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7 maneras de escapar a la Navidad

Por CNN en Español

Por Barry Neild

(CNN) -- Viajar puede ser una pesadilla.

La Navidad puede ser una pesadilla.

La lógica dicta que la unión de estos dos negativos, debería dar un resultado positivo.

Y está demostrado.

Planea sabiamente, empaca tus maletas mientras todos los demás están rellenando sus medias, y lograrás mantenerte al margen la orgía del materialismo desalmado en el que algunos dicen que la Navidad se ha convertido.

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Sólo no esperes recibir regalos.

O sorpréndete cuando tu compañero de viaje se presente a sí mismo como el "Sr. Tacaño".

1. Ve a Nueva Zelanda

Hoy en día, una de las mejores maneras de escapar unas cuantas horas de la vida moderna es viajando en avión.

Debido a que el uso del celular dentro del vuelo y el acceso gratuito a una red inalámbrica todavía es algo poco común en los vuelos comerciales, se trata de una excepcional oportunidad de escaparte de las tensiones diarias.

Los horarios de los vuelos internacionales se mantienen incluso en Navidad, así que si realmente quieres pasar el 25 de diciembre fuera del ajetreo festivo, hay pocas alternativas mejores que ascender a 30.000 pies.

Debido a que el pánico pre-navideño ha terminado, los boletos suelen ser bastante más baratos, y cuanto más barato es el boleto, más largo es el viaje.

Ciertamente, dependerás de que tus compañeros de viaje no intenten festejar en las alturas, pero la comida de la aerolínea minará el espíritu navideño hasta del viajero mas endurecido.

Nueva Zelanda, gracias a su lejana ubicación (para la mayoría de nosotros) en el hemisferio sur, se convierte en un destino ideal, ya que está tan lejos de cualquier otro sitio, que probablemente te llevará 24 horas llegar allí.

A menos que vivas en Nueva Zelanda. Si es así, dirígete a España.

2. Visita un país no cristiano

Debido a que la Navidad es la fiesta anual más importante del Cristianismo -aunque ha sido secuestrada por el comercialismo en muchos países- otra opción es dirigirte a donde los cristianos y las fuerzas dominantes del comercio global se mantienen al margen.

Marruecos es un eterno favorito para quienes le huyen a la Navidad, particularmente porque también ofrece un cálido escape a la caída brusca en las temperaturas, lo cual sólo sirve para agravar la miseria de aquellos que odian las fiestas.

Durante el día, las temperaturas pueden alcanzar un agradable clima de 24ºC/75ºF.

Podrías visitar la antigua ciudad imperial de Marrakech , con su alegre plaza Djemaa el Fna, repleta de músicos, bailarines, boticarios y encantadores de serpientes.

Luego de registrarte en un riad de lujo (Riad Farnatchi, Rou Souk el Fassisi; +212 5 24 38 49 10), puedes hacer compras en el zoco y degustar comida callejera, como el tajine de pollo con calabaza caramelizada.

Las llamadas al atardecer a la oración deberían ahogar el sonido de las campanas del trineo.

3. Visita un país comunista

Lo mismo de antes, aunque por país comunista nos referimos esencialmente a Laos.

Podrías intentar ir a Cuba, pero desde que Fidel Castro quitó la prohibición de la Navidad en 1998, La Habana ya no es un refugio seguro.

El pasado colonial de Francia ha dejado su huella festiva en Vietnam, y ya nadie considera a Corea del Norte como una estancia divertida.

No estás completamente a salvo, ni siquiera en China, donde dos décadas de reforma económica han inspirado un alocado entusiasmo por el tintineante comercialismo de la Navidad.

Espera ver árboles, Santas y luces en grandes ciudades como Pekín, Shanghai y Chengdu, y cenas de Navidad sucedáneas en sitios rurales turísticos como Yangshuo.

Sin embargo, en el diagrama de Venn, donde la ausencia del cristianismo y el comunismo forma dos círculos sobrepuestos, Laos se encuentra justo en el centro.

Aquí, siglos de tradiciones budistas han mantenido a la influencia francesa alejada en gran parte, y han sobrevivido tanto a la guerra civil como a la aparición del socialismo marxista.

A diferencia de cualquier otro lugar en Navidad, es relativamente barato.

Puedes disfrutar una noche libre de la Navidad en Luang Prabang donde no hay ajetreo, excepto quizá el suave fluir del Río Mekong.

El hotel Mekong Riverview (+856 71 25 49 00) le saca el mayor provecho a su ubicación.

4. Ve a un retiro

Si estás evitando la Navidad para salvar tu alma y no tu billetera de caer en la bancarrota, tal vez el lugar para ti es un retiro.

Al sumergirte en las posibilidades espiritualmente enriquecedoras de un curso intensivo de yoga (Sivananda Vedante Dhanwantari Ashram, India; + 91 471 227 3093) no sólo evitarás la temporada de atracones, también iniciarás el año desintoxicado.

O podrías probar un monasterio para practicar la meditación silenciosa (tal como el Wat Suan Mokkh, en Chaiya, Tailandia; no se permite teléfono por razones obvias).

La ausencia de villancicos está garantizada.

5. Ve a una ciudad fiestera

Esto podría parecer contraproducente, pero una buena forma de evitar la temporada del exceso es dirigirse a un lugar donde ocurra a diario.

Aunque el 25 de diciembre sin duda se celebra en ciudades fiesteras como Nueva Orleans, si acaso, se la Navidad se celebra de forma ligeramente más discreta que el resto del año.

La escena de borrachines en Nueva Orleans se calma bastante durante la Navidad, por lo que es una de las mejores épocas para visitar dicha ciudad.

En la capital de Islandia, Rejkjavik, donde los apetitos nórdicos por la vida nocturna pueden dejar a los visitantes pidiendo misericordia, muy poco ocurre durante las fiestas navideñas, por lo que ésta es una época mágicamente tranquila para contemplar maravillas como las luces del norte.

En Nueva Orleans, uno de los lugares donde buscar refugio es Loft 523 (Calle Gravier 523; +1 504 200 6523).

Cerca de Reykjavik, el exclusivo Hotel Ion tiene su propio Bar de las Luces del Norte (Nesjavollum vid Thingvallavatn, 801 Selfoss; +354 482 34 15).

6. Trabaja

Aquí también hablamos de la limpieza del alma, esta vez por medio de la ruta encomiable del trabajo voluntario, el cual en cierta manera, combina el espíritu dadivoso de la Navidad con la evasión de la misma.

No sólo estarás donando tu tiempo y tu trabajo, también estarás demasiado ocupado construyendo escuelas, dando clases o salvando bosques tropicales, como para pensar en algo más

Organizaciones como Elevate Destinations o Global Vision International son buenos lugares para empezar.

7. Piérdete

Si encuentras un sitio remoto donde nadie, ni siquiera Santa, puede seguirte la pista, entonces escaparte de la Navidad debería ser pan comido.

Lundy, una isla azotada por el viento, pero hermosa, en las aguas del Canal de Bristol de Gran Bretaña, no está muy lejos de la civilización, pero no hay televisiones o conexiones a Internet, es poco probable que consigas señal para tu teléfono móvil y la única manera de llegar o salir de ahí es por helicóptero.

Podrías tener que evitar el bar de la isla solitaria, la Taberna el Marisco, el día de Navidad, pero el prospecto de sentarte frente a un ardiente fuego en el espléndida soledad de tu propio faro (La Vieja Torre Encendida, Isla Laundy; +44 1628 825 925) valdrá la pena.

Es el lugar perfecto para empezar a planear cómo escaparás de la Navidad el próximo año.