CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery

Brasil

Brasil

Los caóticos momentos del incendio en la discoteca en Santa María, Brasil

Por CNNEspañol sjv

(CNN) — Los rescatistas que acudieron a la zona de la tragedia, en la discoteca brasileña Kiss, escucharon el sonido de teléfonos celulares tirados en el piso del establecimiento. Eran familiares y amigos tratando de cerciorarse de que sus seres queridos estaban bien.

Pero cientos no lograron escapar del fuego.

Una multitud aterrorizada corrió para buscar una salida cuando un incendio comenzó a arrasar con la discoteca en la ciudad de Santa María, en Brasil, la madrugada de este domingo.

Al menos 233 personas murieron, informó el ministro de Salud brasileño, Alexandro Padilha. Los rescatistas trasladaron a 90 heridos al hospital, 14 de ellos con quemaduras severas.

Las autoridades calculan que había unas 2.000 personas en el club Kiss, cuando se desató el incendio, más del doble de la capacidad máxima para el lugar.

Según el Departamento de Bomberos, el permiso o la licencia del club había vencido en agosto del 2012.

Los reportes preliminares indican que los guardias de seguridad impidieron que las personas salieran del club.

"Este hacinamiento complicó que saliera la gente, y según la información que tenemos, los guardias de seguridad no dejaron salir del edificio", mencionó Guido de Melo, un oficial del grupo de Bomberos, a la cadena Globo TV.

El incendio comenzó "de la nada" en el escenario del club, y se extendió rápidamente hacia el techo, dijo un testigo, Jairo Vieira, a Band News.

"La gente empezó a correr", de acuerdo con la sobreviviente Luana Santos Silva. "Caí al suelo".

Había un espectáculo de pirotecnia dentro del club, cuando se inició el fuego. Sin embargo las autoridades siguen con la investigación, para tratar de definir la causa del incendio.

El humo se elevaba afuera de la parte frontal del edificio, dijo Max Muller, quien viajaba en su motocicleta, cuando vio las llamas. Él grabó una escena caótica afuera del club, que mostró a los equipos de emergencia atendiendo a las víctimas, a personas aturdidas, en la calle.

Los cuerpos yacían en el suelo junto a las ambulancias. Los que estaban en el interior del club mencionaron que hubo muchos problemas para encontrar las salidas, en la oscuridad.

Muller, que no estaba dentro del club cuando ocurrió el incendio, pero ha estado allí en dos ocasiones, dijo que no había señales de salida en las puertas. Es raro ver esos signos en los clubes brasileños.

Valderci Oliveira, un legislador estatal, dijo a Band News  que había visto montones de cadáveres en el baño del club, cuando llegó al lugar de los hechos. Se veía "como una zona de guerra", dijo.

Zapatos y teléfonos celulares estaban esparcidos en el suelo, entre los escombros carbonizados del club, dijo Glauber Fernandes, un reportero de Band News.

"Mientras estábamos allí vimos que los teléfonos celulares estaban sonando. Padres, amigos, tratando de saber lo que estaba pasando", dijo. "Nadie contestaba”.

Milton Neves, reportero de Radio Bandeirantes (radio brasileña), dijo que los rescatistas apagaron de 800 a 900 teléfonos, que estaban sonando. Un solo teléfono tenía 104 llamadas perdidas.

El techo se derrumbó en varias partes del edificio, dijo Fernandes.

Familiares y amigos lloraban desesperados, al buscar información afuera de un gimnasio local, a donde las autoridades trasladaron los cuerpos, para que los identificaran.

En el interior, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff se reunió con algunos de ellos, para tratar de reconfortarlos.

"No había suficientes salidas de emergencia", dijo Mateus Vargas, un testigo que se encontraba dentro del club cuando se produjo el incendio.

El club nocturno Kiss es popular entre los jóvenes de la localidad de Santa Maria, al recibir entre 2.000 y 3.000 personas cada noche, los fines de semana.

Shasta Darlington, Marilia Brocchetto, Helena DeMoura y Catherine E. Shoichet contribuyeron con este reporte