha especificado.

La pregunta principal es sobre lo que pasó con el embajador J. Christopher Stevens, que murió durante el ataque.

El Departamento de Estado de EE. UU. no ha difundido los detalles sobre la muerte de Stevens, aunque numerosos reportes mediáticos han dicho que el embajador fue llevado a un centro médico de Bengasi por los residentes del lugar.

Según los reportes, el diplomático llegó al hospital inconsciente y cubierto de hollín por el fuego. El doctor que lo atendió no pudo revivirlo y declaró su fallecimiento, dijeron los informes de prensa.

Según dijo uno de los guardias de seguridad libios que estaba en una de las entradas del complejo diplomático –portando sólo un radio comunicador-, el ataque empezó simultáneamente desde tres lugares distintos.

En el ataque se usaron ametralladoras y lanzagranadas, dijo el guardia. El hombre aseguró que hombres enmascarados amenazaron con matarlo por ‘proteger a infieles’. El sujeto no quiso aparecer frente a las cámaras por temor a repercusiones.

La Brigada Febrero 17 –una milicia con vínculos con el gobierno pero que no hace parte de las fuerzas armadas de Libia- participó en el rescate del personal estadounidense que quedó atrapado tras el ataque de la noche del martes.

Después de que el consulado fue atacado e incendiado, varios estadounidenses escaparon hacia un refugio en otra parte de la ciudad. Pero ese lugar también fue atacado.

Mabrouk dijo que recibió una llamada de un funcionario en Trípoli, quien dijo que había sido contactado por un estadounidense “aterrorizado” en Bengasi.

El funcionario estaba en el refugio. Mabrouk dice que la Brigada les ofreció ayuda a los estadounidenses, pero que les dijeron que aunque la situación era peligrosa, estaba bajo control.

Pocas horas después, Mabrouk dijo que recibió otra llamada desde Trípoli informándole del arribo de un equipo estadounidense al aeropuerto de Bengasi que necesitaba ser llevado a la ciudad.

Mabrouk se reunió con siete estadounidenses, que estaban fuertemente armados pero que no vestían uniformes militares, y les proporcionó escoleta armada, dijo.

Tan pronto como los dos vehículos que llevaban a los estadounidenses llegaron al refugio, fueron atacados con granadas y metralletas. Los atacantes huyeron.

El gobierno libio ha prometido enjuiciar a los responsables del ataque. Pero en una visita al consulado destruido, el presidente del país dijo que Libia esperaba ayuda de parte de sus amigos en la comunidad internacional.

Cuando se le preguntó si el gobierno no podía controlar a los grupos extremistas, el presidente respondió: “No están lejos de la verdad”.