Por Sonya Hamasaki y Mariano Castillo, CNN
(CNN) – Si Marco Lavoie no hubiera sido rescatado en ese momento, el hombre de Quebec probablemente habría perecido en un lapso de 48 horas.
Tenía hipotermia, estaba deshidratado y casi en estado de inanición en el implacable frío del noroeste de Quebec, cuando la policía lo rescató el miércoles.
La supervivencia de Lavoide podría considerarse milagrosa, ya que había estado en un bosque sin recursos ni equipos durante más de tres meses.
El hombre de 44 años es un experimentado amante de la naturaleza, pero un encuentro con un oso cambió su suerte, informó la policía de Quebec.
En algún momento durante una caminata planificada de dos meses en la zona del Lago Matagami, un oso atacó el campamento de Lavoie; se comió su comida y arruinó su equipo, dijo la portavoz de la policía, Christine Coulombe.
El oso no hirió a Lavoie, pero lo dejó sin las herramientas o recursos necesarios para sobrevivir. La policía dice que todavía tienen que hablar con Lavoie para obtener más detalles.
“En estos lugares, hay una subcultura de gente que hace esos largos viajes hacia el medio de la nada, pero a veces nos olvidamos de lo peligroso que puede ser”, le dijo Gerald Lemoine, el alcalde de un pequeño pueblo cerca de Matagami, al Montreal Gazette.
El excursionista rescatado comenzó su aventura el 16 de julio, dijo Coulombe. No fue sino hasta tres meses después, el 21 de octubre, que su familia llamó a las autoridades, porque ya había pasado mucho tiempo, y Lavoie no había regresado.
La policía realizó las búsquedas durante 8 días, cuando el clima lo permitió. Pero no tuvieron suerte.
Los rescatistas en helicóptero finalmente divisaron a Lavoie el miércoles, pero no podían aterrizar de forma segura en ese lugar, dijo Coulombe. Así que los oficiales tuvieron que caminar para recogerlo y cargarlo mas de un kilómetro hacia donde el helicóptero había aterrizado.
Por qué algunos viajeros buscan los lugares más peligrosos del mundo
La condición de Lavoie era tal que apenas podía hablar hablar y al principio, ni si quiera podía beber agua, informó el Gazette. Si hubiera pasado otro día o dos en aquel lugar, podría haber muerto de hambre, le dijo un sargento de la policía al periódico.
“Allá arriba, en esa zona canadiense, hay muy poco sustento de plantas para vivir, así que él habría estado muriendo lenta y dolorosamente cuando lo encontramos. Es una hazaña increíble que haya sido capaz de mantenerse vivo tanto tiempo, casi sin ningún equipo”, le dijo Caleb Musgrave, instructor de sobrevivencia, al Gazette.
“Cuando empiezas a pasar hambre, tu estado de ánimo cambia, tu mente colapsa y tienes calambres en todo tu cuerpo. Al final, tu cuerpo empezará a comerse a si mismo, empezando por la grasa en tus órganos y después en tus músculos. Se necesita de alguien que no se de por vencido frente a eso”, agregó.