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Mundo

Malí, un foco islamista que fue ejemplo de democracia

Por cnninvitationsaccount

Por Faith Karimi

(CNN) — Líderes internacionales responden a un levantamiento de militantes islamistas en el norte de Malí, con la esperanza de inyectar estabilidad en un país que alguna vez fue aclamado como un modelo de democracia en África.

A raíz de un golpe de Estado ocurrido el año pasado, las milicias destruyeron templos antiguos, que fueron un importante atractivo para los estudiosos islámicos de todo el mundo. También prohibieron la música.

Se incrementaron los informes de abusos contra los derechos humanos, incluyendo la muerte por lapidación pública de una pareja acusada de tener un romance.

El mes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una misión para mantener la paz. Esta semana, tropas francesas se unieron a la lucha contra los militantes en su excolonia, que el viernes declaró el Estado de emergencia.

La urgencia de una intervención internacional se dio después de que los islamistas tomaran el jueves Konna, un poblado fronterizo que fue la línea del control del gobierno.

¿Cuál es la historia detrás de la inestabilidad?

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Malí obtuvo su independencia de Francia en 1960. El país sin salida al mar de África occidental pasó por continuos problemas después de la independencia, entre ellos sequías, rebeliones y años de dictadura militar.

Llevó a cabo sus primeras elecciones democráticas en 1992, y tuvo una democracia sólida la mayor parte del tiempo. Eso ocurrió hasta marzo, cuando un grupo de militares derrocó al gobierno, socavando la economía en crecimiento del país y la relativa estabilidad social.

¿Qué llevó al golpe de Estado?

Un grupo de soldados indignados acusó al gobierno de no brindar equipo adecuado para combatir a los rebeldes de etnia tuareg que vagan por el vasto desierto del norte.

En marzo del año pasado, un motín estalló en un campamento militar a pocos kilómetros del palacio presidencial en la capital, Bamako. Soldados descontentos marcharon hacia el palacio.

Unas cuantas horas después, un soldado apareció en la televisión estatal y dijo que el Ejército tenía el control del país. Al presidente no se le encontraba por ninguna parte.

Los rebeldes tuareg aprovecharon el vacío de poder y se apoderaron de algunas partes del norte. Siempre han querido la independencia, y han protagonizado varias rebeliones desde 1960.

Después de que el líder libio, Moammar Gadafi, fue asesinado en 2011, y Libia se sumergió en el caos, sus armas quedaron disponibles. Los tuareg, muchos de los cuales combatieron por él, se apoderaron de ellas y se levantaron en contra del gobierno de Malí.

¿Cómo quedó el norte en manos de los militantes islamistas?

Después de que los rebeldes tuareg se apoderaran de ellas, estalló una lucha de poder con los islamistas radicales locales. Los extremistas islamistas derrocaron a la tribu y se hicieron del control de dos terceras partes del norte de Malí, un área del tamaño de Francia.

Existen diversas facciones de militantes vinculados a Al Qaeda, como Ansar Dine, en la zona. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la presencia de Al Qaeda en el Magreb islámico y su creciente presencia en Malí.

Autoridades estadounidenses han dicho que ese brazo, el de Al Qaeda en el Magreb islámico, está relacionado con el mortal ataque de Bengasi, el cual acabó con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia y de otras tres personas.

La región necesita una operación con recursos dirigida por africanos para tener una buena oportunidad de echar al creciente movimiento extremista de Al Qaeda en el norte y oeste de África, según el general Carter Ham, quien es el comandante militar estadounidense de más alto rango en África.

El mes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una misión militar de paz en Malí de un año de duración. La Misión Internacional de Apoyo en Malí encabezada por África tiene como objetivo ayudar a reconstruir las fuerzas de la nación y recuperar zonas del norte.

Los rebeldes tuareg se han comprometido a luchar contra los islamistas. Los tuareg quieren su propio país, en el norte, al cual ellos denominan Azawad. Y mientras el mundo busca una solución, los militantes islamistas están ocupados aplicando su estricta interpretación de la ley de la sharia.

¿Cuál es la preocupación en cuanto a derechos humanos en Malí?

Los islamistas que controlan la mayor parte del norte han impuesto una forma estricta de la ley islámica, o sharia. “No tenemos que rendir cuentas a nadie sobre la aplicación de la sharia”, dijo el año pasado el comisionado islamista Aliou Toure.

Los locales no son receptivos a las interpretaciones extremas; ellos practican una forma mucho más laxa del Islam. Algunos han salido a las calles para protestar.

Como parte de sus nuevas leyes, grupos radicales prohibieron la música, un gran revés para un país conocido por su Festival au Desert, en el que ha participado gente como Robert Plant y Bono. También han dicho que no se debe fumar, ni beber, ni ver deportes por televisión.

Por lo menos durante cuatro ocasiones en 2012, los militantes destruyeron tumbas y santuarios históricos de Tombuctú, afirmando que las reliquias son idólatras. La pintoresca ciudad alguna vez fue un importante destino para los estudiosos islámicos por sus antiguas y prominentes tumbas.

Las ejecuciones públicas, amputaciones, azotes y otros castigos inhumanos se están convirtiendo en algo común, según las Naciones Unidas.

Phil Gast y Mike Mount, de CNN, contribuyeron con este reporte.