CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Mundo

La silla de ruedas todoterreno, una oportunidad para los pobres con discapacidad

Por Funes

(CNN) -- Con solo unas pocas herramientas, Amos Winter espera cambiar para siempre la vida de los menos privilegiados.

Winter, profesor del MIT, es el inventor de la “silla de la libertad” o LFC, tal como la ha bautizado. Se trata de una silla de ruedas de bajo costo impulsada por dos palancas con las que el usuario puede modificar su marcha. Mientras más alto las agarre, más fácil podrá atravesar terrenos complicados como arena, barro o caminos de tierra.

Agárrala más bajo y la máquina andará por asfalto a unos ocho kilómetros por hora. Una de las sillas de ruedas más versátiles del mercado, está dirigida a los discapacitados de países en desarrollo.

“Si dependes de una silla de ruedas y vives en un área rural, podrá ayudarte a moverte largas distancias a través de distintos terrenos, pero también es pequeña y maniobrable”, dice Winter.

Puede parecer una premisa sencilla, pero la LFC aparece como una ventana de oportunidades para comunidades muchas veces relegadas.

“Es muy gratificante ver que no solo le permite a las personas moverse por terrenos complicados, sino también ayudarlos a trabajar, ir a la escuela o participar activamente en su comunidad”, señala Winter.

publicidad

Lo que hace de la silla de Winter una herramienta ideal para comunidades de bajos ingresos es su valor de mercado. Generalmente, los precios de las sillas de ruedas de estas características oscilan entre los 4500 y los 6500 dólares, lo que las hace inaccesibles para los más necesitados. La LFC, por el contrario, cuesta apenas 200 dólares.

Winter reconoció que para que sea útil en los países en desarrollo, debía ser construida con partes que fueran fácilmente obtenibles.

“La silla no solo debía ser reparable; queríamos que fuera robusta”, explica. “En el caso de que la silla necesite un arreglo, las partes, hechas de bicicletas, son sencillas de conseguir “, agrega.

La inspiración para la LFC llegó en 2005 cuando Winter pasó un verano en Tanzania evaluando tecnología de silla de ruedas para varias organizaciones. Luego, ya como graduado de MIT, comenzó a desarrollar estas tecnologías.

“Cuando empezamos el proyecto, no éramos más que un grupo de estudiantes entusiasmados con una idea. Hicimos varios prototipos y los presentamos en el exterior, pero las respuestas no fueron las esperadas”, recuerda Winter. Durante varios años, consultó permanentemente a usuarios de sillas de ruedas y atravesó numerosas etapas de ensayo y error hasta llegar al modelo actual.

Actualmente, Winter se encuentra trabajando con la empresa Continuum en el desarrollo de una versión de la LFC para el primer mundo. Tendrá, como prevé, más funciones que la original.

¿Qué te parece este avance? Cuéntanos en los comentarios.