(CNNMéxico) — Para Laura Ramírez, quien perdió la movilidad hace tres años a causa de un accidente, un traje biónico que es casi único en el mundo y que le ha permitido volver a dar pasos en México representa una esperanza.
“Me está ayudando mucho a la circulación, a la digestión y a mi tono muscular, y emocionalmente me siento muy contenta y mejor que antes”, dijo Ramírez en entrevista con CNN en Español, en la Ciudad de México.
El traje biónico, o prótesis corporal, está recomendado para quienes presentan debilidad de extremidades inferiores o parálisis resultante de una lesión de la medula espinal, así como para quienes presentan una lesión cerebral adquirida o esclerosis múltiple.
En México, el Centro de Evaluación y Rehabilitación Biónica y Robótica (Cerebro) puso a disposición de sus pacientes el exoesqueleto, uno de los 24 prototipos que hay en el mundo.
Se han convertido en una herramienta clave para futuras investigaciones en el área de la neurorehabilitación.
El sistema “se adapta a la anatomía” de la persona que lo utiliza, y proporciona un impulso que sustituye al sistema musculoesquelético “para que la persona pueda ponerse de pie y comience a caminar”, afirmó Antonio Urieta, Coordinador de Rehabilitación del Centro.
El reto de Laura ahora es ocupar el exoesqueleto, no solo en las terapias, sino en su vida diaria.
“Ya estando con este aparato, a pesar de la discapacidad, ya te ven de otra manera, y tú también, ya te sientes más completo y mejor”, mencionó Laura.
El traje biónico se fabrica en Estados Unidos.
Tiene un costo de 200.000 dólares, y las terapias cuestan entre 100 y 200 dólares.
Sin embargo el Centro tiene un fundación que ayuda a muchos y tiene planes para que se fabrique en el país, lo que bajaría su costo.
“Mucha gente puede creer que no se puede acercar porque no tiene los recursos suficientes, pero tenemos una fundación que ayuda mucho, que apoya a este tipo de paciente”, afirmó Aidé Rodríguez, coordinadora del área médica de Cerebro.
Según Thomas Sugar, experto en ciencia biónica, los exoesqueletos médicos y militares serán algo normal en el futuro y pronto estos dispositivos no estarán tan alejados de la realidad para la gente común.