Giffords (der.) y Kelly buscan mayores controles al acceso a las armas sin criticar la cultura estadounidense al respecto.

(CNN) — La excongresista estadounidense Gabrielle Giffords estuvo a punto de morir hace más de dos años cuando un hombre inició un tiroteo. Hoy sus lesiones cerebrales le dificultan hablar; sin embargo, se ha convertido en una activa vocera por las propuestas de restricciones a las armas.

Irónicamente, no ha perdido su amor por las armas. El tiro al blanco aún es una forma de entretenimiento en casa de su madre del desierto de Arizona. Su esposo Mark Kelly utiliza vasijas y botellas de agua como blanco, mientras que Giffords observa desde el patio con su madre.

Kelly no dispara con cualquier tipo de arma de fuego. Utiliza una pistola Glock 9 milímetros, el mismo tipo de arma usada en el atentado en contra de su esposa.

“Pero en ese caso tenía un cargador que contenía 33 balas”, dijo. “Esta, cuando está llena, tiene 17”.

El arma es realmente de Giffords, pero Kelly dijo que se lo dio a su esposa como regalo hace un año. “Ella es propietaria de armas”, dijo. “Ella es del oeste”.

Giffords y Kelly argumentan que debido a que expresan su gusto por las armas, tienen más credibilidad en su lucha por expandir revisiones de antecedentes en su venta.

En enero pasado, el presidente Barack Obama enumeró una serie de medidas contra los tiroteos y anunció propuestas al Congreso en busca de un mayor control en la venta de armas, así como prohibiciones de algunos tipos de armamento y municiones.

Las medidas respondieron a los tiroteos ocurridos el año pasado, el último en una escuela de Connecticut donde murieron 20 niños y 6 adultos en un tiroteo donde presuntamente fueron usadas armas de alto poder que se adquieren legalmente en el país.